(Vean ustedes, Denisse Dresser, que se ve tan modosita, tuvo un agarrón con la Berman y le dijo cosas bastante groseras, increíbles en una intelectual de ese tamaño, pero las redes la perdonaron porque fue un pleito entre mujeres y entre mexicanas).
Pero a Ackerman, que es un güero vulgar y soberbio, nuestro chauvinismo y hasta nuestro malinchismo no le podían perdonar que tratara tan mal a Sabina. Y las redes se fueron en contra de él, con justa razón.
Es que el tipo se cree el esposo de la mujer más poderosa del grupo lopezobradorista, y por tanto -en una manifestación de su machismo irredento- el hombre más poderoso del sexenio.
No lo es, pero sí tiene un área de influencia el tal Ackerman que llevó a que las autoridades de Canal Once anunciaran que el próximo año le darán un programa a él solito, pensando que así. no tendrá a quien insultar junto a él.
Y no contento con eso, el gringo insoportable consiguió que su mujer -Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, la Secretaria de la Función Pública, ni más ni menos- impusiera su influencia para que le den un jugoso aumento de sueldo, según comentó un directivo del canal, cuyo nombre mejor resguardamos, no sea que la pareja infernal lo vaya a correr.
John Ackerman seguirá gozando de las mieles del triunfo (de su esposa) mientras no caiga de la gracia de Andrés Manuel López Obrador, que lo protege y le celebra todas sus sandeces. Y con eso le resta, día a día, votos y simpatías al proyecto de la Cuatroté.
Pero Ackerman se ha de sentir poderoso como Trump, y mira a los mexicanos con desprecio, pues piensa que es mejor que todos. Para él, no hay nadie que se le acerque y hasta en lo íntimo ha llegado a decir que él es el verdadero cerebro que llevó al poder a AMLO y a Morrena.
¡Ah qué jijo este gringo!
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