Termina pues el año con una simple dialéctica política, el ex presidente Felipe Calderón es para Andrés Manuel López Obrador, lo que Jorge Winckler es para Cuitláhuac García Jiménez.
A lo largo de un año siguen siendo los responsables de todo lo malo que nos pasa. Ya no fueron Peña Nieto a nivel nacional, ni Miguel Angel Yunes, a nivel estatal, los responsables de la tragedia.
Por razones de entendimiento entre AMLO y EPN, se fueron con quien no tenían más que odios y diferencias personales. López Obrador, hombre rencores, jamás perdonará a Calderón no haberlo dejar llegar a la Presidencia de la República.
Y para Veracruz, en igual proporción:
Al no existir Morena, ni registro histórico en torno a Cuitláhuac, que hace tres años no era nadie, pues no hubo más que hurgar en contra de presente o del pasado inmediato y ahí apareció el obcecado Fiscal Jorge Winckler.
Así pues, tanto a nivel estatal como nacional no hubo más que conformarse con la verdad oficial en cuanto a odios y venganzas ya que los hechos solo arrojan ineptitud y ausencia de gobernabilidad.
En México, las disputas en materia de seguridad muestran cifras nunca antes vistas, 100 crímenes diarios. En Veracruz la presencia de siete Cárteles y una desusada escalada contra las mujeres da cuenta de 147 feminicidios al terminar el año y 9 de cada 10 veracruzanas víctimas de la violencia.
Esa es nuestra normalidad, esa es la brutal realidad que se desliza sobre una pista de hielo.
Pero, bueno ¿Para qué tanto dramatismo?
Ya vienen los aguinaldos y las compensaciones. Es la hora de celebrar y dejar a un lado esa molesta crítica de los “fifís” y no pelar a esos chayoteros que andan tras un mendrugo.
Es hora de cobrar las jugosas compensaciones y a la sordina largarse del solar para regresar con más bríos y más justificaciones en enero.
Hay que respetar el “Guadalupe-Reyes”.
Termina pues el año con un soberano desmadre del cual vamos a fingir en estos días navideños que no pasa nada. Total, como decía Armando Ramírez, “¡Que tanto es tantito!”.
Tiempo al tiempo.
*El autor es Premio Nacional de Periodismo |