¿Justicia? ¿Venganza? Vayan ustedes a saber. Lo cierto es que existen agravios difíciles de perdonar. ¿Recuerdan lo de "viejo guango”, o “que no se raje ese loco” y otras ofensas en campaña? No es indio el que no se desquita.
Primero fue removido el fiscal Jorge Winckler, hombre de confianza de Yunes Linares. Acaba de ser nombrada la nueva auditora general del Órgano de Fiscalización Superior, Delia González Cobos, que revisará con lupa las cuentas del anterior gobierno y presentará las denuncias correspondientes.
Así que, salvo que a Cuitláhuac García Jiménez lo releven de la gubernatura o que Andrés Manuel López Obrador deje la presidencia de México por enfermedad u otros motivos, el futuro de Miguel Ángel se vislumbra muy parecido al que en diferentes momentos vivieron o viven antiguos conocidos suyos, como Javier Duarte de Ochoa, Flavino Ríos Alvarado y Dante Delgado Rannauro por mencionar sólo a sus homólogos. Lo curioso de esto es que en todos los casos anteriores intervino la férrea mano ejecutora de Yunes. De temible verdugo puede pasar a sentenciado.
No estoy en condiciones de proporcionar más información, pero sí de precisar que las instancias que están listas para actuar son el ORFIS y la Fiscalía General del Estado.
Es cuestión de días para que estalle la bomba que, esta sí, hará cimbrar a Veracruz. Sólo un milagro lo salvaría de la cárcel. ¿Existen?
PD.- Duarte se volvió columnista. Yunes puede escribir un libro.
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