En noviembre de 2016 la casa calificadora Fitch Ratings emitió un comunicado para dar su opinión sobre el comportamiento financiero del ayuntamiento de Boca del Río. En ese documento los analistas le asignaron al municipio una calidad crediticia equivalente a BBB- con perspectiva “estable”.
Al momento de explicar las razones de esta medida, la calificadora planteó que entre las fortalezas de las arcas municipales se destacaba “el endeudamiento bancario nulo de largo plazo”, además de “no contar con planes de endeudamiento de largo plazo en el próximo año”.
También le reconocían a la administración que encabeza Miguel Ángel Yunes Márquez (hijo del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares) una congruente generación de Ahorro Interno y la ausencia de contingencias por seguridad social así como por servicios de agua y drenaje.
Advertía Fitch Ratings, sin embargo, que el ayuntamiento de Boca del Río mostraba “una posición débil de liquidez, caracterizada por un pasivo circulante y una estructura de gasto operacional elevados que, en promedio de los últimos 3 años, ha consumido 87.9% de los ingresos fiscales ordinarios”.
Sorprende del análisis de la casa calificadora, que para ese entonces, hace seis meses, no estuvieran enterados de le pretensión del alcalde de contratar un crédito bancario por cien millones de pesos, para lo cual ya envió la correspondiente solicitud de autorización al Congreso local.
Tal vez era importante que la calificadora no lo supiera, pues eso hubiera impactado la calificación crediticia.
Si algo había caracterizado a Miguel Ángel Yunes Márquez en sus dos períodos como alcalde, era la prudencia con la que manejaba los fondos públicos.
En su primer período como alcalde el entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán impulsó entre los presidentes municipales un proyecto para bursatilizar sus ingresos provenientes del impuesto a la tenencia vehicular. El gran operador de ese proyecto era el joven secretario de Finanzas, Javier Duarte.
Yunes Márquez se opuso a dicho procedimiento y su municipio no recibió un solo centavo de dicha bursatilización. Sin embargo, gracias a esa decisión, hasta la fecha el municipio no tiene que hacer ningún desembolso para cubrir ese compromiso.
Hoy es el último año de su gestión. En caso de contratar un crédito estará comprometiendo las finanzas de las próximas administraciones municipales. ¿Cuáles son las razones que obligan a Miguel Ángel Yunes Márquez a cambiar su postura respecto a la deuda pública?
Argumentos los tiene. A Boca del Río, como a todos los municipios de la entidad, el gobierno estatal le sigue debiendo una importante suma de fondos federales que “se perdieron” en la licuadora implementada por Javier Duarte. Lo que pretende el gobernador es “patear el bote” y negociar el próximo año con los nuevos alcaldes, de manera que ese compromiso no impacte las de por sí endebles finanzas del Estado.
Otra razón para decidirse a contratar este crédito, es que ahora cuenta con “derecho de picaporte” en Palacio de Gobierno y son momentos propicios para la inversión, más si se dan en el ámbito político.
Allá por 2009, cuando varios de los colaboradores más cercanos de Javier Duarte se lanzaron a la aventura municipal, recibieron del aspirante a la gubernatura una promesa: “Una vez que llegues a la alcaldía, vas a recibir un apoyo del Estado, como nunca lo ha recibido ese municipio”.
Los alcaldes tomaron posesión en enero del 2010, y en diciembre de ese año Javier Duarte asumió el cargo de gobernador. Cuando sus amigos, los alcaldes, le recordaron aquella promesa, el mandatario estatal los cuestionó: ¿Cómo andan las finanzas municipales? ¿Crees que puedas conseguir un crédito?
La respuesta fue: Las finanzas están sanas.
“Entonces gestiónalo, yo te ayudaré a pagarlo. Así tendrás acceso al recurso con más rapidez”.
De más está decir que esa promesa, como muchas otras, se perdió en el orgiástico derroche en el que se convirtió la administración duartista y la deuda en esos municipios sigue siendo pagada por sus habitantes.
¿Será, acaso, en esos términos, el acuerdo para endeudar a la administración municipal boqueña?
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Epílogo.
Porque en el ejercicio público y en nuestra vida cotidiana, el respeto a la dignidad de la mujer es premisa irrefutable, sirva este espacio para reproducir un fragmento de lo escrito por la joven Karla Navarra Velasco: “Soy una mujer de trabajo, honesta y de valores. Respetuosa de la vida de las personas, pero que entiende que existe la vileza social de hacer escarnio de quien sólo se dedica a trabajar. No merece ningún comentario en específico la vil mentira de la que fui objeto y menos la cobardía de repetirla, seguiré esforzándome por ser una veracruzana que con su trabajo y honor contribuya a hacer la diferencia”. Quienes conocen el caso sabrán reconocer el valor de estas palabras. *** En atención a la natural inactividad pública en estas fechas, el siguiente Punto de Vista habrá de publicarse hasta la próxima semana. Gracias.
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