Línea Política
Agustin Contreras Stein
 

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¿Y, el perdón de los pecados?
2018-08-04

AHORA que ya pasaron muchas cosas, que el futuro Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, esta más ocupado en la integración de su equipo de colaboradores y junto con ello, la elaboración definitiva de los proyectos políticos y materiales de gobierno, para una nueva administración federal, que de inicio ha ofrecido un verdadero cambio en el quehacer público y consecuentemente que los resultados sean distintos al de otras administraciones, viene a la mente el asunto del perdón que supuestamente se daría a toda la delincuencia que esta pagando sus deudas con la sociedad en alguna prisión del país, así como todos aquellos que están fuera y que siguen generando una permanente violencia, con la finalidad de encontrar el hilo conductor que encamine al gobernante y a los delincuentes, a encontrar la paz en todo el territorio nacional.


De esta manera es como se entendió este asunto de la amnistía a los delincuentes, ya que, dentro de todos los proyectos nacionales, está, desde luego, la prioridad de combate y solución a la inseguridad que tanto ha afectado a los mexicanos en general, haciendo, como en el pasado, un pacto con toda esta gente que genera la violencia, a fin de que todos tengan su espacio, es decir, que por un lado, la delincuencia deje al gobierno federal hacer su trabajo y que por el otro, los propios delincuentes, se dediquen a sus actividades, sin que esto se refleje en una constante guerra interna que siga perjudicando al resto de los mexicanos que también quieren trabajar tranquilamente y sin que haya las presiones de la delincuencia para dejarlos desarrollar sus propias actividades dentro del marco de la seguridad y la tranquilidad.


Y es que, al realizar esta especie de pacto, se estaría entendiendo que se ha decidido perdonar a los delincuentes con un procedimiento legal y autorizado por el mismo Congreso Federal, otorgándole las facultades necesarias al Presidente de la República, para llevar a cabo este tipo de negociaciones en aras de la paz y la seguridad que tanto hace falta en México. Y es que al principio esta idea escapada dentro de los proyectos nacionales, fue rechazada por todos los sectores de la sociedad, ya que implicada una violación, propiamente, al estado de derecho que en lugar de llevar a cabo estas acciones, debería de fortalecerse con las instituciones que para ello se han creado y que siguen existiendo dentro del marco legal en que se debería desenvolver la nación. Sin embargo, todo parece indicar que no existe un proceso más rápido que llamar a todos los grupos delincuenciales y leerles bien la cartilla en razón de la estabilidad política y social de la nación.


Hasta antes del gobierno calderonista, todavía había la posibilidad de mantener al país en tranquilidad, pues Vicente Fox, el Presidente de la alternancia, no tuvo la fuerza necesaria para emprender una guerra contra la delincuencia, sino fue hasta entrado el gobierno de Felipe Calderón, donde propiamente, se pierde la tranquilidad de México, al comenzar, con el ejército y todas las policías por haber, la guerra interna en contra de la delincuencia, sin considerar el peligro inminente que surgiría para todos los mexicanos. El Presidente Calderón, solo vio el ataque de sus propias fuerzas en contra de estos grupos organizados del crimen, pero nunca pensó en la respuesta, que al cabo del tiempo, se daría cuenta que fue más difícil y sangrienta de lo que se había pensado, al grado de que se ha pensado que fueron los delincuentes los mejores preparados para esta lucha, pues como ya hemos visto, han pasado casi quince años sin que se tengan resultados positivos, sino al contrario, se cree que la guerra del Estado, contra la delincuencia, prácticamente, se ha perdido.


De ahí que López Obrador, haya pensado de inmediato en otra estrategia que pudiera dar mejores resultados y esa ha sido la ya expuesta propuesta de amnistía para la delincuencia, de lo que, sorpresivamente, ahora que ya es el vencedor de la contienda electoral del primero de julio, ya no se escucha hablar del tema, cuando menos en los términos en que inicialmente, se había mencionado con la respuesta negativa de todos los sectores de la población.


