Una característica sustancial de las mañaneras fue la cantidad de mentiras que fue diciendo el Presidente en cada emisión. El periodista mexicano Luis Estrada, Director General de Spin, contó más de 100 mil en los primeros tres años de las conferencias, y concluye que el promedio de falsedades de AMLO es de 105 por conferencia. Eso quiere decir que el próximo 30 de septiembre, AMLO podría llegar a 150,300 afirmaciones que se apartan de la verdad. Son muchas, muchísimas, pero menos que los casi 200 mil asesinados en su sexenio, o que los 360 mil paisanos que murieron de más por el pésimo manejo gubernamental de la pandemia de Covid.
La cosa es que hoy viernes 20, si acordamos que ya pasó la de este día, le quedan a López Obrador seis mañaneras: cinco del lunes 23 al viernes 27 y la del lunes 30. Serán 18 horas cuando menos en que Yo el Supremo (Roa Bastos) dirá los últimos estertores de su verborrea que tanto daño hizo a la nación, a las instituciones y a millones de personas.
Serán las menos vistas y las menos escuchadas, porque día a día fueron perdiendo interés entre la gente y últimamente tenían una audiencia bajísima, a pesar de la mentira -una más- de su oficina de comunicación, que insistía en que era la emisión más vista del país y de la historia. ¡Ay, Chuchito Ramírez!
A algunos curiosos les causa cierta expectación lo que pueda decir El Señor Presidente (Miguel Ángel Asturias) y hasta se hacen apuestas sobre si terminará de volverse loco frente a las cámaras, ante la pérdida inminente del poder, se su poder.
Siete mañaneras y esto se acaba.
Y empezarán, a ver hasta cuándo, las mañaneras de Claudia…
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