Lo cierto es que ocho meses son insuficientes para evaluar al gobierno. También es verdad que no vamos tan bien como presume el presidente ni tan mal como despotrican sus detractores. Démosle tiempo y si se aprueba la revocación de mandato, nos vemos en las urnas a la mitad del sexenio para reprobar o aprobar al presidente.
En 2021 vienen elecciones de diputados federales y en varios estados, incluido Veracruz, renovación de legisladores locales y ayuntamientos. Allí se verá si los ciudadanos están conformes o inconformes con el partido en el poder.
He presenciado reuniones donde se debate sobre la gestión del presidente y en general de las autoridades emanadas de MORENA. Las pasiones se encienden y los participantes nunca se ponen de acuerdo… igual que cuando se discute sobre religión y futbol. Cada quien cree tener la razón y no da su brazo a torcer.
Todos aconsejan cómo se debe gobernar, qué receta utilizar en cada tema, qué servidor público debe renunciar y quién realiza bien su función.
También he escuchado comentarios de personas que dan por hecho que en las próximas elecciones los candidatos de MORENA serán derrotados porque el presidente de la república, los gobernadores y alcaldes de este partido no saben gobernar. Dentro de dos años veremos si lo que afirman es verdad o están equivocados. El pueblo expresará su veredicto inapelable en las urnas.
En lo referente al estado habrá que preguntar a los veracruzanos qué calificación otorgan a Cuitláhuac García. ¿Lo aprueban o lo reprueban? Porque una cosa es el presidente Andrés Manuel López Obrador y otra, muy distinta, el gobernador de Veracruz.
El caso del presidente municipal de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero, también se cuece aparte. Es tema que compete a los xalapeños.
¿Y cómo andarán los restantes 211 alcaldes veracruzanos?
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