En cada acción de la campaña mediática contra el gobierno de Cuitláhuac García, se percibe con claridad el sello de Miguel Ángel Yunes Linares.
Desde la fabricación de “fake news” en redes sociales (el anuncio que falsamente se atribuyó al secretario de Gobierno, Éric Cisneros, o el trascendido sobre una “inminente” renuncia del gobernador, por mencionar los ejemplos más recientes), hasta las ya conocidas labores de espionaje, esas que implementó desde sus tiempos como “vice-gobernador”, en el sexenio de Patricio Chirinos.
Sus videos y audios clandestinos reaparecieron en el 2010, cuando buscó oficialmente por primera vez la gubernatura de Veracruz. En aquellos tiempos su objetivo era Fidel Herrera, pues al “gordito ese” (Javier Duarte) no lo consideraba de su estatura como para competir en los terrenos políticos.
Una vez asimilado el golpe de su derrota electoral, cuando decidió montar su centro de operaciones en Boca del Río, recurrió una vez más a ambas estrategias. Un sujeto a quien se le conoció en el ámbito político como “el chuletas” se encargó de bombardear las redes sociales con noticias falsas, y sus operadores tendieron una red de espionaje para intervenir conversaciones telefónicas, urgar en archivos confidenciales y detectar puntos vulnerables de “sus enemigos”.
Hoy el objetivo es Cuitláhuac García, quien cometió el gravísimo pecado de derrotar en las urnas (limpiamente y a pesar de las carretadas de dinero público que el propio Yunes Linares aplicó a la campaña) a su hijo, el orgullo de su nepotismo.
Es el objetivo, además, porque Miguel Ángel Yunes entiende el riesgo de que salgan a la luz los millonarios negocios ilegales que realizó en apenas dos años que estuvo al frente de la administración estatal y que pretendió ocultar señalando de forma sistemática a Javier Duarte y a su gabinete de ser quienes saquearon las arcas de Veracruz.
En la operación electoral -donde ha demostrado no ser muy hábil- Yunes Linares fue el responsable no sólo de la derrota de su hijo frente a Cuitláhuac García, sino de que su partido, el PAN, perdiera la mayoría en el Congreso local. Hoy esa carta también juega en su contra.
Dejó como último reducto, para que lo defendiera de la acometida que anticipaba, a su lacayo, el aún fiscal Jorge Winckler Ortiz, lo mismo que a una bancada que es minoría, que poco conoce de leyes y de ejercicio legislativo, pero que sirve para hacer ruido y para dar resonancia a su batalla mediática.
Justo cuando su incondicional, el fiscal-carnal Jorge Winckler, se enfrenta a la Comisión Instructora del Congreso local, debido a que prosperaron dos solicitudes de juicio político en su contra, Yunes Linares consideró el momento más oportuno para filtrar a la prensa una grabación de audio donde se escucha al gobernador Cuitláhuac García referirse al caso del fiscal y al procedimiento que está pendiente para la designación de nuevos magistrados.
“Todavía existe también el mecanismo de juicio político. Ese procedimiento inicia en el Congreso y termina en el Tribunal, o sea, si la mayoría nde diputados decide proceder el juicio político contra el fiscal, tiene que ser destituido”, explica en la grabación Cuitláhuac García.
Y agrega:
“¿Qué estamos haciendo? Aceleramos la elección de magistrados para que existan mayores opiniones al interior del Tribunal sobre el futuro proceder de la Sala Constitucional”.
El propio Presidente del Tribunal Superior de Justicia, Edel Álvarez Peña, coincidió con Cuitláhuac García en la necesidad de acelerar el procedimiento para la designación de los nuevos magistrados.
Y Cuitláhuac García salió a admitir que, en efecto, es su voz, que sí dijo lo que ahí se escucha, pero que nada de ello implica un delito, o un intento por torcer la justicia.
“Que me graben las veces que quieran. No encontrarán nada ilícito”, afirmó.
De pronto las argucias de Miguel Ángel Yunes Linares están estallando en el aire, sin provocar daño alguno.
Muy pronto se sabrá la verdad de su inefable bienio.
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Epílogo.
Este jueves, durante la sesión ordinaria del Congreso local, fue turnada a comisiones dos solicitudes de juicio político contra el gobernador Cuitláhuac García, el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, y contra diputados locales. Al gobernador y al secretario de gobierno los acusan de “entorpecer” la labor de la Fiscalía General del estado, mientras que a los diputados los señalan por modificar el artículo 33 de la Constitución para darse la facultad de remover al fiscal. De risa. *** La diputada federal Anilú Ingram Vallines salió en defensa de los burócratas que fueron despedidos con la llegada de las nuevas administraciones, tanto estatal como federal. “Cada inicio de administración genera cambios, nuevos equipos de trabajo, pero hoy han sido despedidos un sinnúmero de veracruzanos, de mexicanos, y no se han respetado sus derechos, su antigüedad; trabajadores con 10, 15, 20, 30 años laborando en la institución no se les ha respetado lo que les corresponde conforme a la ley”, denunció la legisladora y anunció que dará seguimiento a cada caso, a cada denuncia, para que se cumpla lo que ordena la Ley. Bien.
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