Pero la guerra de encuestas no solo se ve a nivel nacional, es más crítica a nivel local, porque interviene una miriada de encuestas que solo en su casa conocen.
Eso sí, dependiendo de a quien le va cada votante, señala a una u otra encuesta como seria o no… aquí no hay distinción por nombres conocidos, sino más bien por resultados.
Lo cierto es que las encuestas de mayor renombre y más trayectoria, en su inmensa mayoría, dan una ventaja de dos dígitos a Rocío Nahle sobre Pepe Yunes. Estas encuestas, obvio, le caen en la punta del hígado a los de la oposición y las tachan de compradas.
Mientras tanto, un poco tarde, pero los del PRIAN ya se subieron también a la guerra de encuestas y han movido con furor y singular alegría algunas de casas encuestadoras poco conocidas, en las que Pepe ha empatado o se encuentra ya ligeramente arriba de Rocío Nahle. Estas encuestas, obvio, no le gustan a los Morenistas que las señalan de ser encuestas patito.
Hay otro caso, todavía más deleznable, que es cuando las encuestas las truquean quienes las comparten, pues señalan a uno u otro como favorito y cuando se revisa la fuente, resulta que el resultado no es como lo plantean. Estas tienen la clara intención de confundir al electorado.
A alguien le interesa que las encuestas no sean tomadas en cuenta y que se hundan en el marasmo y el caos, al grado que al final ya no se confíe ni siquiera en una encuesta levantada en la mesa del comedor de cada familia.
Las encuestas no indican cuál será el resultado del 2 de junio, solo son una fotografía del momento.
Es peligroso tomar decisiones con base en las encuestas, pero también es peligroso ignorarlas.
Usted, ¿Cómo determina a qué encuesta creerle? ¿A la que da por ganador a su candidato/a de preferencia o a la seriedad y reconocimiento de la Casa Encuestadora?
¡Ojo, mucho ojo!
@AtticussLicona |