El PRI en Veracruz está entrando en aguas turbulentas, que podrían provocar su desintegración y la extinción de una sólida base electoral que ha superado innumerables escollos.
Es momento que los actores políticos reflexionen, que antepongan el interés colectivo sobre las ambiciones personales. De lo contrario, las esperanzas de millones de ciudadanos (los que sueñan con un frente amplio y sólido que expulse del poder a Morena) se esfumarían.
Para todos debería ser evidente, pero -quizá cegados por una absurda lucha de egos- de pronto podrían perder de vista las consecuencias.
Los partidos políticos son vulnerables a luchas de poder, a divisiones ideológicas, a disputas sobre estrategias electorales o a diferencias personales.
Un partido político que no consigue procesar y resolver sus diferencias internas se topará, de forma irremediable, con demonios que a nadie le gustaría enfrentar:
Fragmentación del voto: Cuando un partido político no puede resolver sus conflictos internos, es muy probable que los votantes y los militantes se dividan en facciones opuestas. Esa fragmentación puede dar lugar a la dispersión de votos entre diferentes candidatos o partidos, lo que reduce las posibilidades de ganar en una elección.
Pérdida de credibilidad: Los conflictos internos pueden hacer que el público perciba al partido como desorganizado, incompetente o inestable. La pérdida de credibilidad puede socavar la confianza de los votantes en el partido y reducir su apoyo en las urnas.
Debilidad en la formulación de políticas: Los partidos políticos que están divididos internamente pueden tener dificultades para establecer una plataforma política coherente y efectiva. Esto puede dificultar la presentación de soluciones y políticas concretas a los problemas que preocupan a los votantes, lo que a su vez afecta su atractivo electoral.
Desmovilización de la base: Cuando los miembros del partido se ven atrapados en disputas internas, la base del partido puede desmovilizarse y perder interés en la política. Esto resulta en una menor participación de los votantes, lo que puede ser especialmente perjudicial para el partido si la participación es crucial para su éxito.
Falta de cohesión y coordinación: Los conflictos internos dificultan la coordinación y la colaboración dentro del partido, lo que puede llevar a una campaña electoral ineficaz. Sin una estrategia clara y unificada, el partido puede no ser capaz de aprovechar al máximo su potencial electoral.
En resumen, los conflictos internos dentro de un partido político representan un riesgo electoral significativo, ya que socavan la cohesión, la credibilidad y la capacidad del partido para movilizar a los votantes.
Para tener éxito en una elección, los partidos políticos deben abordar y resolver estos conflictos internos de manera efectiva, manteniendo la unidad y la visión coherente que atraiga a los votantes.
Lo dijo de manera clara Zeferino Tejeda Uscanga, representante del PRI ante el Consejo General del OPLE:
“Qué bueno que con ese ánimo y con ese dinamismo esos grupos se formen y se integren al trabajo del Revolucionario Institucional en vísperas del proceso electoral”.
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Epílogo.
A propósito de trabajo político, llama la atención el crecimiento -discreto pero constante- del panista Hipólito Deschamps. Ya una casa encuestadora lo ubica entre los seis personajes de la oposición con mayor nivel de conocimiento y aprobación entre la sociedad. *** Así, poco a poco, en contacto permanente con la sociedad, es como se construye un proyecto político. Bien. *** Hay una profunda crisis de disciplina y legalidad en la Secretaría de Seguridad Pública del estado (SSP), y a nuestras autoridades parece no importarles. *** En diversos puntos de la entidad se han registrado manifestaciones de la sociedad para protestar por los abusos que cometen los policías uniformados y los mandos superiores pretenden resolver todo con promesas de que “se investigará y se sancionará a quienes resulten responsables”, lo que nunca sucede. *** El colmo de tal indisciplina se dio la mañana de este jueves, cuando un elemento de la policía estatal atacó a balazos a sus propios compañeros mientras desayunaban en la base policial, en Tihuatlán. *** El policía agresor discutió con sus compañeros antes de utilizar su arma de fuego. En el ataque murió un elemento de la SSP. Dos mujeres resultaron heridas y fueron trasladados de urgencia al hospital del IMSS en Poza Rica, donde más tarde se notificó la muerte de una de ellas, también policía, quien se informó, estaba embarazada.
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