Se cree que López Obrador, tendrá que echar mano de esta y otras alternativas de lucha contra el crimen. Una de ellas que ya no sería con las armas, porque significaría un desgaste más y seis años que se acumularan al tiempo que ya se lleva en estos intentos sin lograr superar los graves problemas de la inseguridad que siguen siendo un verdadero fantasma a nivel nacional y que conforme pasa el tiempo, las cosas se ponen más difíciles.


Hoy en día, hay miles de muertos por esta lucha, tantos que durante el gobierno de Felipe Calderón, llegó a sumar cerca de los cien mil, entre policías, delincuentes y civiles. En este sexenio de Enrique Peña Nieto, la cifra siguió creciendo, no hubo solución.


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POR CIERTO, QUE a la fecha no se ha dado ninguna explicación sobre la decisión presidencial de iniciar una guerra contra el crimen, que de antemano se sabía que sería una verdadera derrota, aunque el Ex presidente Felipe Calderón, nunca quiso reconocer.


Si a otros Ex presidentes de la República, se les juzga por actos en contra de la humanidad, tanto aquí en México, como a nivel internacional, porque nunca se ha dicho nada en contra de Felipe Calderón, que entre sus momentos de poder y borrachera, permitió que los mexicanos se enfrascaran en esta guerra, que, efectivamente, no ha sido solamente del ejército, la marina nacional, y las policías federales, estatales y municipales, sino de todo los civiles que sin deberla y sin tenerla, se vieron involucrados.


La lucha de Calderón, que no avaló el pueblo, sino un Congreso que no representaba a nadie ni creo que en esta fecha lo represente, generó pérdidas de vidas humanas, familias lastimadas y un pueblo temeroso por las constantes agresiones de que fue objeto, lo que en este momento es punto de partida para juzgarlo por todos estos actos de lesa humanidad, independientemente del objetivo que supuestamente tuvo para lanzarse en esta lucha que a la fecha sigue siendo el gran problema nacional.


Es tiempo, ahora que esta en vida, de ponerlo frente a los tribunales y juzgarlo por sus actos desmedidos de poder.


Justo sería, que Felipe Calderón Hinojosa, fuera consignado ante los tribunales y que respondiera frente a todos los mexicanos, que ahora se siguen preguntando si había necesidad de todo esto, pues el pueblo mexicano vivía dentro del marco de la ley y conviviendo dentro del campo de la tranquilidad.


López Obrador, podrá hacerlo. Los mexicanos, se lo reconocerán.


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HAY QUIENES PIENSAN que esta calma chicha que se esta dando dentro del PRI, después de las elecciones que fueron para este partido, un verdadera fracaso, podría ser una especie de estrategia política, pues se considera que los priistas, sobre todo, aquellos que piensan que el tricolor no esta muerto, sino solamente atarantado, tiene posibilidades de resurgir en el futuro.


Quedan dentro de esta organización política, muchos hombres y mujeres que siguen luchando a brazo partido, pero ahora lo hacen dentro del campo de la discreción, como cuidando seriamente sus propuestas e intenciones, con la finalidad de ir tejiendo, poco a poco, un nuevo futuro priista en la entidad y a nivel nacional.


Bien se sabe que cuentan con la estructura política bien definida, pues los que votaron por Morena, no son, en su mayoría, morenistas, sino que vieron en esta organización política, la posibilidad de castigar a quienes han actuado mal con respaldo de las siglas tricolores.


Los priistas están ahí, siguen siendo parte de esta estructura, aunque, como se ha dicho, algunos por buscar un cambio y otros por traición, con la finalidad de proteger sus intereses, se fueron por otro lado del camino, lo que se considera que no es definitivo, sino pasajero.


¿Usted, amigo lector, qué cree?


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Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.


NUESTRO CORREO: ac_stein58@live.com.mx

 
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