VISTO ESTA que el Gobernador del Estado, Miguel Ángel Yunes Linares, logró, contra viento y marea, sacar adelante el proceso del nombramiento del Fiscal Anticorrupción. Es claro que dicho nombramiento cayó en un sinnúmero de dudas, desde luego, en materia jurídica, porque unos alegan que no se ajustó a derecho, al violar, prácticamente, el reglamento interno del propio congreso local, mientras que otros están de acuerdo en que dicho procedimiento tuvo sus fallas y que por eso, los panistas, aprovecharon la situación y a base de la fuerza del poder que emana desde Palacio de Gobierno, se nombró al fiscal y le tomaron la protesta de ley, incluso, por separado y sin seguir los lineamentos del propio Congreso.
Este fue un hecho político que se salió del esquema jurídico y que tarde o temprano, tendrá, necesariamente sus consecuencias, como el hecho de que los futuros diputados, inicien algún procedimiento en contra de este nombramiento y tenga que echarse marcha atrás en este caso. Pero bien, esto, como se ha dicho, corresponderá a la futura legislatura del Estado, que vendrá con cambios sustanciales en los procedimientos que se tengan que llevar a cabo.
La cuestión esta en que la Legislatura local, se verá nuevamente en apuros y esta vez, por el hecho de hay de por medio, otros nombramientos, que en todo caso se tienen que aprobar cuanto antes. Hay tiempo, desde luego, pero a veces dejar las cosas para después resultan ser muy precipitadas a la hora de resolver. Se trata, indudablemente, de los nuevos magistrados que deberán completar la planilla del pleno en el Tribunal Superior de Justicia. Este es otro trompo que se tiene que echar a la uña el propio Ejecutivo del Estado, quien ha dicho, desde ahora, que estos nombramientos los tendrá que hacer la legislatura actual, es decir, con la estrategia ya puesta en operación y que ya dio resultados en el caso del Fiscal Anticorrupción.
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Pero, apenas el Gobernador del Estado, abrió la boca para externar esta posición personal y de gobierno, cuando de repente le salió al paso el Gobernador electo, quien de inmediato ha dicho que dichos nombramientos les corresponderá hacerlos a la futura legislatura del Estado, la cual, se tiene previsto, de acuerdo con la ley, que entre en funciones en los primeros días del mes de noviembre, más o menos allá por el cinco de dicho mes. Hasta ahí ha quedado, por ahora, el desencuentro político de los dos gobernadores, uno en funciones y otro electo. El primero dice que deberá ser hoy, hoy, hoy, y el segundo que establece que será después, después, después.
Y es la hora, pues, en que dentro del marco, propiamente, de la sucesión gubernamental, se enfrentan políticamente los dos gobernadores, quienes quieren para sí el derecho a que los nuevos magistrados sean nombrados dentro de sus respectivas gestiones. Claro que todo tiene un fondo político que no puede soslayarse. El Gobernador en funciones, tiene sus propios intereses y el Gobernador electo, también tiene los suyos, de tal manera, que uno dice que si y el otro que no, una posición política muy entrona entre los dos personajes, que después de lo del Fiscal Anticorrupción, seguramente que ya no habrá manera de que las cosas se vuelvan a hacer como se hicieron, salvo que el poder actual así lo determine, porque en verdad, lo que estamos viendo en este momento dentro de este escenario político, es un juego de poderes, es decir, a ver quién demuestra tener el mayor poder político y de decisiones en materia legislativa, haciendo a un lado la famosa división de poderes, en donde se supone que es el poder legislativo el que tiene que determinar muchas de las acciones del ejecutivo, y no el ejecutivo, quien tenga que obligar al Congreso, a tomar las decisiones que mejor convengan.
Es así como estamos viendo en Veracruz, no tan solo una serie de problemas en materia económica y de seguridad pública, sino también de enfrentamientos políticos que se dan en momentos cruciales para la entidad, considerando que los más afectados son los veracruzanos, en general, quienes buscan, por todos lados, que haya congruencia en los gobiernos y que se cumplan los compromisos contraídos con la sociedad.
El cambio no se dio en estos años de gobierno, que fue uno de los anhelos de los veracruzanos, y por eso, decidieron tomar otro camino a través del voto popular, dándole la oportunidad a quien ha buscado, desde la pasada elección, ser el nuevo Gobernador del Estado, con ofrecimientos parecidos, es decir, de generar el verdadero cambio en el poder de la entidad veracruzana, en el quehacer público y en comportamiento general de quienes manejan los recursos económicos.
Hay, pues, en Veracruz, un juego de poder, donde nadie se deja, donde nadie cede, porque lo primero, es lo primero, y esto consiste en dejar claro quien manda, aunque esta decisión, muchas veces, caiga en lo improcedente y lo ilegal.
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HAY PREOCUPACION EN EL futuro Gobierno de Veracruz, por el hecho de que los veracruzanos, ya están demasiados inmersos en la función pública y por lo tanto, estarán cerca de quien mandará a partir del primero de diciembre, para recordarle constantemente los compromisos adquiridos. Esto se manifestará más, cuando Cuitláhuac García Jiménez, tenga que salir de sus oficinas en Palacio de Gobierno, porque tendrá que hacerlo para seguir los lineamientos del propio Presidente de la República, para entonces, que ha determinado desde ahora, realizar una función itinerante, es decir, que saldrá también de sus oficinas para estar en los diversos estados de la República, una para vigilar que se cumplan al pie de la letra, todos los mandamientos presidenciales, y otra pare recibir, como siempre, las peticiones sobre las necesidades imperantes en todo el territorio nacional.
Así es que la preocupación del futuro mandatario veracruzano, radica en que se elaboren, lo más pronto posible, todos los proyectos y programas que se llevarán a cabo para comenzarlos a ubicar dentro del quehacer administrativo, así como de las necesidades económicas que surgirán, desde luego, por el cumplimiento de estos compromisos con la gente y con el pueblo en general.
Hay, por lo tanto, en estos momentos, encargos especiales a personas experimentadas para integrar el plan veracruzano de gobierno, donde se incluyan todas las necesidades de los veracruzanos, así como el eje central de la administración estatal.
Cuitláhuac García Jiménez, al parecer, tiene plena voluntad de hacer las cosas bien, un tanto, por la histórica oportunidad de ser el Gobernador del Estado, y otra por el enorme compromiso adquirido durante el proceso electoral, donde los veracruzanos, decidieron otorgarle la confianza necesaria para este gobierno.
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AUNQUE PARECE que los veracruzanos, ya se acostumbraron a vivir con la inseguridad, después de que nadie ha hecho lo suficiente para terminar con este fenómeno social, la verdad de las cosas, es que en cada familia se da un grito de desesperación ante tanta violencia generada y tanta impunidad acumulada durante estos años de incertidumbre en todo el país y el Estado.
Y lo más sorprendente de este asunto, es que los responsables de velar por la seguridad, ya no dicen nada, pues de la manera más simple, solamente permanecen para dejar hacer, dejar pasar, porque ellos mismos ya se dieron cuenta que el problema de la inseguridad, es bastante difícil de erradicar y que para ello, se requiere tiempo, el cual, como todos sabemos, ya no lo tiene la presente administración.
Vendrá el nuevo gobierno y aplicará sus propias estrategias que de acuerdo a las opiniones generalizadas, se encontrará con un verdadero reto, pues la inseguridad es un fenómeno social, que al parecer, escapa a los esfuerzos de quienes tienen en sus manos esta responsabilidad.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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