Fue cierto, la ciudadanía de gran parte del país, así como de la propia entidad veracruzana, se dejó llevar por las promesas del famoso “Peje”, en aquél entonces y se volcaron en las urnas electorales para generar el cambio que tanto habían querido, luego de que gobiernos emanados de otros partidos, habrían, se dice, provocado el caos económico de la nación y del Estado, bandera, que en cierta forma creó el propio candidato de Morena, a la Presidencia de la República, ganando adeptos para sus intereses políticos personales.
La avalancha electoral, a favor de López Obrador, trajo como consecuencia que hasta los candidatos a otros puestos de elección popular, ganaran sin mayor esfuerzo, prueba de ello fue el triunfo electoral, que aún no digiere, Cuitláhuac García Jiménez, así como la mayoría de aspirantes a diputados, que a decir verdad, ni en su casa los conocían, por lo que sin experiencia alguna han llevado al caos político y económico a esta entidad, de tal suerte que ahora son los propios veracruzanos, quienes se arrepienten de su error.
Pero nada, fue legítima su decisión en las urnas, proveniente de un derecho que le corresponde a cada ciudadano veracruzano, sobre todo, a decidir sobre quién o quiénes deben gobernarlos, así como su libre albedrío a creer en las promesas que le hicieron y todas las perlas de la virgen que López Obrador, les ofreció a cambio de votar por él y por toda la gente que buscaba bajo su manto, una posición político electoral.
Pero vaya, ya ni arrepentirse es bueno y ahora lo que se busca, nuevamente, es otro cambio, o volver, cuando menos, al estado en que se encontraban todos los mexicanos y veracruzanos, hasta antes del primero de julio del dos mil dieciocho, quizá con la idea de que más vale malo por conocido que bueno por conocer. Las cosas no salieron bien, pero siempre hay una forma de rectificar el camino. Y es precisamente esa rectificación que ahora se buscará con una alianza política de los partidos, porque independientemente de la inconformidad que se respira por todas partes, bien se sabe que una fuerte ola de personas que siguen creyendo en el nuevo Mesías, pudieran estar buscando la forma de entorpecer los nuevos objetivos políticos de los mexicanos, y veracruzanos, en especial.
La propuesta de una conjugación de esfuerzos de las principales fuerzas políticas de México, y de la entidad veracruzana, finalmente parece concretarse, aunque no en forma total, porque los propios análisis políticos que se llevaron a cabo dieron como resultado una posible ineficacia político electoral, sobre todo, en financiamiento y publicidad electoral.
Puestas las bases, todo parece que caminará a favor de los partidos opositores, quienes ya se preparan para solucionar, primero, los problemas internos de cada organización política y sobre todo, la decisión de quién y bajo que argumentos se definirán las candidaturas.
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Y EL PRI, ¿CÓMO VA EN EL ESTADO?.
LOS ANTECEDENTES políticos del PRI, las entidades federales de Coahuila e Hidalgo, no son, de ninguna manera, definitivos para pensar en triunfos contundentes similares en el Estado de Veracruz, para las próximas elecciones del año que viene, pero son, eso sí, importantes indicios de que no se ha perdido todo y que pudieran concretarse buenos resultados electorales para seguir fortaleciendo al tricolor para la principal batalla que se espera en el dos mi veinticuatro.
Ya lo hemos mencionado en diversas ocasiones que el priismo en Veracruz, ha adquirido nueva dimensión, después de la derrota y de la recomposición política interna a la que se ha visto sometida por la estampida de políticos, entre ellos varios y buenos operadores, que formaban parte de su propia militancia.
El trabajo, en este caso, ha sido efectivo por parte del dirigente estatal Marlon Ramírez Marín, quien se ha crecido ante estas nuevas circunstancias de su organización política, por lo que puede considerarse que hay PRI para mucho tiempo, ya que se espera buena participación en la alianza política y posible batuta en este nuevo concierto político electoral que se aproxima.
El PRI va bien y de acuerdo a las versiones internas y externas, dará nuevamente ejemplo de capacidad y popularidad, aún cuando sus detractores sigan pensando en que, verdaderamente, se ha muerto.
Hay mucho que ver en los próximos meses y la nueva aceptación que ha conseguido el PRI, será importante para los efectos de una coalición política.
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PODEMOS, Y UNIDAD CIUDADANA.
COMO SUCEDE en la carrera de las vacunas contra el coronavirus, también en lo político hay competencia entre los nuevos partidos políticos que estarán en la jugada político electoral el próximo año, cuando menos en Veracruz.
En ambos casos, de estas recientes organizaciones políticas que ya han sido registradas, buscan, por todos lados, convencer de su eficacia política y de sus probabilidad de seguir siendo parte del escenario político, cuando alcancen el mínimo de votos, además de lograr, en las próximas elecciones, triunfos electorales que sustenten su definitiva presencia entre la ciudadanía de toda la entidad veracruzana.
Los esfuerzos son loables de las dos opciones políticas, pues bien se sabe que se han dedicado a sumar adeptos por todos los rincones del Estado, donde su objetivo principal se basa en la actividad municipal.
Tanto Podemos, como Unidad Ciudadana, son los partidos más destacados que en este momento se mueven en todas direcciones y muestran el profundo interés que tienen en la vida policía de Veracruz.
Los dos cuentan con militancia capacitada y con operadores políticos de amplio espectro, cuando menos, eso es lo que se piensa.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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