Pareciera (e insisto, pareciera), que la ofensiva contra la Fiscal Verónica Hernández disminuye y empieza a salir, poco a poco, de las arenas movedizas en que se encontraba. Y es que tener el sello (merecido o no) de Eric Cisneros en la frente no debe ser fácil en estos tiempos.
Cuando todo indicaba que la iniciativa en el legislativo para buscar la caída de Hernández estaba “cocinada” (y sería el primer clavo de su anunciado ataúd), las acciones recularon y podría encaminarse a finalizar su respectivo periodo.
Si bien es cierto la imagen de Cisneros le operaba en contra, además de algunos espinosos temas no atendidos durante el mandato de Cuitláhuac García, Verónica Hernández ha logrado, al parecer, avanzar entre obstáculos para “llenar el ojo” de la gobernadora.
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