El grupo del “ojo por ojo y diente por diente” se creó sobre la idea que la presidenta desarrolló en alguna mañanera; aquella donde ante cualquier arancel que Trump imponga a México, se le contestará con uno igual o peor: “arancel por arancel, ofensiva por ofensiva”.
Por eso cuando Claudia Sheinbaum supo que el magnate afirmaría que la seguridad en nuestro país era peligrosa, y que además, arremetería de nuevo con “el asunto de los aranceles”, pidió tanto a Juan Ramón de la Fuente como a Marcelo Ebrard (por diferentes rutas), preparar el “documento de réplicas para defender la soberanía”.
La estrategia tiene como objetivo nunca ponerse de rodillas ante el agresivo magnate estadunidense, pero sin perder las herramientas para cabildear asuntos que son torales en ambos países (y donde nunca puede perderse la negociación), como los asuntos migratorios y de seguridad fronteriza, por ejemplo.
Cuando en Palacio Nacional se enteraron de la “cruzada trumpista” por cambiar el nombre del Golfo de México a Golfo de América, más de uno pensó en que dentro de esa lógica de pensamiento extremista (e increíble), el magnate querría hasta modificar el nombre del estado Nuevo México (ubicado al sur de EU), por Nueva América.
Veremos qué ocurre, y qué tan bien funciona esa oficina de reciente creación para responder a Trump… no es cosa menor.
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