La sucesión gubernamental en Veracruz, es el objetivo principal en la que se fija toda la atención, se estudian posibilidades y se elaboran estrategias. Todo dirigido a un proceso sucesorio en el que se la jugaran el todo por el todo, donde seguirán presentes las tres fuerzas políticas que ya disputaron esta posición.
El PRI, con su candidato ya cantado desde hace mucho tiempo, solamente, cumplirá con el trámite correspondiente. Esta vez Pepe Yunes, verá concretarse la mejor oportunidad de su vida para trascender, independientemente del trabajo realizado en la Senaduría de la República.
La coalición PAN-PRD, la cual seguirá unida en este proceso electoral que ya se asoma, ya tienen, también, a quien lanzar como su candidato, aunque existe, todavía, la posibilidad de que surja, en poco tiempo, algún otro personaje que no tenga relación familiar, cercana o lejana, con el actual mandatario estatal.
Morena, por razones diversas, tendrá que pensar mucho en su candidato. No tiene, a la vista, alguno que pudiera ofrecerle la garantía de un triunfo electoral inobjetable.
Así, los tiempos van pasando y todo queda listo para el nuevo escenario político de la entidad, donde estará en juego la gubernatura de seis años en el gobierno que viene.
Es, para muchos, una verdadera tentación política.
Unos que quieren, sin duda alguna, rescatar lo que todavía sienten suyo.
Otros, que mantienen el deseo de perpetuarse en el poder, aunque sea a través de distintos protagonistas de la vida pública.
Pero otros que quieran entrar en este reparto del pastel político de Veracruz, donde buscan, por primera vez, hacerse de una posición gubernamental de grandes tamaños.
La lucha comienza hoy.
Lo que falta para que concluya verdaderamente el proceso electoral municipal, es cuestión de tiempo.
Sin embargo, lo que viene para el próximo año, es cuestión de trabajo, de pensar y repensar, de hacerle diariamente al estratega, de buscar, en pocas palabras, que cuadren los proyectos.
Y en eso hay que estar atento.
No hay que olvidar, que como nunca, la gubernatura de Veracruz, será uno de los principales objetivos políticos de los partidos. Quien la gane, tendrá el poder por seis años y más, pues tendrá todo el tiempo suficiente para concretar amarres que le garanticen el triunfo electoral de la siguiente sucesión gubernamental.
Ya no habrá, pues, a partir de este día, la posibilidad de mirar para atrás. No, todo será con mira al dos mil dieciocho, un año electoral de enorme importancia, tanto por la sucesión gubernamental en Veracruz, como por el compromiso que se llevaran a cuestas todos los partidos políticos, para garantizar, asimismo, el respaldo a quien, en sus respectas organizaciones políticas, tengan que buscar la Presidencia de la República.
Y aunque sigue, todavía, desarticulado el panorama político nacional, hay que ir pensando en los posibles actores políticos que estarán al frente de esta competencia, sobre todo, del PRI, y del PAN, pues Morena, aunque desgastado como esta, Andrés Manuel López Obrador, estaría echando las últimas cartas de su aspiración política.
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Diversas acciones podría llevar a cabo el gobierno federal, para poder congraciarse con el pueblo mexicano, sobre todo, ante el umbral de las próximas elecciones.
Dichas acciones tendrían que ver, casi necesariamente, con dos importantes pendientes de la administración federal.
Una, concluir con el proceso instalador de la Comisión Nacional Anticorrupción, con Fiscal en funciones y llevando adelante su programa de acción, poniendo de antemano la posibilidad de terminar con este cáncer que amenaza constantemente a la sociedad, donde los resultados inmediatos serían la mejor formula para poder levantar al gobierno federal.
Luego, la seguridad de todos los mexicanos, quienes han estado pendientes de todo cuanto ocurre en el país, considerándolo, casi lo en general, como una nación secuestrada y al borde de la desestabilidad social.
Eso y algunas otras cuestiones de interés nacional, tendría que hacer la presente administración federal, para no terminar su periodo sin resultados que puedan verse y sentirse, pero además, con la posibilidad de que esto ayude, para quien gobierna el país, a seguir manteniendo el poder de su partido, pues de otra manera, se corre el riesgo de que la mayoría de ciudadanos ya no tenga alguna pizca de confianza en la clase política que gobierna a nivel nacional.
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NO TODO SALIO como se esperaba en Veracruz. Diversas anomalías se presentaron durante el proceso municipal, sobre todo, por mera culpa del propio Órgano Público Local Electoral.
La mayoría de casillas no fueron instaladas desde las ocho de la mañana, pues se tuvieron datos de que se terminaron de instalar pasado el mediodía, lo que significa, desde luego, una de las grandes irregularidades cometidas, quedando todavía un buen número de ellas que de plano ya no se pudieron realizar sus funciones, por lo que también, los ciudadanos no pudieron cumplir con su obligación y menos acceder a su derecho de votar.
Por otro lado, no faltaron los actos de violencia, principalmente en el Municipio de Papantla, además de otros donde fueron violentados los derechos de los ciudadanos.
Hubo denuncias a buena hora, pues el mismo Senador de la República, advirtió que ya por la mañana se tenían elementos para poder definir como una elección de Estado, por todo lo que estaba pasando.
La elección municipal más importante de los nuevos tiempos de Veracruz, tuvo serios inconvenientes que van desde la falta de capacidad en los funcionarios del OPLE, como en los actos de violencia que se presentaron, con lo que, de alguna manera hay que tener en cuenta que se dio uno de los grandes retrocesos en la búsqueda de una aproximación al aspecto democrático.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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