Si éste último es de gran importancia para el crecimiento de una nación, pues sin los empleos suficientes, pocos mexicanos son los que puede subsistir, tal y como se ha estado observando en los recientes meses.
Hablar de empleo, es hablar de vivir, de comer, de calzarse, de vestirse y de tener las medicinas que se requieren, de una buena educación y de muchas oportunidades más a que el pueblo bueno y sabio, tiene derecho.
En estos momentos hay gran carencia de empleos en todo el país, primero, porque el mismo Gobierno, llegó con la espada desenvainada para proceder a despedir a miles de trabajadores y después la falta de recursos en las empresas privadas, para crear empleos necesarios para darle trabajo a mucha gente y además a todos aquellos que de una forma o de otra salieron de sus empleos dentro del gobierno.
El problema está, sin duda alguna, en que el gobierno llegó a despedir a trabajadores en lugar de crear más empleos, porque realmente es lo que se requiere en estos momentos de grandes crisis económicas que se están padeciendo en todo el mundo y a las cuales, el pueblo de México, no es ajeno.
Van, por lo menos nueve meses de gobierno y no se ha visto ningún intento de reactivación de la economía. El país, sin duda alguna, se encuentra paralizado y por esa y muchas otras razones, se están viviendo tiempos difíciles, tanto que el mismo crecimiento económico nacional, se ha venido abajo, al grado de que este año, según los analistas económicos, será de cero, solamente de cero, porque no se han dado las estrategias que el pueblo esperaba para poder seguir adelante.
La cuarta transformación no está sirviendo de nada, porque el pueblo que votó por estas nuevas opciones políticas, es porque creyó que las cosas cambiarían y que no serían peores de cómo estaban. Ya se tienen opiniones en el sentido de que fue mejor cualquier otro gobierno del pasado, donde, efectivamente, la corrupción, de la cual no se salva también este gobierno, era de grandes dimensiones, pero como todo mundo dice, había movimiento económico y se podía trabajar en cualquier empleo para poder subsistir. Ahora, la austeridad republicana, esta impidiendo que haya circulación de recursos económicos y que la gente pueda trabajar para ganar algo que tengan que llevar a sus hogares.
Y es que ya se encuentra en labios de todo mundo, la opinión de que este gobierno, llámese federal o estatal, y hasta en cierto modo, municipal, esta obligando a todo mundo a apretarse el cinturón, nada más porque así lo dictan las instrucciones de las nuevas administraciones.
La falta de empleo en México, generará, sin duda alguna, mayores posibilidades de que la violencia crezca. Los índices hasta ahora, son para espantarse, pero el pueblo mexicano, parece como si quisiera aceptar esta condición como un castigo de Dios, cuando en realidad, es un castigo de quien se ha erigido como el mesías de todos los mexicanos.
La gente ya no aguanta más y es posible que a fin de año, el problema le explote en las manos de los que mandan, tanto a nivel nacional, como estatal y municipal, pues muchas familias no tendrán para pasar una buena navidad y un buen fin de año. Los que tienen un empleo, están buscando la manera de reducir sus gastos, mientras que aquellos que son la mayoría y que no tienen manera de obtener los recursos necesarios, la pasarán muy mal y todo porque al nuevo gobierno, se le ha ocurrido establecer una mala decisión, es decir, la de poner en práctica una austeridad que a todos está pegando duro.
En México, no hay empleo para la mayoría de sus habitantes y es por eso que las condiciones de seguridad, serán peores en pocos meses, siempre y cuando el gobierno entienda que austeridad, en estos tiempos, es quitar el bocado a miles de familias que pronto estarán igual que en Venezuela, arrebatándose lo poco que haya en el mercado, para poder subsistir.
Así de simple.
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IMPARABLE VIOLENCIA
NO SE NECESITA ser un experto en cuestiones de seguridad, para darse cuenta que Veracruz, por lo menos, está viviendo uno de los peores momentos de su historia.
El problema de la violencia es general, es cierto, pero tan solo aquí en la entidad veracruzana, ya nadie sale de sus casas, sin cuidarse hasta de su propia sombra.
Y es que, aunque no la deba, muchos de los ciudadanos se cuidan de no estar en el momento inadecuado y en el lugar inapropiado, ya que la imparable violencia que se ha desatado en todo el territorio nacional, no perdona nada ni a nadie, incluyendo, desde luego, a mujeres y niños, pues ahora los problemas que tienen ciertos grupos de la delincuencia organizada, los dirimen en cualquier lugar y hora y hasta sin importar la presencia de la propia policía, que como el ejército, prefiere no hacer nada para no crear mayores problemas entre la misma población, además de que las instrucciones son ahora en ese sentido, de que tanto la policía como los mismos elementos de la guardia nacional, de la marina y del ejército, es quedarse solamente a la expectativa, sin mover un solo dedo e incluso, dejarse ofender, dejarse maltratar antes que intervenir en defensa de la sociedad.
El problema de la violencia y la inseguridad, crece a un ritmo acelerado, tanto que los índices se han elevado a niveles nunca vistos.
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NI LO MAS NECESARIO
NUNCA SE HABÍA VISTO que los niños que se encuentran enfermos de cáncer y de otras enfermedades letales, hubieran tenido necesidad de dirigirse casi personalmente, a las autoridades de este país, de manera especial, al propio Presidente de la República, para pedirle que por favor, como si no fuera su obligación, mande las medicinas que se requieren para los tratamientos de muchos seres humanos que se encuentran hospitalizados o bien en sus propias casas.
Se ha llegado a ciertos límites en que no se puede aceptar que el gobierno, en sus diversas esferas de poder, esté reteniendo los recursos económicos que son para la compra de medicamentos. Aunque muchos de estos funcionarios responsables de mantener el cuadro básico de medicamentos en los hospitales del país, del Estado y municipios, declaren que hay suficientes medicamentos en las farmacias de los hospitales a su cargo, la verdad de las cosas es que la realidad es otra.
En aras, también, de guardar dinero y no gastar más para darle sustento a la austeridad republicana, los gobiernos de hoy, están matando, prácticamente, a las personas que se encuentran hospitalizadas, principalmente niños que seguramente habrán de morir por haber suspendido sus tratamientos.
Esto es un crimen y tarde o temprano, las autoridades de este gobierno, tendrán que pagar estas agresiones en contra de la humanidad, de los mexicanos en general y principalmente de los niños que suplican a su mandatario nacional, que les mande las medicinas que necesitan.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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