¿Qué se ha hecho?
Esta es, quizá, la pregunta más recurrente de los veracruzanos, al estar conscientes de que han transcurrido dos años, diez meses y medio, casi la mitad del sexenio, sin que se observe una obra material de importancia, sin que se tenga un orden político definido y unas finanzas, supuestamente sanas, lo que es, de alguna manera, discutido y analizado por la propia sociedad de esta entidad.
Los mismos militantes de Morena, bajita la mano y tal vez, un poco discretos para no caer en deslealtades, o simplemente, para no ofender a quienes forman el círculo político o del poder en Veracruz, han expresado sus dudas y hasta su posible equivocación al haber seguido un proyecto político que no ha dado resultados positivos, y en el cual creyeron, porque se trataba de un posible cambio a lo que tanto se le había criticado a los gobiernos anteriores, tanto del PRI, como del PAN.
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La cuestión está en saber cuál es el destino de la entidad veracruzana, porque al parecer, no hay plena voluntad para cumplir con los compromisos ofrecidos, lo que ayudó mucho a que este nuevo régimen pudiera ascender a la vida política oficial del Estado. Es cierto, son gobierno, pero eso no justifica que siéndolo, no puedan concretar lo que tanto aseguraron. ¿Acaso quieren tener más expresiones de repudio de una sociedad que se vio engañada, para que se ven presionados a ejercer debidamente el poder, convirtiendo los dimes y diretes, en acciones que sean de beneficio social?
Es la mitad del camino a recorrer, respaldados constitucionalmente y popularmente, para que le dieran verdadero sentido al cambio. Solo dicen que no son lo mismo de antes, pero no lo demuestran. Esta es, en cierta forma, una especie de desencanto político de los veracruzanos, tanto de los propios militantes de Morena, como de otros partidos que confiaron en el cambio.
Ya son tres años y el beneficio de la duda, ha caducado. No habrá nada extraordinario en este informe, pero como la esperanza muere al último, es posible que aún le quede tiempo al gobernador Cuitláhuac, para demostrar que también tiene lo suyo, es decir, dar el golpe de timón y emprender sus pasos por la senda del porvenir de Veracruz, pero también la de su salvación política.
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LA INSEGURIDAD, A TRES AÑOS DE GOBIERNO.
TAL VEZ, ENTRE LOS TEMAS más sobresalientes y delicados que tiene entre sus manos la actual administración, sea la de la propia inseguridad, un asunto de gobierno que se encuentra más allá de cualquier otra circunstancia, ya sea política, o de la propia salud, tal y como ya hemos visto con la llegada a toda la entidad veracruzana del famoso virus que puso a prueba la capacidad de muchos.
Al margen de la pandemia, que de alguna manera ha modificado muchos programas de gobierno y ha obligado en los casi dos años de su presencia, a que los funcionarios, comenzando por el mismo Gobernador del Estado, le hayan dedicado más tiempo a este fenómeno que ha afectado la salud de la población, no deja de ser sumamente importante la atención a la inseguridad, que es otro fenómeno de gran preocupación social.
Tal vez, sea este rubro del gobierno del Estado, el más pesado y difícil de lograr su erradicación. No viene, eso sí, de hace tres años, cuando inicio esta nueva administración, sino de más atrás, es decir, de décadas y hasta de siglos, pero que tiene que ser controlada para evitar consecuencias de grandes dimensiones.
No es fácil para ningún gobierno, por lo que se entienden muchas veces los fracasos, pero lo que no se entiende es que no se lleven a cabo las estrategias necesarias para apaciguarla. El gobierno de la cuarta transformación está más obligado a concretar estas acciones, porque ha insistido en la incapacidad y corrupción de los gobierno anteriores. La corrupción, sin duda, ha sido uno de los principales elementos que impulsan la impunidad, por lo que todos los gobernados han esperado mejores intentos de atacarla. A tres años de gobierno, las cosas, en materia de seguridad, siguen igual que antes o quizá con índices más elevados.
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A VER LOS TOROS, DESDE LA BARRERA.
SE TIENE ENTENDIDO que el gobernador del Estado Cuitláhuac García Jiménez, encargará a otro funcionario, la entrega directa del documento que contiene las acciones de gobierno, durante este año del ejercicio constitucional del poder en Veracruz, es decir, que no se presentará en el congreso para cumplir con esta obligación.
Se anuncia, sin embargo, que desde la cuenca del Papaloapan, enviará un mensaje con motivo del tercer informe de gobierno. Lo hará fuera de la capital del estado, donde residen los poderes y donde se refleja la mayor fuerza política de la entidad, algo así como apartándose un poco más del centro político, donde tradicionalmente se cumple con las mayores acciones gubernamentales y donde, en este día, se está más cerca del punto principal de las decisiones.
El Gobernador Cuitláhuac, se dirigirá a los veracruzanos, desde Tlacotalpan, donde se convertirá a esta ciudad, momentáneamente, en algo así como la capital del Estado, viendo y sabiendo de los sucesos de la entidad, prácticamente, desde lejos, como los toros, desde la barrera, salvo decisiones de última hora.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede. |
