“Calentamiento global de 1,5 °C, Informe especial del IPCC sobre los impactos del calentamiento global de 1,5 ºC con respecto a los niveles preindustriales y las trayectorias correspondientes que deberían seguir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, en el contexto del reforzamiento de la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático, el desarrollo sostenible y los esfuerzos por erradicar la pobreza”, es el nombre completo del informe.
Ahí se establece que el aun existente descontrol de las emisiones de efecto invernadero y su continuidad, han generado las condiciones para que el mundo experimente mayores y graves problemas antes de lo esperado.
Con solo un grado Celsius de calentamiento global, los últimos diez años han mostrado fenómenos de deterioro sin precedentes. El informe establece que las consecuencias de un calentamiento global superior, de alrededor de 1.5 serán mucho peores de lo esperado. La repercusión negativa sobre los ecosistemas y el bienestar humano se agudizará si se alcanza el 1.5 o peor aún con los 2 grados que a este ritmo podrían alcanzarse en solo 11 años o casi seguro en 20 años.
El evidente incumplimiento del acuerdo de Paris del 2015 para que los países del mundo mantuvieran políticas ambientales que permitan mantener por debajo de dos grados el calentamiento global. El cálculo es que con las circunstancias prevalecientes, para el 2100 se alcance un calentamiento de 3 grados C, que a decir de los expertos nos pondrá en un punto aterrador de inflexión.
En este marco global, surge la estupidez de gobiernos como el del Sr. Trump que en su momento retira a Estados Unidos de los acuerdos de París. Argumentando desde el 2012 que el cambio climático era una farsa, insiste en negar la aportación humana en el fenómeno y se exime de responsabilidades para definir acciones concretas desde su país para respaldar las opiniones de científicos y expertos.
El punto es asumir como ineludible reducir a la mitad el uso de combustibles fósiles en menos de 15 años y eliminarlo como opción en 30 años. A la par, la reforestación masiva planetaria, donde recuperar 10 millones de kilómetros cuadrados de bosques, significaría una meta relevante pero no definitiva. El gran reto es reducir el calentamiento por debajo de los 2 grados C.
Ciertamente es un reto colosal pero inexcusable. Todos debemos cambiar nuestra forma de pensar y de vivir como hasta ahora lo hemos hecho, pero la gran apuesta es exigir que los gobiernos y los empresarios modifiquen sus patrones de conducta, sus prioridades de política pública y aplicación de sanciones, sus niveles de ganancia y ausente responsabilidad social, su contubernio en contra del planeta, el riesgo es para todos, incluso para ellos mismos.
No queda de otra.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
La pobreza que migra amenaza a los imperios
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