A inocultables irresponsabilidad e incapacidad, ineficiencia y delincuencia gubernamental, sobresale la conformación de ineptocracias y simuladores en todos los ámbitos de gobierno, poderes y órganos autónomos.
En especial, porque ante lentitud, improvisación, insuficiencia e incapacidad oficiales, las crisis se aceleran y complican en todos los frentes. Sin remedios efectivos, las enfermedades aumentan.
Entre fuentes oficiales y estudios profesionales, vale la pena tomar en cuenta y analizar la opinión y participación empresarial, como la contenida en la evaluación “DATA COPARMEX”, integrada por un conjunto de 10 indicadores estatales, para dar seguimiento a los temas de mayor relevancia pública y económica de México y creados a partir del procesamiento de datos oficiales y consultas a socios.
En ella, se repite lo que ya no es noticia. “Veracruz entre los gobiernos que menos satisfacen a los empresarios…de acuerdo al indicador #MarcajeAMiGobierno…” (AgenciaImagendelGolfo.170218)
Es más, otro indicador, “#Una sola economía”, muestra que: “no sólo se encuentra entre las entidades peor calificadas con respecto a la actividad económica del país que pertenecen al sector formal, sino que, incluso, se presenta un decrecimiento en la tasa anual con -1.2 por ciento durante todo el 2017…es de las entidades con el menor crecimiento de la economía formal… Señala la página oficial, administrada por (COPARMEX), que el crecimiento formal tiene un mayor impacto en la reducción de la pobreza, pues crea fuentes de ingreso que promueven beneficios sociales básicos para la población” (AlcalorPolítico.130218)
PRIMERO LO PRIMERO.
Si lo importante no se atiende bien y a tiempo, en consecuencia crecen pobres, hambrientos y marginados; y también la inestabilidad social, con más inseguridad y delincuencia.
En Veracruz más de 5 de cada 8 habitantes están en pobreza. Lo más grave es que la situación tiende a empeorar y no se hace nada efectivo y consistente para enfrentar y resolver el problema.
A pesar de que, una y otra vez se denuncia y repite, que en demasiados casos, la desgracia se aprovecha, se simula, condiciona y manipula, con cientos de miles de acciones de programas sociales y asistenciales gubernamentales, de todo tipo; aún por encima de que se comprueba, que con sus excepciones, recurrentemente se destinan miles de millones de pesos, a favorecer intereses político-electorales, candidaturas y a enriquecer a muchos gobernantes, funcionarios, familiares y socios involucrados.
Costosos y abundantes programas dizque para combatir la pobreza, misma que sigue aumentando, impulsada por las deplorables condiciones impuestas por los contextos nacional e internacional, como las presiones inflacionarias y las pérdidas y retrocesos de los fracasos de políticas y programas oficiales.
De ahí que con toda razón y derecho, se multipliquen inconformidades y protestas, ante simulada o aparente: obsoleta, decreciente o inexistente regulación y control de los gobiernos. Impunidad garantizada, a grandes saqueadores, estafadores y delincuentes administrativos y financieros. Por costumbre, la Justicia se retrasa, detiene, debilita o simplemente no llega.
No importan, tanto objetivos como resultados alcanzados. El principio de ineficiencia, corrupción e impunidad, se impone. Simple y fácil de comprobar: dejar hacer el daño, no importa a quien ni el tamaño. Total, socios, cómplices y sus imitadores, los conocidos delincuentes en los gobiernos, se encargan de que nada suceda: impunidad para su tranquilidad.
Imposible ocultar lo evidente con políticas improvisadas, inconsistentes y simuladoras; y menos, con las muestras de favoritismo, complicidad y corrupción que convierten recursos, instituciones y atribuciones públicas en negocios personales, familiares o de grupo.
Hasta de la desgracia se saca provecho: recursos que nunca llegan a pobres, hambrientos y más necesitados; apoyos a damnificados profesionales o inexistentes, que se reparten con sus promotores y socios; rescates exagerados a daños y pérdidas exagerados, etc.
COSTOS DE LA INMEDIATEZ Y LA OCURRENCIA
Urgente gobernar al gobierno.
Mucho de su desempeño es, a fin de cuentas, simple y claro. Cero por cero, hasta hoy da cero. La suma de ceros, hasta hoy da cero. Más de lo mismo, hasta hoy da lo mismo. Al final, se cosecha lo que se siembra.
Si el calvario que se vive no se aprende, habrá que volver a vivirlo. Total, desde hace tiempo, somos el pueblo que gusta de toparse con la misma piedra.... en la cabeza.
Y hay que recordar e insistir, porque imparable se repite.
En principio, los responsables son quienes gobiernan, no la sociedad que los padece y soporta.
Y también que, antes, durante y después, hay que tener presente, origen y destino. La responsabilidad a fin de cuentas, es siempre ciudadana y social.
Por elegir sin exigir; por aprobar sin evaluar, por renovar sin cambiar, por desatender y simular interés y participación. Cuando la pasividad y el conformismo social crecen, los males se multiplican.
En la cotidianidad, nos hacemos prisioneros de lo inmediato; respondemos a base de emocionales y superficialidades. Aprobamos y soportamos improvisaciones y ocurrencias.
Las ineptocracias de la delincuencia gubernamental pueden ser, son un gran negocio. La perversidad usa y abusa de la mediocridad, bien pagada, como siempre, con cargo al presupuesto.
Ineptocracias en opacidad y silencio, desinformación y simulación oficial.
Obligado insistir: ¿De qué tamaño es el daño recibido y cuál es ya, el acumulado?
¿A cuánto asciende el total-total de deuda pública estatal y municipal?
¿Dónde están los miles de millones de pesos presupuestados y desaparecidos?
¿Y los resultados de la entrega recepción? ¿Cuántos despedidos y nuevos contratados van? ¿Renovar o autorizar más concesiones y privatizaciones, para beneficiar a quienes? ¿Cuál es el costo de la reestructuración de la deuda? ¿Por qué sostener a funcionarios ineptos o mediocres con ofensivos súper-sueldos y beneficios especiales? - Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH |