En Coahuila se confirmó el triunfo del candidato del PRI-PAN-PRD Manolo Jiménez. Anoche mismo, Armando Guadiana, de Morena, reconoció que los resultados no le favorecían.
Una hora después del cierre de casillas, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez salió a proclamar el triunfo de Delfina. Según dijo, la candidata de su partido habría ganado por una diferencia de dos dígitos y el triunfo era “irreversible”.
Ese era el panorama cuando cerré la columna anoche, aunque continuaba el conteo.
Es posible que ahora la oposición impugne los resultados ante los tribunales. Pruebas de violaciones a la ley electoral las tiene en muy buena cantidad, pero la contundencia de los números hará difícil que se reviertan.
No se ve un líder que encabece la oposición en Veracruz para 2024
A partir de hoy empieza a correr el tiempo para las elecciones de junio de 2024, cuando se renovará la gubernatura del estado.
La oposición tiene que acelerar el paso y definir quién será su candidato, aunque parece que no les corre prisa. Una cosa que les debiera preocupar es que aspirantes los tienen, pero carecen de un líder.
No se sabe que tengan un calendario ni una ruta crítica, menos una propuesta interesante y articulada para tratar de atraer al electorado. Los únicos que andan en campaña y recorren el estado son Pepe y Héctor Yunes, del PRI, y Julen Rementería, del PAN, pero nada más.
Otros mencionados son los Yunes Márquez, Miguel Ángel y Fernando, pero ya se vio cómo el gobierno federal los empezó a apretar con la denuncia de la Auditoría Superior de la Federación contra el jefe del clan, Miguel Ángel Yunes Linares, ante la FGR, por el caso del Sistema Estatal de Videovigilancia.
La presidencia de la república pasa por Veracruz, por su cuarto padrón electoral más grande del país, por lo que el presidente López Obrador tratará de repetir la elección de Estado como la que acaba de ocurrir en el Estado de México. Va a apretar con todo.
Por eso, eso creo, nada nos deberá sorprender que empiece la persecución contra todo aquel que represente una seria competencia o un obstáculo para el triunfo de su partido.
Lo único que se sabe de la oposición, pero sin que nadie lo confirme, es que pretenden escoger al candidato por medio de una encuesta, pero tal vez la están pensando para la elección de 2030.
Si no acuerdan pronto la candidatura, habrá que dar por descontado que la competencia se reducirá solo a los aspirantes de Morena.
La oposición, pues, tiene que empezar a remar contra la corriente, si es que se decide a hacerlo.
(DE LA COLUMNA "PROSA APRISA")
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