En la impronta habría que destacar que Berlín Valenzuela es una propuesta de la sociedad civil, de la clase pensante, de los sectores políticos y de opinión, mientras que el caso del Secretario de Marina, de origen jalapeño, se observa un localizado sesgo político que habría que ponderar.
Y de Hernández González, actualmente Director del Sistema Estatal de Planeación de la Secretaría de Finanzas del Gobierno del estado, más se observa como un relleno de alta calidad profesional que sin duda, habrá de ser reconocido en otros momentos.
Aquí el punto a debate para la determinación final, digamos la línea que tire el gobernador al Congreso del Estado, podría estar contaminada –si no se actúa con responsabilidad y congruencia- por algún interés político, más que por el reconocimiento académico, profesional y de alta aportación a la ciencia jurídica en favor de Veracruz.
Ello abonaría a la falta de credibilidad y confianza en el gobierno.
Y es que podría pensarse por parte de la comunidad veracruzana, que un hombre de la acrisolada honestidad y rectitud en todos los órdenes que practicaba Don Adolfo Ruiz Cortines se revolcaría en su tumba, si en las siguientes horas se resolviera la entrega de tan señalado reconocimiento por razones de intereses y conveniencias políticas, más que por estimular a los hombres que han dedicado su vida a servir a las causas más nobles de la sociedad.
La sociedad civil veracruzana espera pues, que se proceda con limpieza y rectitud para preservar el prestigio de las instituciones públicas, aunque no se quede bien con los hombres de poder.
Por lo pronto quedan ahí para el imaginario colectivo los hechos.
¿Quién no recuerda que el padre del Derecho Electoral y autor de la primera credencial de elector, la del IFE, fue precisamente el doctor Berlín Valenzuela?
En estos mismos espacios, en las llamadas “benditas” redes sociales, hay un voto unánime en favor del doctor Berlín, amén de la propuesta por escrito que envía el Colegio de Veracruz.
Su titular Eugenio A. Vázquez Muñoz, argumenta a nombre de tan importante comunidad académica de altos estudios, que para la institución que encabeza es de alto honor proponer al doctor Berlín Valenzuela, por su destacada trayectoria como jurista y servidor público por más de 30 años “durante los cuales se desempeñó de manera intachable desde distintos ámbitos y esferas de la acción pública, colaborando siempre con las causas y necesidades de Veracruz”.
Pero además, ¿Habrá alguien en Veracruz que no sepa quién es y qué hecho el doctor Berlín?
Fue el más joven Secretario General de Gobierno que ha tenido Veracruz; ha desempeñado además responsabilidades nacionales como líder juvenil del PRI –hoy es apartidista- y encargado de los más importantes programas de vivienda en INFONAVIT.
Lo más prolífico de su carrera ha sido la de productor de textos sobre derecho electoral que sirven como guía en infinidad de países de carácter democrático.
Desde luego que habrá quien diga que Berlín Valenzuela ya recibió decenas de reconocimientos estatales, nacionales e internacionales, sin embargo, un pueblo con memoria y un gobierno respetuoso no puede dejar de reconocer y admirar de manera perene a sus mejores hombres.
Berlín lo es.
Es, como sustenta el Colegio de Veracruz, un veracruzano comprometido con su estado, que siempre ha trabajado por su gente y las mejores causas de la sociedad.
En alguna ocasión a Fernando Gutiérrez Barrios le hacían la observación sobre su pelo cano asociado con su experiencia y colmillo político, a lo que respondió “Las canas no son de harina”.
Berlín porta sus canas con gran orgullo y tampoco son de harina.
Desde temprana edad salió adelante al quedarse sin padres. Empezó vendiendo periódicos, luego fue reportero, pero nunca dejó el estudio. Fue primero en la educación básica; representante estudiantil en la UNAM.
Campeón de oratoria y de gimnasia que siempre estuvo entregado a las mejores causas.
Luego de brillar en política se dedicó a la academia, a la elaboración de textos sobre derecho electoral, siempre en la dignidad del salario recibido, siempre en la honestidad y siempre en el reconocimiento repetido de la gente que en el día a día se encuentra en su amado Coatepec en donde vive al lado de su esposa, la escultora Edith Berlín o en Xalapa a donde viene a comer con sus amigos.
Hace unos meses concluyó como responsable de la Casa de la Cultura Jurídica de la Suprema Corte de Justicia de la Nacional y el próximo paso que habrá de dar es la academia.
Veremos si tumban al gallo de la sociedad civil. Veremos a quien le dan la Ruiz Cortines.
Hoy por lo pronto las cartas están echadas como para no equivocarse… otra vez.
Tiempo al tiempo.
*El autor es Premio Nacional de Periodismo |