Los gobernantes priistas le apostaron a la operación política y se olvidaron de conservar el contacto con sus votantes. Le apostaron al fraude electoral con un IFE complaciente que les validaba elecciones y le apostaron al discurso político mediático que encubría las grandes diferencias sociales y el empobrecimiento de los mexicanos.
Ese hueco, ese olvido, esa falta de contacto directo y constante, es lo que ahora está cubriendo MORENA, sin contar desde luego con el gran apoyo que significa una política social muy efectiva y de efectos electorales.
Lo que pasó este fin de semana en Minatitlán es una muestra de lo anterior. Con la zanahoria de explicarles los beneficios de una Reforma Eléctrica que aún se encuentra en el alambre en el Congreso de la Unión, por un lado el diputado federal Sergio Gutiérrez Luna y por otro el diputado Juan Javier Gómez Cazarín movieron la masa electoral de MORENA del Sur de Veracruz.
¿Quién llevó más gente a sus eventos? Eso fue lo de menos. MORENA movió a su gente, los morenos los buscan, se acercan, les consultan, los apapachan.
La estrategia anterior sucede en todos los estados gobernados por MORENA -son 17 actualmente-, más los otros que son gobernados por la oposición pero que simplemente tratan de quedar bien con quien gobierna en Palacio esperando que al fin de que al terminar sus mandatos puedan ocupar algún cargo diplomático en el extranjero o al menos no ser encarcelados, como ya ha sucedido con varios exgobernadores panistas y priistas.
Así, el panorama real de campo dista mucho ya de lo que mediáticamente se quiere dar a entender con respecto a lo que vendrá en el 2024.
La oposición, afortunadamente para MORENA, persiste en su política mediática de fustigar las acciones de gobierno, pero siguen lejos de las masas que llevan al poder a los partidos políticos.
Es decir, a como van las cosas habrá en el 2024 de nuevo, otro gobierno MORENO y quizá nuevas aplanadoras legislativas en los congresos estatales y el de la Unión.
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