La acelerada aspirante de la 4-T se encaminaría derechito a inminente nocaut, con el estigma de nacida para perder.
Hace apenas unas semanas el presidente Andrés Manuel López Obrador la encartó como presidenciable junto a prominentes morenistas. Obvio, no es su favorita para sucederlo y sí para gobernadora.
Si en la traída y llevada consulta de revocación de mandato los veracruzanos votan por enviar a su casa a Cuitláhuac García, el Congreso del Estado, con mayoría morenista, designaría a Rocío Nahle como mandataria interina para concluir el sexenio. Perder para ganar.
Porque mientras a nivel nacional las encuestas ubican a López Obrador como probable vencedor en la consulta para continuar en la presidencia, acá en Veracruz el escenario es distinto y quizá Cuitláhuac estaría condenado a estrepitosa derrota.
En la elección de gobernador de 2024 no figurará el nombre de AMLO en las boletas como en 2018 y será un presidente en el ocaso de su régimen, sin la fuerza de seis años atrás.
Tal vez inyectarían muchos millones de pesos a la eventual campaña de Rocío y la respaldaría todo el poder presidencial para tratar de alcanzar el triunfo en las urnas y ni así la encumbrarían, porque los adversarios del obradorismo se unirán para desbarrancarla.
Las facturas en política son caras y tarde o temprano se pagan. López Obrador ha pavimentado de rencores y venganzas el camino hacia la cúspide.
Rocío Nahle podría sustituir por menos de 3 años a Cuitláhuac… o nunca gobernar Veracruz. |