Faltan cinco largos años para que se dé un nuevo relevo en el gobierno estatal (salvo que suceda algo extraordinario) y, sin embargo, ya hay quienes sudan calenturas anticipadas.
La efervescencia política y el afán futurista de los veracruzanos ha materializado aquella consigna que se planteaba en los relevos del Poder Ejecutivo estatal: “las campañas por la sucesión inician justo cuando el gobernador en turno está rindiendo protesta”.
En el 2018 Cuitláhuac García aún no asumía el cargo, ya en los corrillos políticos se aseguraba que sería la ingeniera Rocío Nahle quien lo sustituiría. El debate, en todo caso, era si la entonces senadora electa podría superar las trabas jurídicas que le representaba no ser nacida en esta entidad.
Sin embargo, de 2018 al 2024 pasaron muchas cosas. Éric Cisneros Burgos, el “emisario” de Rocío Nahle, fue colocado en una posición estratégica: la secretaría general de gobierno, con la consigna conformar la estructura electoral que impulsaría la campaña seis años después.
Éric Cisneros hizo su trabajo, tejió una amplia red de compromisos políticos (y algunos económicos) a lo largo del territorio veracruzano, pero -dicen- terminó sucumbiendo a la tentación: “¿por qué ella y no yo?”.
Durante el sexenio de Cuitláhuac García hubo otros que levantaron la mano.
Un veracruzano formado fuera de la entidad, Sergio Gutiérrez Luna, aprovechó su llegada a la presidencia de la mesa directiva de la Cámara de Diputados para hacerse ver por sus paisanos. A la menor provocación visitaba “su tierra”, con el consecuente berrinche de Cuitláhuac García y de Éric Cisneros.
Manuel Huerta, al frente de la delegación del Bienestar, con acceso a los padrones de beneficiarios de los programas sociales, fue construyendo su propia estructura, al grado de que, en la encuesta de Morena para definir las candidaturas, en el 2024, superó a quien hoy es gobernadora.
¿Su premio de consolación? La candidatura al Senado, pero como segundo de la fórmula, para que no se fuera a “tirar a la hamaca” y dejara afuera a su compañera, Claudia Tello.
Pues bien. En esa misma dinámica están entrando aquellos que presumen conocer “las entrañas” de la política estatal, y no sólo sugieren propuestas de la 4T para suceder a Rocío Nahle, sino que construyen escenarios desde la oposición.
Muchos coinciden en que Pepe Yunes iría por un tercer intento (perdió en 2018 y en 2024), no porque él lo hubiera externado, sino porque, desde la lógica de esos analistas, “no hay otro”.
Y ahí es donde se empieza a enredar la trama. Casi todos coinciden en que ni el PRI, ni el PAN, están en condiciones de competir con posibilidades de triunfo en el 2030 y, por lo tanto, voltean a ver a la única fuerza política opositora con crecimiento sostenido y posibilidades reales de convertirse en “la opción” de los miles de veracruzanos descontentos con la actuación de los gobernantes de Morena: Movimiento Ciudadano (MC).
Pero, en su afán de conseguir que “todas las piezas encajen”, descalifican cualquier alternativa surgida de las propias filas del partido naranja. Como si su crecimiento en las urnas se hubiera dado por generación espontánea, como si no existieran cartas entre su militancia que pudieran despuntar.
Lo dijo este jueves el coordinador estatal de Movimiento Ciudadano, Luis Carbonell: “Vamos a seguir construyendo con liderazgos propios, enfilándonos para levantar el Veracruz que todos queremos”.
Se quejan tanto de que los contendientes “son los mismos de siempre”, pero desdeñan a una fuerza política que ha sabido sumar juventud con experiencia, que ha sido capaz de identificar en la sociedad a esos líderes naturales que sólo requieren de una estructura electoral que los impulse.
Si quieren pensar desde ahora en posibles escenarios para el 2030, tienen que considerar a MC y a las figuras que ese partido está formando.
En cinco años pueden pasar muchas cosas.
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Epílogo.
Ya lo habíamos advertido aquí: Javier Duarte resulta “incómodo” para los representantes de Morena, pero -al menos en Veracruz- también lo consideran de mucha utilidad. *** La gobernadora Rocío Nahle nada ha dicho sobre las gestiones del exgobernador para obtener su libertad anticipada, pero lo utilizó como referencia para defender su decisión de concederse un aumento salarial. *** En sus redes sociales la gobernadora acusó la existencia de una confabulación (“nado sincronizado”, le llama ella) para criticar su actuación al frente del gobierno de Veracruz y sobre el aumento a su salario alegó que hace diez años (que era cuando gobernaba Javier Duarte) el titular del Poder Ejecutivo ganaba una cantidad similar. *** “Nuevamente han soltado el nado sincronizado varios medios con un tema sobre el salario de la gobernadora. Hace 10 años era casi el mismo para el titular del Ejecutivo. ¡Son tan obvios!”, publicó en sus redes sociales. *** Durante su administración, Cuitláhuac García se redujo el salario a partir del 2020. Ganaba lo mismo que Javier Duarte en 2016 (74 mil 938 pesos) y él lo bajó 58 mil pesos mensuales. *** A Rocío Nahle (para quien “el dinero no es el problema”) eso se le hizo poco y decidió que a partir de 2026 debería ganar mucho más.
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