Prefacio.
Este planteamiento me lo hizo un abogado: Si, como dice la propia PGR, las autoridades de Guatemala han brindado su apoyo en este operativo para la captura del exgobernador de Veracruz Javier Duarte, ¿por qué las autoridades mexicanas no pidieron, en lugar de su extradición, su expulsión del país? *** Hay diferencias muy importantes en ambos casos. En primer lugar hay que advertir que la deportación procedía, pues Javier Duarte ingresó a tierras guatemaltecas con documentación falsa. El procedimiento implicaba la captura de Javier Duarte y su acompañante (su esposa) para ser enviados a su país, donde ya los estarían esperando los agentes de la PGR para capturar al exmandatario veracruzano. *** Este trámite es mucho más rápido que la solicitud de extradición, que puede tardar hasta 60 días. Y no sólo eso: El Articulo Decimoquinto del Tratado de Extradición entre México y Guatemala establece que “la persona reclamada que ha sido entregada de conformidad con este Tratado no podrá ser detenida, juzgada o sancionada en el territorio de la Parte Requirente por un delito distinto a aquel por el cual se concedió la extradición”. *** Con el correr de las horas este tema quedó aclarado. Las autoridades mexicanas solicitaron a sus pares de Guatemala la “detención provisional con fines de extradición” de Javier Duarte. Esto significa que quedó descartada la deportación del exgobernador de Veracruz (no así la de su esposa) y el proceso judicial en su contra se limitará a los delitos de Delincuencia Organizada y Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, limitación que no existía por la vía de la deportación. *** En el nuevo sistema penal, ninguno de estos delitos amerita prisión, a menos que el juez de control considere que exista el riesgo de que el procesado se pueda fugar nuevamente, caso en el que se le aplicaría prisión preventiva (en los meses recientes hemos visto muchas decisiones similares en Veracruz) en tanto se desarrolla el juicio y se dicta sentencia. *** Lo que queda claro es que al ser extraditado evitará que se le procese por otros delitos de los que es señalado, como la desaparición de personas, fraude fiscal, peculado en contra del IPE, o esas dos órdenes de aprehensión emitidas por jueces locales, adicionales a la que ejecutó el gobierno federal. *** ¿Se trató, acaso, de un error de cálculo, o de una “sospechosa omisión”?
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No estaba muerto, no estaba en Costa Rica, tampoco en Canadá. No lo tenía escondido el gobierno federal en el Campo Marte. No llegó a Nicaragua, no se hizo cirugía, ni adelgazó (de hecho, luce con algunos kilogramos de más respecto a su última aparición en público).
Javier Duarte de Ochoa fue detenido en el Municipio de Panajachel, Departamento de Sololá, en Guatemala. Su esposa Karime Macías, se encuentra también “bajo custodia”, según informó Stu Velasco, subdirector de la Policía Nacional Civil de Guatemala,
El exgobernador de Veracruz fue localizado en el hotel La Riviera de Atitlan, con vista a la bahía de Buenaventura, sitio en el que llevaba ya dos días, sin salir de su habitación. Se trata de un hospedaje “modesto” para sus posibilidades. Una habitación para dos personas tiene un costo de alrededor de dos mil pesos mexicanos por noche.
Hay versiones en el sentido de que la “pifia” del periodista Joaquín López Dóriga (quien subió en Twitter una fotografía de una pareja afirmando que se trataba de Javier Duarte y su esposa, quienes se ubicarían en Canadá) en realidad habría sido una jugada para “despistar” a las autoridades, pues justo en esos momentos viajaban a Guatemala familiares de la esposa del exgobernador.
Es de destacar la oportuna y atinada narración de la periodista Brenda Caballero, un día antes de la captura de Javier Duarte.
Se refirió al incidente en el que se vio involucrado José Armando Rodríguez Ayache, esposo de Mónica Ghihan Macías Tubilla y concuño de Javier Duarte de Ochoa, en el aeropuerto de Toluca. Lo acompañaban, dijo, tres mujeres y cinco niños. Mencionó a su esposa Mónica y a María Virginia Jazmín Tubilla, madre de ésta, así como a los niños Carolina, Emilio y Javier Duarte Macías (los hijos de Javier Duarte) además de Santiago y Paulina, hijos de Mónica y José Armando.
