El proceso de integración de la Guardia Nacional, ha sido lento, porque así lo indican las propias circunstancias políticas y los problemas de todo arranque de gobierno, más el de ahora que se ha centrado en algunos temas que no parece que le hayan salido bien.
En seis meses, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, se ha enfrentado a diversos problemas de carácter nacional, sin tener las estrategias más convenientes para hacerlo. Sin embargo, más o menos, en algunos casos, han dado resultado.
Sin embargo, de inicio se enfrascó con el tema del aeropuerto, que ya le urgía cancelar para vengarse del pasado, de más de los dieciocho años que estuvo en la lucha por alcanzar la Presidencia, y que ahora que la tiene, con todo el poder que conlleva esta nueva posición política, lo primero que hizo fue ordenar una cancelación, sin los estudios debidamente avalados, al grado de que la decisión se ha calificado, dentro y fuera del país, como un mero capricho de un gobernante que pareciera pretender convertirse en dictador.
Pero, esa es otra historia, porque lo más interesante de este momento es ver cómo se va a solucionar el problema de la inseguridad, a la cual se tienen que añadir muchas otras circunstancias como es la operación de esta nueva policía, así como solucionar definitivamente otros asuntos como es la protesta de la policía federal, que no quiere y no acepta su incorporación de la nueva corporación policiaca, porque teme perder sus canonjías, pues es de todos conocido que esta agrupación policiaca que operaba en todo el país, fue varias veces acusada de cometer excesos dentro de su quehacer público.
Esta rebelión de policías federales que se oponen a formar parte de la Guardia Nacional, alegando que los obligan a presentar su renuncia, con lo cual perderían muchos beneficios laborales, entre ellos, su sueldo, su antigüedad y el respeto que nunca han tenido como servidores públicos de la nación, aparte de que dentro de la Guardia Nacional, se verían obligados a prepararse bajo métodos castrenses, lo que no quieren, ni siquiera que encontrarse bajo el mando militar, haciendo saber, al mismo tiempo, que ellos no pertenecen al ejército, como muchas veces se ha mencionado.
Aunque el nuevo gobierno ha tenido diversas dificultades en los recientes meses, primeros de su gestión, el que más lo lleva a toparse con pared, parece ser el de la rebelión de policías, porque éstos ya son una enorme corporación que ha sido preparada por años y que está acostumbrada a conducirse bajo otros métodos de mando.
Se considera que después del problema internacional con los Estados Unidos, éste, que es de carácter interno, se vuelve casi de la misma dimensión por tratarse de elementos que han estado siempre expuesta al peligro y por ello saben como enfrentarse, incluso, con el mismo gobierno.
La protesta de los policías federales, forma parte del mismo problema que esta relacionado muy íntimamente con la pacificación del país, porque éstos elementos tienen el diagnóstico de la situación que priva en todo el territorio nacional, por lo que las negociaciones tienen que ser manejadas por quien conoce a fondo la función de la policía federal, ya que éstos saben que tienen a su favor el hecho de saber los vericuetos más profundos de esta situación, por lo que piden, incluso, ser bien pagados y bajo una estructura legal que les permita trabajar adecuadamente.
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XALAPA, CIUDAD DESTROZADA
TAL VEZ, EL PRESIDENTE municipal de Xalapa, no acostumbre salir de sus oficinas, más que para irse a su casa cuando considera que la jornada laboral ha concluido.
Pero si tuviera un tiempo, que seguramente lo tiene, podría caminar o simplemente manejar su vehículo por las calles de la ciudad que gobierna, para darse cuenta en las condiciones lastimosas en que se encuentra.
No se ha dado un trabajo verdadero de reconstrucción de las arterias de esta capital veracruzana, y lo peor del caso es que tampoco puede alegar que así la dejaron los gobiernos del pasado, como es costumbre ahora, echarle la bolita a quienes le antecedieron en el poder.
Xalapa, la ciudad de las flores, de la que se dice que florece, por aquello de estar bajo el mando de una nueva administración, es ahora como una ciudad bombardeada, donde lo mismo encuentra hoyos profundos que diversas fracturas en el concreto hidráulico o en pésimo estado la carpeta asfáltica o los adoquines hundidos.
No hay obra nueva ni nada que se le parezca, por lo que se encuentra abandonada a su suerte, lo mismo que sus propios ciudadanos que protestan diariamente por estas condiciones de su Atenas veracruzana.
Xalapa, se pierde en el olvido y en el desinterés de sus gobernantes, pues quienes ahora la gobiernan no le tienen amor alguno, porque no son de aquí, o bien porque son malagradecidos con el cobijo que les han dado durante mucho tiempo en que han permanecido aquí.
No le han aprendido nada al Senador con licencia y ahora Director General de Aduanas, Ricardo Ahued Bardahuill, quien expresara en varias ocasiones, su profundo agradecimiento a la ciudad, por haber acogido a su familia como a él mismo y en donde florecieron sus negocios que les han dado estabilidad económica para no tener que recurrir a la deshonestidad durante el tiempo que ha tenido encargos políticos de gran importancia.
Mucho se tiene que hacer por Xalapa, por lo que basta que el mismo munícipe se ponga las pilas, como suele decirse cuando a alguien se le invita a trabajar seriamente por un proyecto de beneficio colectivo.
Xalapa, requiere de la atención de quien la gobierna.
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Y LOS REPRESENTANTES POPULARES.
NO SE VE, de la misma manera, que los representantes populares que tiene el distrito de Xalapa, se interese por gestionar antes las autoridades municipales estatales y nacionales, que se le dé una manita de gato a la ciudad capital.
Ellos también tienen esa responsabilidad, pues aparte de su labor legislativa, también se han convertido en gestores de beneficio social y para eso recogen las demandas del pueblo, cuando en campaña, buscan el voto de sus ciudadanos.
Dónde está la Diputada Galindo, si mal no recuerdo que representa a Xalapa, para aporte su granito de arena y no pasársela recomendando a su familia para puestos en el gobierno municipal y estatal. Es tiempo que con toda su familia se ponga a trabajar por Xalapa, si es que tiene un poquito de interés en esta ciudad, que al parecer fue donde nació.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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