Actos como el ataque estúpido a un servidor público del Tribunal Superior de Justicia de la Nación, o los sucedidos a patrullas del Ejército Mexicano y la Marina, no se pueden entender como ataques aislados sino de actos planeados con el fin de alentar a las turbas a tomar la justicia en sus manos. Actos que pudieran estar preparando escenarios propicios para ir, quizá, por el mismísimo Presidente de la República.
Ha llegado el momento de que Andrés Manuel López Obrador en primer lugar se deslinde de esos vergonzosos actos de barbarie y que exhorte más enérgicamente al pueblo sabio que lo sigue, a la paz y la sana convivencia, a trabajar por el bien del país en lugar de su destrucción.
Como mexicano no le pido al Presidente Andrés Manuel que proteja su investidura presidencial, ¡SE LO EXIJO!
Su esposa se lo ha pedido; periodistas, columnistas y articulistas de prestigio y credibilidad se lo han pedido; muchos mexicanos se lo han pedido, pero quien esto escribe desde aquí SE LO EXIJE.
¡Protéjase Señor Presidente!
¡No sea irresponsable!
Los antecedentes históricos e internacionales contradicen su filosofía de soslayar la protección profesional.
Los intereses que hoy se afectan no juegan, matan. Como lo hicieron en el país con Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Villa, Zapata y Colosio; como lo han hecho en los Estados Unidos con John F. Kennedy, Abraham Lincoln, William Mckinley, James A. Gardield, Franklin; como lo hicieron con luchadores sociales Martín Luther King, con Mahatma Gandhi y tantos más en varios países del mundo; como lo han intentado con Papas y un sinfín de luchadores sociales y defensores de los derechos humanos del mundo.
México ha sido un país en donde la sangre se ha derramado a cubetadas.
No quiero ni pensar qué pasaría con México si se diera un desenlace funesto como en otras ocasiones.
México ya decidió por un cambio y AMLO está obligado a que se haga una realidad, de lo contrario el rebote será peor.
@frlicona |
