Lo anterior sucedió cuando Enrique Alfaro se presentó en las instalaciones del Centro Universitario de los Valles (CUValles) a filmar un video de gobierno junto con el alcalde de Guadalajara, Ismael del Toro Castro, y un grupo de diputados. Ahí, al ser recibido por la Rectora doctora María Luisa García Bátiz, esta y otros profesores del Centro acusaron y cuestionaron a Enrique Alfaro por el atraso de hasta 29 meses en la construcción del edificio de Investigación y Posgrado, y en el Núcleo de Servicios Universitarios, obras por 40 millones contratada por el Gobierno de Jalisco que no se han ejercido adecuadamente. “Una obra contratada por usted -gobernador-“, le dijo la rectora.
El caso fue bochornoso porque quedaron grabadas y filmadas las grotescas amenazas de Alfaro a la Rectora, mientras uno de sus guaruras la intimidaba a ella y a los maestros universitarios que con ella estaban.
Esa parece ser fue la gota que derramó el vaso en Jalisco, ya que apenas el fin de semana pasado las calles del Centro de Guadalajara se llenaron de manifestantes que exigieron la renuncia de Enrique Alfaro Ramírez.
Fueron, según las crónicas, por lo menos 23 colectivos, todos emanados de la sociedad civil que al grito multitudinario de “Fuera Alfaro” repudiaron la gestión del gobernador emecista y exigieron su renuncia.
Pero esa no fue la primera marcha en contra de Alfaro, fue la quinta desde que asumió el poder desde el 2018, es decir, su gobierno ha caminado en medio del rechazo popular.
En esta quinta marcha, la exigencia popular fue por permitir que Jalisco ostente vergonzosos primeros lugares a nivel nacional en lo que toca a personas desaparecidas, fosas clandestinas, en deuda pública estatal y de sus municipios, enfermedad renal crónica que padecen miles de habitantes debido a la contaminación del lago de Chapala y el río Santiago, así como en feminicidios y tráfico de menores y abuso sexual infantil.
Los activistas exhibieron además un manifiesto en el que señalan que los actuales gobiernos emecistas y sus aliados “solo representan los intereses empresariales inmobiliarios, en detrimento del medio ambiente y la calidad de vida de los habitantes del Jalisco”.
Además, denunciaron los marchistas que Enrique Alfaro tiene cooptados a los poderes públicos, mostrando además una ‘conducta exacerbada’ hacia todos quienes critican sus actos y decisiones en una clara muestra de ‘inestabilidad emocional’, lo que obviamente debe tener relación con lo sucedido recientemente en Centro Universitario de los Valles (CUValles).
Y aunque parezca difícil de comprobar científicamente esa ‘inestabilidad emocional’ de que se le acusa al gobernador, políticamente es como un ‘machete de palo’ que no corta, pero magulla, hiere y lastima, y más cuando Dante Delgado y el MC están por definir a su candidato a la presidencia para el 24.
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