Hoy Veracruz le apuesta a la unidad.
Llegó el momento de transitar por la opción que más certeza da al ciudadano.
Cuitláhuac García, Pepe Yunes y el hijo del gobernador son las opciones –la dama Sheridan difícilmente podría alcanzar la gubernatura-, pero solo uno es quien podría garantizar el desarrollo con bienestar social y fin a la corrupción e inseguridad pública.
Difícilmente el pueblo veracruzano habrá de equivocarse después de tres fallidas experiencias de gobierno coronadas por la fractura social y el saqueo.
Para el presente, sin duda, la más importante angustia social la representa la inseguridad pública.
“Recuperaré la seguridad para los veracruzanos en seis meses”, prometió aquel 6 de abril del 2016, el candidato a gobernador Miguel Angel Yunes Linares, quien al mismo tiempo garantizó que un militar de alto rango ocuparía la Secretaría de Seguridad Pública.
Y ni lo uno ni lo otro.
Jaime Téllez Marie, cuya oficina huele a azufre, sería el titular en un marco de denuncias de corrupción y alianzas con el crimen organizado.
A la vuelta de 17 meses el saldo transita de lo peor a lo brutal.
Y es que si en 2017 –ya instalado el gobierno de Yunes Linares- estábamos en el cuarto lugar en cuanto a incidencia de inseguridad en todas sus facetas, robo, asaltos, feminicidos, levantamientos y secuestros express y ajusticiamientos en plena calle, para el 2018 las cosas no mejoraron.
2018 se convirtió en un escenario repetido de sangre.
A la par que las autoridades de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y Fiscalía General del Estado (FGE), informaban de la desarticulación de algunas bandas criminales, la violencia dejaba como saldo asesinatos que rayaron en lo macabro, pues al menos once personas fueron desmembradas y abandonadas con mensajes del crimen organizado.
La incidencia en materia de inseguridad se recrudecía.
Sacudía en enero el hallazgo de cuatro cabezas humanas abandonadas en el cofre de un taxi en la localidad de San Isidro del municipio de Sayula de Alemán; hecho similar días después, cuando en Tlacotalpan fueron halladas –aparte de las cuatro cabezas arriba citadas-cinco cabezas humanas en la carretera que comunica con Cosamaloapan.
En esa ocasión los restos de los cinco hombres estaban dentro de bolsas negras de plástico al interior del taxi con número económico 27, y en cuyo cofre de un taxi fueron pintadas con sangre las iniciales del grupo criminal Cartel Jalisco Nueva Generación.
A pesar de que el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares pidió ya no hablar de las malas noticias en Veracruz, la violencia en este 2018 es reportada en todas las regiones del estado, afectando no sólo a los grupos delincuenciales, como señalan las autoridades.
Hace unas semanas en Tuxpan un joven de 19 años fue maniatado de pies y manos y posteriormente asesinado por defender a su hermana de 14 años, cuando esta era atacada sexualmente por varios sujetos.
Previamente, en la comunidad de El Cuajilote, del municipio de Cuitláhuac, se informó sobre el hallazgo del cadáver de un hombre, que fue abandonado entre los cañales, y que presentaba varios impactos de bala.
A febrero el ex alcalde de Colipa, Víctor Molina Dorantes, fue asesinado de un balazo en la cabeza y hallado muerto en su rancho ubicado en la carretera Colipa-Vega de Alatorre.
Medios locales dieron cuenta que el ex diputado local fue abogado de los trabajadores despedidos del extinto Sistema de Agua y Saneamiento Metropolitano (SAS).
Mientras en Córdoba, fueron halladas tres mantas en las que se advirtió a la alcaldesa Leticia López Landero y al Gobernador, sobre la presencia de presuntos secuestradores en la zona.
Las mantas fueron colocadas en la autopista Veracruz-México y en el puente del bulevar Tratados de Córdoba, y en estas exigían meter orden con un grupo delincuencial o de lo contrario lo harían los autores de las mantas.
“Sr Yunes será Lety en la Luz FIM hay cinco secuestradores si ustedes no hacen nada nosotros ya ubicamos a esos pendejos y se los vamos a entregar en cajitas”, se leía en estas.
Otra perla más.
El 16 de marzo Las hermanas Nefertiti y Grecia Camacho Martínez, de 16 y 14 años de edad, habrían sido ejecutadas por policías en Río Blanco, Veracruz. Una foto muestra a una de las menores sentada en el asfalto a mitad de la calle, sin armas, y no parece representar amenaza alguna para los policías. Poco después, otra foto la muestra desangrándose en la banqueta, ya sin vida.
Sin explicación… lógica al menos.
Y la cuenta sigue y las cifras también. Más muertes, entre ellos cinco periodistas más a la cuenta de 22 y violencia y muerte por todos los rincones.
Y de todo ello, sin duda, se acuerda la sociedad civil que podría perdonar y pasar por alto cuando pasa hambre o que no tiene para el vestido de sus hijos o que trabajan de sol a sol para ganar unos míseros pesos de tal suerte que el veracruzano ha regresado a viejas prácticas como el trueque, pero le resulta inaceptable que le maten a sus hijos, que criminalicen a su familia y que la zozobra y angustia sea el pan de cada día.
Eso es inaceptable.
Acaso por ello no les falta razón a quien esperan el primero de julio para cobrárselas todas con el voto de castigo.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |