TAL VEZ, lo que no advierten las autoridades electorales, o quizá sí lo consideran, pero no se atreven a actuar definitivamente, es el hecho de que las mañaneras no son verdaderas conferencias de prensa, sino una estrategia bien definida del Presidente de la República, para estar todos los días presente en el ámbito público nacional.

 El mandatario sabe perfectamente bien que en tiempos electorales, la prohibición del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, para que no toque temas relacionados con la vida política del país, es lo de menos, siempre y cuando su imagen permanezca en los medios de comunicación, principalmente en las mañaneras, pues para él es lo más importante sin que tenga, por lo mismo, que hacer proselitismo directo.

 Si se recuerda, hace tiempo, se discutió mucho sobre otra de las estrategias del Presidente de la República, que consistía en incluir, dentro de las próximas elecciones, la consulta al pueblo mexicano, para que decidiera sobre la famosa revocación de mandato. Se trataba de que en las boletas también apareciera su fotografía, cuestión que finalmente se rechazó, afortunadamente.

 El Presidente, sabe bien, que lo más importante es que su imagen esté presente, ya sea en las boletas, como lo intentó, o bien a través de las mañaneras, tal y como lo está haciendo, ya que es evidente que las conferencias de prensa no tienen otro objetivo más que hacer aparecer al mandatario nacional, todos los días en los medios, principalmente, en televisión, pues lo de informar al pueblo es lo de menos, pues ni siquiera tiene algo interesante qué decir en tan solo veinticuatro horas, tanto que repite diariamente el mismo discurso de atacar a los gobiernos del pasado y a sus supuestos adversarios.

 La intención de las mañaneras, es hacer proselitismo permanente, porque sabe bien que su partido, caminando solo en las campañas que se ya se inician, no tendrá mayor impacto.

 De ahí que las mañaneras, deberían desaparecer durante el tiempo de campaña, porque de lo contrario, no hay equidad política y las mismas autoridades electorales en lo general, se estarán convirtiendo en cómplices del Presidente.

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 EL PRESIDENTE, ESTRATEGA POLÍTICO.

 ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, es el Presidente de la República, por lo que no debiera tomar partido en ninguna cuestión electoral, ya que todo lo relacionado con los candidatos de su partido, es mera responsabilidad de su organización política y de los propios aspirantes.

Pero, lamentablemente, ninguna autoridad se ha atrevido a sancionarlo, puesto que ha sido y sigue siendo evidente que todos los días está participando, más que nadie, en una especie de proselitismo político, lo que trastoca, indudablemente, los principios democráticos del país.

 Hasta ahora, López Obrador, es el Presidente de México, que más ha intervenido directamente en un proceso electoral, lo que es una transgresión a la ley y una cínica participación dentro de las acciones electorales que se llevan a cabo. Esto no es de ahora, porque su mayor preocupación ha sido siempre mantener su poder e imagen política en todos lados, olvidándose de gobernar al país como es su principal compromiso con los mexicanos que lo eligieron.

 Desde este punto de vista, podría calificarse al Presidente, como un estratega político, pero no un buen mandatario nacional, lo que puede probarse con el desgarriate administrativo político y administrativo del país.

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 LO QUE VIENE, COMO LO DICE PACO.

 HACIENDO UN POCO DE uso de la forma de escribir del colega Francisco Licona, “lo que viene” para el dos mil veinticuatro, será nuevamente otro problema el que se presentará con la insistencia presidencial de querer intervenir, como lo hace ahora, del Presidente de la República, en el proceso electoral de la sucesión presidencial, pues muchos que opinan en estos tiempos, están de acuerdo en que pasadas las elecciones del seis de junio, el mandatario nacional, se dedicará a preparar, ya sea a su propio sucesor, o la posibilidad de poder reelegirse, como hasta ahora se ha evidenciado con algunas acciones de su gobierno.

 El Presidente, no parará, sabiendo que tiene el poder en sus manos, en su intención de perpetuarse en el mando nacional, ya sea a través de su persona, o de quien proponga para sucederlo.

 Ya se dio cuenta que puede dominar a quien se le ponga enfrente, salvo una que otra chispa de resistencia que ha surgido en algunas instituciones y organismos autónomos que todavía existen.

 Pero lo cierto es que después de estas elecciones o de los tres años de gobierno, todas sus acciones, estarán dedicadas a preparar el próximo proceso electoral, sin importar que en estas elecciones siga teniendo o no, la mayoría legislativa, una buena parte de los gobernadores del país, y hasta los alcaldes que logre retener o ganar en el mes de junio próximo.

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 Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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