Salvo los detalles que se pudieron rescatar de la observación detallada de los videos a los que se hace referencia, nada de lo que se cuenta en el reportaje que circula en redes sociales y que es atribuido a “Semanario Proceso” sobre un pacto entre Javier Duarte y los liderazgos de Morena, es nuevo.
El 17 de julio del 2016, apenas mes y medio después de concluida la elección que le dio el triunfo a Miguel Ángel Yunes Linares, en este mismo espacio se publicó:
“La última ministración, previa al domingo 5 de junio, fue de 430 millones de pesos. Era parte de los acuerdos alcanzados por el dirigente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, y el Gobernador Javier Duarte de Ochoa. La ruta para hacerles llegar el dinero fue un programa de fomento a la prevención del delito, que manejan de forma mancomunada las secretarías de Seguridad Pública y de Educación. Los fondos serían aplicados para el financiamiento de la estructura electoral de Morena en Veracruz”.
El reportaje de ahora, que es firmado por “Redacción/Criterio Universal” abre así:
“El ex gobernador, Javier Duarte, entregó 200 millones de pesos al candidato de Morena al gobierno de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, en tres entregas entre abril y mayo de 2016. Así lo prueban videos que obran en poder de la PGR y al que este semanario tuvo acceso”.
Más adelante hace referencia a una expresión del entonces gobernador de Veracruz: “Se escucha la voz de Duarte decir a Cuitláhuac García que ese dinero ‘va para las estructuras’, a lo que el candidato de Morena le responde tener garantizados 900 mil votos”.
En ese artículo que publiqué en julio del 2016, señalé:
“Este plan no fue, sin embargo, la razón de la derrota de Héctor Yunes Landa. Un importante personaje de la política lo explicó así: ‘Con eso lo que se consiguió fue que la contienda fuera de tercios. Si sólo hubiera habido dos contendientes fuertes (Miguel Ángel y Héctor Yunes) la diferencia entre el panista y el priista habría sido aún mayor. Lo que se logró al impulsar a Morena fue que la contienda se cerrara y en un escenario así la balanza se podría inclinar para cualquier lado’”.
Hoy se maneja otra teoría: “El gobernador Duarte tenía la convicción de que su suerte estaba echada si triunfaba el PAN, y le inquietaba también la posibilidad de un triunfo de su propio partido, pues tenía una muy mala relación con el candidato Héctor Yunes, pero además, y más importante, con Manlio Fabio Beltrones. Fue ahí, en esos momentos cuando decidió buscar un acercamiento con Morena”.
En el artículo publicado hace dos años asentaba:
“Gabriel Deantes fue el operador por parte de la administración estatal, auxiliado por dos de sus más cercanos colaboradores, Víctor Moctezuma y Héctor Alfredo Roa. Mientras tanto, abajo, en los distritos electorales, los operadores eran políticos muy cercanos al mandatario estatal, como Juan Manuel del Castillo, Érick Lagos, Adolfo Mota y Jorge Carvallo, entre otros. La instrucción fue muy clara: Impulsar entre los grupos cautivos el voto cruzado. Para diputado a favor de la alianza, pero para Gobernador, a favor de Cuitláhuac García, candidato de Morena”.
En el reportaje que ahora circula se explica la operación así:
“La negociación de Gabriel Deantes, se llevó en dos niveles: uno con la dirigencia local, pero también con el primer círculo de López Obrador en el DF, que incluía a Ricardo Monreal, a Rocío Nahle, Coordinadora de los Diputados Federales de Morena, y a Horacio Duarte hoy presidente de Morena en Edomex, mismo que participó en la elección veracruzana como delegado, junto con la actual candidata a la gubernatura de ese estado, la Maestra Delfina Gómez. El acuerdo inicial no se circunscribió sólo al dinero, sino que se acordaron diversos puntos de carácter político: entrega de distritos, operación en demarcaciones claves, apertura de medios y una campaña en redes sociales”.
Este reportaje involucra a otros actores:
“Javier Duarte, puso responsables en cada parte del acuerdo. La mediática estaría a cargo del diputado federal (entonces con licencia) Alberto Silva Ramos. La operación política y financiera, estaría a cargo de Gabriel Deantes, y la campaña digital sería encomendada a Córsica Ramírez Tubilla, prima hermana de su esposa, Karime Macías de Duarte. Córsica, a su vez, encargó la campaña a la empresa Botón Rojo, del sonorense Sergio Zaragoza. Deantes dispuso que varios alcaldes priistas traicionaran al partido para que dirigieran votos a Morena, particularmente en el sur del estado, Xalapa, la capital, y notablemente en la ciudad de Orizaba”.
Todo esto tiene lógica. Los videos, además, existen. El entonces secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez, fue el encargado de montar los sofisticados equipos de grabación en Casa Veracruz. Se supone que todo este material se lo entregó a Javier Duarte… pero que se quedó con copias.
Hoy, a la distancia, esto ya no tiene gran impacto. Hay información de que otros políticos, en otras latitudes, hicieron algo parecido. Ahí está el caso del gobernador-senador de Chiapas, Manuel Velasco Coello.
Así lo narra el periodista Leonardo Kurchenko:
“El forcejeo chiapaneco por la candidatura de la alianza PRI-Verde provocó más de un encontronazo entre los líderes locales. La imposición del centro, en testimonio de muchos, autoría del coordinador Aurelio Nuño, de que el candidato fuera Roberto Albores por el PRI, provocó la ruptura de todo pacto político en el estado. El gobernador Velasco intentó ‘sensibilizar’ al presidente Peña Nieto, acerca del rechazo que en su estado tendría la imposición de esa candidatura. Pero más allá del regateo por la alianza o la pérdida anunciada de esa elección, Manuel Velasco regresó a Chiapas, dinamitó la candidatura unificada, e inició un velado respaldo a Rutilio Escandón, candidato de Morena”.
La historia la escriben los vencedores.
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Epílogo.
Una vez más el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, pretende engañar a los veracruzanos. Vende como un “gran logro” la reesutructuración de la deuda, porque “si no hubiéramos reestructurado la deuda, entre enero y julio hubiéramos tenido que pagar 3 mil 405 millones de pesos. Gracias a la reestructuración de la deuda pagamos sólo 2 mil 301 millones de pesos; es decir, nos ahorramos mil 104 millones de pesos”. *** ¿Nos ahorramos? ¡Falso! Esos mil millones de pesos no se pagaron ahora, pero se tendrán que pagar más adelante. La renegociación de la deuda no representó ninguna “quita”, por lo que lo único que se consiguió fue un mayor plazo, quizá menores intereses y, por lo tanto, pagos menores. *** ¿Supondrá el gobernador que está tratando con párvulos?
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