Así que si Winckler no cae por la andanada en su contra, se encontraría ante la gran oportunidad de hacer historia en la procuración de justicia en Veracruz. Investigaría con la ley en la mano y gracias a la autonomía de la Fiscalía, todas y cada una de las denuncias por corrupción contra servidores públicos. No recibiría órdenes ni presiones del gobernador en turno para proteger a nadie ni para perseguir por venganza a adversarios políticos o personales como se acostumbraba en el pasado.
Los funcionarios públicos lo pensarían dos veces antes de incurrir en delitos patrimoniales si supieran que la espada de Damocles pende sobre su cabeza desde la Fiscalía autónoma.
¿Hasta dónde estaría dispuesto a llegar Winckler? ¿Lo dejará Cuitláhuac permanecer en el cargo o por fin podrá removerlo? ¿Se atrevería el fiscal a investigar a su antiguo jefe, Miguel Ángel Yunes Linares, por eventuales denuncias en su contra?
Cuando me platicaron su plan los ciudadanos veracruzanos pensé que se trataba de una idea más de esas que se lanzan al aire y nunca aterrizan. No, ya están recabando información y revisarán todo lo que se publique en los medios sobre denuncias y sospechas de actos de corrupción y de diversa índole.
--El fiscal debe cumplir con su deber y el gobernador con el suyo en vez de ambos continuar peleando mientras la delincuencia hace de las suyas y los servidores públicos se despachan con la cuchara grande –afirmaron mis entrevistados que por el momento prefieren no revelar su identidad |