LAS NUEVAS versiones que se han venido manejando en las recientes horas como consecuencia de todos los acontecimientos que se han dado con relación a la Fiscalía del Estado, es que se reduzca el periodo del fiscal en funciones, es decir, de nueve años a seis, con lo que se evitaría, en cierta forma, una especie de reacomodo con la llegada de un nuevo gobierno, que incluso, se corre el riesgo de que sea de otro partido político, como ha estado sucediendo en estos tiempos.
La idea no es mala y al contrario, podría ser motivo de un análisis mesurado y con la opinión de especialistas de la materia, ya que esta dependencia se rige, hasta donde es posible, de manera independiente, pero con los inconvenientes que ahora se presentan. Se trata, en todo caso, de que haya coordinación con el Ejecutivo Estatal, y con este periodo de seis años, podría acomodarse esta función, siempre y cuando el nuevo nombramiento que se haga, se ajuste a un periodo sexenal, manteniendo la independencia, aunque este tema también es discutible.
Lo más conveniente, también se dice, es que el Fiscal General del Estado, sea propuesto, como antes, por el propio Gobernador del Estado, y ratificado por el pleno del Congreso local, ya que de esa manera se haría un trabajo coordinado entre las áreas de la seguridad y del propio Ejecutivo Estatal, pues no hay que olvidar que la responsabilidad general del Estado, tanto en la prevención de los delitos como de la persecución de los mismos, es de quien mande en Veracruz, pues para los gobernados, quien tiene el compromiso de garantizar la paz y la tranquilidad, es precisamente el Gobernador del Estado.
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Por muchas razones que podrían exponerse, lo más viable es que entre el Gobernador y el Fiscal, haya ese acercamiento permanente para tener una sola coordinación de todos los trabajos que implica garantizar a los veracruzanos, la plena seguridad en todos los sentidos, pues hay que considerar que la demanda de paz y tranquilidad, se la dirigen al Gobernador, y no precisamente al Fiscal, cuyo trabajo está encaminado a perseguir a los delincuentes, formulando los expedientes o carpetas con los elementos suficientes para poder acusarlos, apresarlos y entregarlos a la función jurisdiccional que se encargará de juzgarlos.
Esta parte es importante para las funciones que hoy adquieren mayor importancia, luego de que Veracruz, se ha vuelto un estado demasiado violento, donde todos los días sabemos de los enormes problemas que se generan con tantos delitos que se cometen.
No se entiende, pues, que las instrucciones gubernamentales, se giren por un lado y el cumplimiento de estas funciones, se dirijan por otro, al no haber una coordinación obligatoria, donde la Fiscalía General del Estado, no atienda las ordenes giradas por el Gobernador del Estado. Y no es que carezca de razón el hecho de mantener a la Fiscalía del Estado, fuera del alcance del Gobernador, pero los riesgos de todos modos se corren, pues es más problemático que la Fiscalía actúe en forma autónoma, cuando se trata de temas prioritarios y de plena coordinación con la inmediatez que se requiere.
La experiencia que se ha tenido en Veracruz, es que a pesar de que hay de por medio una barrera entre la Fiscalía y el Gobernador del Estado, de poco o nada ha servido, pues ya se vio en el pasado gobierno de dos años, como el mismo Ejecutivo Estatal, era quien, de hecho era el que mandaba en la Fiscalía, donde el Fiscal, solamente obedecía las órdenes.
Entonces, para que hacer tanto ruido en este sentido, cuando habría mayores ventajas con la coordinación directa entre el Gobernador del Estado, y la Fiscalía general. Se entiende que de esta manera que la población saldría ganando, pues se evitarían tantos enfrentamientos como los que se han dado en estos nueve meses, antes de que el Fiscal fuera removido, legal o ilegalmente, del puesto.
Bajo esta consideración y si se tomara en cuenta esta nueva situación de los nuevos tiempos de la Fiscalía General del Estado, hasta la actual encargada de despacho de esta dependencia, podría ser propuesta, después de que tenga en sus manos el conocimiento de los problemas que se generan en la Fiscalía.
En la actualidad, el Gobernador del Estado, ya recibe a la encargada de despacho, como debe ser, pues de otra manera, el mismo ejecutivo, correría el riesgo de no estar debidamente informado de los asuntos que se tratan y en relación a los avances que se tengan en materia del cumplimiento de órdenes de aprehensión, pues se insiste, es responsabilidad general del Gobierno del Estado, y del Gobernador, en lo particular, mantener el orden y la tranquilidad en toda la entidad, sin que nadie, por estar divididos, evada su propio compromiso con la sociedad y con todos los gobernados en general.
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NO LE FALTA RAZON.
SIN LUGAR A DUDAS, el funcionario público, que ayer platicó con este columnista, tiene toda la razón, cuando asegura que el panorama político y administrativo de la entidad, estará cambiando sustancialmente.
Una vez concluido, en cierta forma el conflicto que se había generado entre el Gobernador del Estado, y la Fiscalía General, habrá más tiempo libre para retomar las acciones gubernamentales, pues se consideraba que el pleito permanente entre las dos instancias, no daba lugar a que ni uno ni otro, desarrollara su trabajo y responsabilidad en la misión que tienen encomendada.
Y es bastante cierto, pues ahora, el titular del Poder Ejecutivo de Veracruz, tendrá todo el tiempo a su favor, así como la tranquilidad de saber que se ha puesto orden en una de las dependencias importantes que tienen mucho que ver con los objetivos de cumplir cabalmente con los deseos de los gobernados, en el sentido de que haya prevención del delito, pero que también haya preocupación de los funcionarios que tienen la obligación de investigar y perseguir a los delincuentes que hayan cometido acciones fuera de la ley.
Ahora sí, en paz y tranquilidad, el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, ya no teniendo a quien echar la culpa de todo lo que sucedía en el Estado, se ponga directamente a trabajar, dictando las instrucciones que sean necesarias para sacar al Estado, de las pésimas condiciones en que se encuentra, luego de que la gente reclama y con todo derecho, que haya atención y resultados en todas las áreas de gobierno.
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LA TERNA PARA EL ORFIS.
YA ESTA POR SALIR, sino es que ya circula en estos momentos, la terna elaborada por el congreso local, referente al proceso de renovación del Auditor General del ORFIS.
Se entiende que los diputados responsables de estas acciones, ya tienen en sus manos, todos los elementos necesarios para determinar quienes formarán parte de esta terna, de donde, se supone, saldrá el nuevo responsable de esta institución, en el caso de que se quiera emprender nuevos caminos dentro de este quehacer de fiscalización, a no ser, también, que se determine continuar con el trabajo, hasta ahora realizado por el todavía Auditor General de este organismo, Lorenzo Antonio Portilla Vázquez.
El proceso, prácticamente, ha terminado y solamente se espera la decisión de los legisladores, con la finalidad de llenar este importante hueco, si es que queda vacío.
Se insiste, como se ha insistido siempre, que esta función no es cualquier cosa, sino que representa un trabajo concienzudo para poder determinar quien puede y debe hacer el trabajo de fiscalizar a los entes, que en todo caso, están obligados a cumplir con los mandamientos legales y honestos respecto del manejo de los recursos públicos.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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