La Constitución es violada a cada rato desde la mismísima cumbre del poder.
Nadie criticaría al gobierno sin sufrir las consecuencias. Cárcel o desaparición forzada. Ni el Chapulín Colorado podría defendernos... porque ya se murió.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha entregado casi todo el control a las fuerzas armadas. Y lo que aún falta. Analícenlo, no es exageración.
Algunos opositores de AMLO sugieren la inminente consumación de un pacífico autogolpe de estado con miras a una eventual dictadura o prolongación del mandato presidencial. Para el caso es lo mismo.
No sabemos qué es peor, si encontrarnos a merced del crimen organizado cobrándonos derechos de piso, extorsionando, levantando y ejecutando gente, o vivir bajo un régimen castrense con todas sus consecuencias. Sería como caer del comal a las brasas.
No hay muchas opciones a la vista.
¿Qué opinan, inteligentes y valientes lectores? ¿Vamos bien o cambiamos?
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