“No me crea usted, pero dicen que el destino de la familia es el vecino país de Guatemala”, refiere la columna de Brenda Caballero, quien más adelante se aventura a emitir un pronóstico:
“¿Estaremos cerca de una detención negociada después de las vacaciones de Semana Santa?”.
Con un ingenioso juego de palabras, el domingo, el gobernador de Veracruz Miguel Ángel Yunes Linares pretendió adjudicarse el mérito de la captura de Javier Duarte, quizá su más efectiva promesa de campaña:
“Lo denuncie y está en prisión. Cumplí mi palabra”, dijo el mandatario estatal, y en los hechos, no hay una sola mentira en su dicho.
Lo que no aclara es que la denuncia que motivó la orden de aprehensión en contra de Javier Duarte no fue la suya, sino la que emitió la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, a partir de las denuncias presentadas, mucho antes que la de Yunes Linares, por la Auditoría Superior de la Federación.
“Me siento muy satisfecho, muy orgulloso de este gran logro. Todos los días escuchaba en las calles y en los medios el justificado reclamo de detener a Duarte, me lo exigían airadamente, hoy puedo decir con orgullo, Javier Duarte ya está en prisión, lo logramos, se hará justicia”.
Satisfecho, quizá, pues era una de tantas promesas de campaña que estaba sin cumplir.
¿Orgulloso? Es posible, si le motiva el orgullo a las instituciones federales, que fueron las que lo sacaron de ese apuro, y las mismas que –pretende él- habrán de sacarlo del aprieto en que está metido por otra de sus promesas incumplidas: Devolver la seguridad a los veracruzanos.
“Yo personalmente logré recuperar más de mil doscientos millones de pesos, lo repito: Yo personalmente logré recuperar más de mil doscientos millones de pesos en efectivo y bienes, que hoy son del pueblo de Veracruz y se invierten en mejorar la infraestructura hospitalaria”.
El día que Miguel Ángel Yunes Linares le baje dos rayitas a su egolatría, quizá serán más creíbles sus discursos.
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Epílogo.
Inició en los tiempos de Miguel Alemán y continuó con Fidel Herrera. El trabajo que realizaba la Secretaría de Protección Civil le mereció reconocimientos a nivel nacional e internacional. Año con año, durante los períodos vacacionales, se montaban eficaces operativos que permitieron presumir “saldo blanco”. Hoy ya no es así. Los más recientes reportes hablan de al menos cinco personas ahogadas (dos visitantes de Puebla y tres veracruzanos) en lo que va del periodo vacacional. El 9 de abril, en Tuxpan, un joven de 15 años fue arrastrado por el mar. Cuatro días después, en el río Papaloapan, un joven de 16 años fue registrado como la segunda víctima y un tercer fallecimiento se reportó en Boca del Río. Al día siguiente se registró un ahogamiento en La Mancha, del municipio de Actopan y otro en La Antigua, en playa Chalchihuecan. Alguien no está haciendo bien su trabajo. *** Una muestra de que “los malandros” no respetan ni los días santos: Un comando armado secuestró a tres jóvenes el pasado fin de semana en un balneario cercano a Tierra Blanca. En el río Juliete, que se ubica cerca de la frontera entre Oaxaca y Veracruz, el comando irrumpió se llevó a punta de pistolas a una pareja, identificada como Ergit Domínguez Ruiz, de 33 años, e Itzel Hernández Díaz, de 25 años. Cuando se retiraban del sitio, los sujetos armados secuestraron a otro joven, de quien se desconoce su identidad. La pareja secuestrada pertenece a conocidas familias de Tierra Blanca. *** La captura de Javier Duarte llama más la atención, pero eso no quiere decir que la delincuencia haya ido a la baja. La “percepción” sigue siendo negativa.
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