En Xalapa, veta histórica de políticos, de un acendrado espíritu liberal con el cual comulgan los morenos, doctores de alto reconocimiento académico, investigadores de alta talla –no como el esotérico de Hipólito que hasta antes de llegar al trono se la pasaba contemplando hormigas y plantas-, sus habitantes nomás no reúnen las exigencias que reclama nuestro alcalde para atender a los vendedores ambulantes y los panteones municipales.
Xalapa, con miles de egresados esperando por un empleo; mujeres, por millares que desean incorporarse a la vida productiva y adultos, padres de familia, que han servido con lealtad por más de 20 años son excluidos por que el edil está cierto que trayendo de “otros lados a funcionarios es mejor porque tienen desempeño de una gran trayectoria y conocen lo que van a hacer”.
Para este atarantado Xalapa no tiene pasado.
Todos son ineptos y ratas por tanto, que mejor oportunidad para que en esa dialéctica incruste a los recomendados de las hordas morenistas.
Xalapa con más de 150 parques y jardines no cuenta con alguien preparado para que los atienda; con más de 100 mil luminarias no hay quien sepa encender un switch.
Xalapa, con teatros y auditorios, magnos escenarios para la cultura y el esparcimiento, centros deportivos, velódromo, toda un cultura gastronómica y un turismo itinerante que derrama importantes sumas de dinero ¿qué creen?.. Carece de operarios, gente de criterio y –diría Hipólito -pantalones bien fajados como los que él porta- para conducir tan relevantes tareas.
Es más, Xalapa en la ceguera de Hipólito, ni siquiera cuenta con recogebasura capacitados, entrenados y graduados en el ITAM y ello se nota al no pasar por 150 colonias desde hace un par de semanas los carros de basura con sus conductores bilingües.
En ese escenario y con tan sesudas conclusiones ¡Qué bueno que el buen Hipólito –quien ya montó una oficina de lujo para su esposa al lado de su despacho para cuidarlo que no se vaya en malos pasos- nos está abriendo los ojos!
Gracias, amigo Hipólito, por enseñarnos que no solo somos unos simples mortales, sino una bola de pendejos que no somos capaces ni de conducir tu lujosa camioneta o atender el cobro por el servicio de agua y predial sin hacerlo mal o robarnos el dinero.
Qué bueno que seas tan realista, abuelo.
Magnífico que te hayas decidido por ese necio olvido, por aquellas promesas de campaña cuando jurabas, por esta, que entregarías las diversas áreas del ayuntamiento de Xalapa a los “xalapeños destacados”.
Se me hace que nos engañaste.
Dimos tu voto a ciegas porque estábamos muy enojados por lo que hizo Américo, por el pinche PRI y por el mal gobierno de Miguel Angel Yunes Linares, quien también nos trajo a los inteligentes poblanos.
Y mira con lo que nos sales.
De todas maneras te lo agradecen la Barra de Abogados de Xalapa de tanto prestigio nacional; te lo guardan en alta estima los físicos, matemáticos, escritores, contadores públicos, notarios, intelectuales, actuarios, enfermeras, odontólogos y, sobre todo, los dos mil burócratas que has corrido por ineptos y no reunir el “perfil”.
Creo incluso que a tan brillante conclusión llegaste porque los aspirantes criollos no eran tan guapos como tú.
Gracias hermano.
Tal vez el siguiente paso sea migrar en masa a la ciudad de México con la esperanza de que un día voltees y te des cuenta que uno que otro xalapeño vale la pena trabajar en tu ayuntamiento en donde el 80 por ciento del personal no gana arriba de ocho mil pesos, ya que las chambas del billete grande las detentan tus brodys, amigas y los que te está mandando el Peje.
Gracias San Hipólito mártir, aquel quien según la Biblia era un soldado romano del siglo III al que se le asignó custodiar a prisioneros cristianos. Convertido por ellos a la fe, fue martirizado por asistir al entierro de otros martirizados. ¡Gracias Dios mío!
¡Ya iremos a tu entierro!
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |