Y tiene con qué presumir.
Mientras Xalapa, a través de su alcalde Américo Zúñiga, pide a la ciudadanía coperacha para completar las obras de reparación del drenaje de una de sus arterias más importantes, la Murillo Vidal.
En tanto, en el otro lado de la moneda, el gobernador Miguel Angel Yunes que no puede ver ni en pintura al que se va, ni al que viene, este Moreno, Hipólito Rodríguez.
Simplemente le vale Xalapa.
Viene porque aquí está la sede de los poderes y cuando le agarra la noche duerme en un hotel pero radica en el Estero, en Boca.
En el día a día el puerto, rumbo a sus 500 años, se llena de ánimo, de obras. Prontito habrá un nuevo Boulevard ¿cómo el de Boca?... No ¡Que va! Como el de Brickell de Miami y ya casi está listo el libramiento de Cardel para que se vea que bonito es lo bonito.
Su próximo alcalde, el actual senador de la República, Fernando Yunes Márquez, hijo de Miguel Angel Yunes Linares, está que no cabe de gusto, sobre todo después de que su hermano alcalde, el año próximo, sea gobernador y le construya la circunstancia para que en el 2024 le herede el cargo.
Xalapa, en tanto, paga sangrientas y criminales cuotas.
La oleada de crímenes es imparable. Secuestros, feminicidios, asaltos a casa habitación y comercios –Coppel de Lázaro Cárdenas ha sido asaltada tres veces en dos meses- , todo en el marco del afianzamiento de cárteles, grupos delincuenciales afroantillanos, salvadoreños, haitianos y kaibiles guatemaltecos.
Pero ¡Oh, paradoja! en Boca no hay asaltos. Tampoco en el puerto. En ambos municipios se lidia con la delincuencia común. Ahí va el gober a tomar cafecito. En Boca viven sus hijos y sus nietos. Ahí se realizan los más importantes eventos de la entidad. Es a donde llegan los invitados especiales… es más, creo que Peña Nieto ni siquiera sabe que existe Xalapa ya que para él la capital de Veracruz es Boca del Río, según dijo hace unos días… perdón, un tres de abril hace cinco años.
A Xalapa hace un par de días le inventaron una campaña negra para impedirle que tuviera un gasoducto; en Xalapa la caja chica del gobierno es Tránsito convertida a la vuelta de 10 meses en una cueva de ladrones y Xalapa, la neta, no te interesa al Secretario de Seguridad Pública, Téllez Marie, por dos razones.
La primera es que no le representa nada a su jefe trabajar por una plaza perdida, que está en manos de la oposición, una oposición de izquierda que comanda su líder nacional Andrés Manuel López Obrador, que no es muy amigo de Miguel Angel.
Y la segunda debido a que este amigo Téllez ya anda operando electoralmente por todo Veracruz, en favor del vástago de su patrón, así que no se puede distraer un minuto de su valiosisismo y menos por Xalapa que mientras peor imagen presente, más oportunidad tendrá la superioridad de echarle la culpa a Morena, al Peje y a Duarte, porque Duarte es ajonjolí de todos los moles.
Triste pues la calavera de Xalapa.
Sus habitantes cuando empieza a oscurecer vacían las calles, tapian puertas y ventanas de sus domicilios. Algunos incluso, se arman de bats, cuchillos y pistolas. Tienden asimismo redes sociales de comunicación por barrios y colonias y las autodefensas se multiplican.
Xalapa empeora.
Se comprueba que al micro gobierno, a 13 meses y cachito de concluir, le importa un bledo levantarla y protegerla.
No así a los jalapeños. Ni al millón de habitantes que han hecho propia la responsabilidad de cuidar y proteger el patrimonio cultural de la llamada ciudad de Las Flores. De no perder la tradición de la cultura, ni dejar de evocar esas “Noches de Luna en Xalapa”, que aún resuenan por Xalapeños Ilustres.
Los tiempos, ya pronto, habrán de cambiar para que a los jalapeños solo les quede el recuerdo de una de las peores páginas de la historia vividas en esta Atenas Veracruzana hoy sometida por quienes les da rasquiña la cultura y dejan sea agredida por malandrines que no tienen recato ni medida.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |