Es mejor la IED que la indirecta porque se asocian capitales extranjeros con el capital social de las empresas del país que recibe. Mejora el consumo interno con mayor variedad de productos y mejores precios.
En cambio, la Inversión Extranjera Indirecta es la que en su mayor componente se invierte en la Bolsa de Valores y la cesión de préstamos de organismos internacionales o gobiernos o empresas públicas de países en los que residen los inversionistas a través la colocación de valores bursátiles. No genera empleos, no aumenta activos ni nuevas tecnologías.
Por lo anterior es importante que la inversión extranjera directa en México en los últimos 5 años haya crecido hasta los 165 mil millones de dólares. Todo un récord si se toma en cuenta que durante todo el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto llegó a 142.6 y con Felipe Calderón tan solo fue de 86.8 miles de millones de dólares.
Lo anterior en parte contradice versiones de que la economía mexicana se encuentra en franco retroceso y que la inseguridad ha inhibido este tipo de inversión tan necesaria y útil para los países que la reciben.
Nuevos activos, empleos, capital, exportaciones, una cadena virtuosa de crecimiento económico sano.
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