Y lo que parecía un tema menor, por el monto general saqueado por Javier Duarte y socios, un desvío de 41 milloncejos de parte de Karime Macías, Presidenta del Patronato DIF-Veracruz en su primer año de gestión, reseñado en un reportaje de Televisa en días pasados, se convirtió en la punta de la hebra que da lugar al origen de las “Empresas Fantasma”.
Fue ahí, en el DIF, bajo la batuta de Tarek Abdalá, Tesorero de la institución y de Astrid Elías Manzur, Directora de “Grupos Vulnerables” y seis administrativos más, donde se abrió la primera puerta al “Grupo Balcano”, beneficiario a lo largo del sexenio de más de 450 millones de pesos a cambio de nada.
Es decir, se compraban sin comprar sistemas de agua, estufones, tanques de gas, mochilas escolares, material deportivo, granjas ecológicas y toda suerte de suministros materiales para las familias veracruzanas… pero nunca se entregaba nada.
Acaso en alguna ceremonia protocolaria se simulaba la entrega masiva de utilitarios y enseres o útiles a los padres de familia, pero en la realidad nunca hubo mercancía o aprovechamiento de servicios porque jamás existieron.
“Prefraco”, “Ravsan Servicios Múltiples”, “Abastecedora Romcru” y “Centro de Recursos de Negocios Cerene” y “Anzara”, también fueron metidos en el ajo del desvío millonario y como la maquinita funcionó… pues eso ya no paró.
De todo ello estaba enterado el director General del DIF-Veracruz, Juan Antonio Nemi Deb, quien, sin embargo, en un reportaje televisivo refuta:
“Nunca participé en nada patrimonial, No hay ningún documento firmado por mí. No asistí a ninguna reunión. Jamás tuve trato con proveedores, nada. De suerte que todo lo que tiene que ver con la gestión de recursos del DIF no tuve ninguna participación, de ningún tipo”.
Ello dio lugar a que se abriera una carpeta de investigación para deslindar su responsabilidad administrativa y ausencia de deber legal.
Y es que este amigo olvidó de pronto que la normatividad de la Ley de la Administración Pública, lo obligaba como funcionario público a “planear, organizar, dirigir, controlar y evaluar el desempeño de las funciones correspondientes al Sistema DIF”.
Que estaba obligado asimismo a presentar a la “Junta de Gobierno, para su aprobación, informes y estados financieros trimestrales, acompañados de los comentarios que estime pertinentes que al efecto formulen el Comisario, la Contraloría Interna y los auditores externos”.
Y lo más importante, “Celebrar los convenios y actos jurídicos que sean indispensables para el cumplimiento de los objetivos del sistema”.
Consecuentemente Nemi no fue un Robinson Crusoe que trabajaba en una ínsula y no se enteraba de nada. La realidad, el sentido común y su obligación institucional indican que siempre estuvo enterado del manejo presupuestario.
Un informe detallado de parte de un staff de asesores jurídicos de la Fiscalía concluye que el Director del DIF, Juan Antonio Nemi, mientras estuvo al frente del Sistema DIF, siempre supo de las contrataciones y compras no entregadas a comunidad vulnerable alguna y que solo en el papel existieron tales inversiones, fueron compras fantasma.
Por tanto, debe responder. Es el responsable “porque las responsabilidades se asignan o modifican solo a través de publicación en la Gaceta Oficial… O que aclare ante la autoridad correspondiente en qué Gaceta se modificó el reglamento”.
“En el caso del DIF como entidad paraestatal goza de autonomía”, dice la ley lo cual echa por tierra la declaración de Nemi a la TV en el sentido de “por acuerdo del gobernador Javier Duarte se retiraron todas las funciones y facultades administrativas del director del DIF”.
Queda pues claro que el señalado asumió una responsabilidad directa en el ejercicio de los recursos públicos asignados al DIF y “Es responsable solidario de las acciones inherentes a la adquisición de bienes y contratación de servicios”.
“Si bien es cierto que Juan Antonio Nemi no aparece en las licitaciones, el ente –el ente es Nemi- dispuso de una Unidad Administrativa en donde el personal actuaba dentro de las licitaciones, gente de su entera confianza y aprecio personal”, concluye la revisión jurídica.
Pero además se presume no existió en el funcionario un principio ético, o moral alguna, en el supuesto de que, en efecto, no tuviera participación alguna en los negocios, al observar compras inexistentes y no reportar las anomalías a la Contraloría.
Hubo pues, omisión. Se investiga por tanto si esta omisión fue por comisión o falta del deber legal.
Hasta el momento a la autoridad no le ha quedado del todo claro por qué si en 2011 se “invirtieron” 41 millones de pesos en compras DIF para los pobres y en 2012, 500 millones en más compras virtuales, de papel ¿por qué no se enteró Nemi y si se enteró por qué no denunció?
¿Por qué cuando transitó a la Secretaría de Salud, de la cual también fue titular, donde se encuentra de nuevo con el “Grupo Balcano” comprando decenas de millones, no actuó, denunció o renunció?
“Suministros Maxbec, desde la era Fidel, ha proveído medicamentos a la Secretaría de Salud, en el 2011 el DIF invita a esta empresa fantasma a concursar y gana.
La empresa Centro de Recursos de Negocios “Cerene” que ganó 5 millones y medio por venderle al DIF granjas ecológicas, obtuvo otro contrato en 2012 por 5 millones 252 mil pesos para abastecer productos multivitamínicos al DIF.
Posteriormente recibió un contrato por 25 millones de pesos para realizar una campaña de publicidad del gobierno de Veracruz en Estados Unidos y seis empresas fantasma fueron boletinadas por la Secretaría de Hacienda por sus irregularidades fiscales, pero sobre todo porque jamás entregaron pedidos comprometidos.
¿Eso tampoco lo supo Nemi a su paso por el DIF y la Secretaría de Salud?
Son más las preguntas que las respuestas y… pues como dice la canción “El final se acerca ya…”
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |