AYER, se cumplió el primer año de aquella tragedia en la que perdiera la vida el ex Gobernador del Estado de Puebla, y en ese momento Senador de la República, Rafael Moreno Valle, así como su esposa Martha Erika Alonso, Gobernadora en funciones de la misma entidad.
Ha transcurrido, efectivamente, un año de aquellos hechos y aunque todo parece olvidado, la verdad de las cosas es que sigue oliendo mal este asunto del accidente aéreo, pues a la fecha a nadie ha convencido el resultado de las investigaciones especializadas, incluso, por peritos extranjeros, por lo que en el ambiente político y social de la ciudad de Puebla, así como en el territorio nacional, sigue persistiendo la idea de que se trató de un atentado.
Y es que, sin duda alguna, la percepción de todos es que en este accidente hubo mano negra, principalmente, de quienes no aceptaron nunca que el Partido de Acción Nacional, les hubiera arrebatado una posición tan importante llevando como candidata precisamente a la esposa de quien era Senador de la República, y además, ex Gobernador de la entidad. La presión política, narran algunos de los actores políticos de la entidad poblana, era muy fuerte y también constituía un girón de la misma importancia electoral para otros personajes de la vida pública nacional.
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Nadie acepta, hasta ahora, que precisamente, el día de navidad, hubieran sido sacrificados dos personajes panistas, en plena actividad política y ejercicio del poder a favor de los poblanos, porque no hay que olvidar que los esposos Moreno-Alonso, llevaban a cabo un trabajo político y material de suma importancia para el Estado y para sus habitantes.
Pero, el ansia de poder de quienes idearon este sacrificio, no tenía límites, ya que de aceptar que el PAN gobernara en esta entidad, una vez más, significaba perder una posición política importante y era, de paso, un obstáculo que debía salvarse para seguir adelante en los proyectos políticos de gran trascendencia que ya se acuñaban.
Estos hechos, sin duda, fueron repudiados por la clase política nacional, con excepción de aquellos que pudieron estar involucrados, si es que fue un atentado político, porque para ellos era fiesta callada, de la que no podían presumir públicamente, pero que alababan desde su escondite, ya que se habían cumplido al pie de la letra todas las instrucciones giradas.
El tiempo, seguramente, será quien defina la verdad de estos hechos, que como ya hemos comentado, nadie acepta como un accidente aéreo, sino que siguen insistiendo en que se trató de un verdadero atentado, dándole un giro inusitado a la vida pública nacional y al propio pueblo de esta entidad federativa, quienes más tarde tuvieron que asistir a las urnas nuevamente y buscando definir un nuevo camino para Puebla, quizá obstaculizado por los hechos y por las lamentables perdidas de vida. México, vivió hace apenas un año, otro episodio generado por la intolerancia y por la ambición de poder, ese poder que llega a enfermar a quienes lo desean al grado de ordenar, así de sencillo, la muerte de una o más personas sin tentarse, como es común decirlo, el corazón, ya que es más importante saciar sus ansias de sangre y poder, que tomar con fortaleza la decisión de un pueblo y en determinado momento de su historia política.
De los responsables, aún no se sabe nada, pero queda en el ambiente político, un raro sabor de boca, algo que no cuaja, que no cuadra en esta visión de quienes no pudieron aceptar, en determinado momento, que alguien gobernara nuevamente a la entidad poblana.
Mucho se puede decir de estos acontecimientos, mucho se puede investigar sobre las verdaderas razones, mucho se puede seguir especulando en torno a estas muertes, pero siempre habrá un muro sobre el cual se tengan que enfrentar los resultados, porque nadie, aún sabiendo lo que ahí pasó, estaría dispuesto, por ahora, a decir la verdad, esa verdad que empañaría el panorama nacional y especialmente en el Estado de Puebla.
Mientras tanto, los panistas, siguen pidiendo y exigiendo justicia para sus militantes más destacados, que en ese momento, lo eran el Senador de la República, Rafael Moreno Valle, quien, por cierto, también aspiró a ser candidato a la Presidencia de la República, y su esposa, la Gobernadora electa por los ciudadanos poblanos.
Pero nadie responde a estas exigencias, porque las voces siempre serán calladas por la fuerza del poder, por quien no quiere que se sepa la verdad, por quienes están siempre al acecho de una verdad pueda descubrir quién o quienes fueron los autores intelectuales de este atentado, como supuestamente, se piensa que fue este accidente aéreo en que perdieran la vida dos seres humanos, antes que personajes de la vida pública de Puebla y de México.
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ANTE LA ADVERSIDAD, FELIZ NAVIDAD.
NO CABE LA MENOR duda de que México, está pasando por una seria crisis política, económica y social, donde la mayoría del pueblo mexicano, se mantiene preocupado por su situación, por su futuro, por lo que pueda suceder en otros años más, pues este que está terminando, no fue, ni lejanamente, un periodo de grandes alcances, sino al contrario, a miles los dejó sin trabajo, a otros tantos sin oportunidades de crecer, a otros más con la insatisfecha necesidad de vivir dignamente, como lo merecen y a todo el pueblo, eso no se duda, con el temor persistente de la inseguridad.
Pero, como también suele decirse, a los malos tiempos, buena cara y en ese sentido, no queda más que decir que no hay mal que dure cien años, ni tampoco pueblo que lo aguante. Que las cosas deben verse con optimismo y con entusiasmo, pues ante la adversidad, nadie debe detenerse a contemplar lo que está pasando, sino buscar en el futuro, una mejor condición, una mejor posición, una mejor reflexión de lo que en el pasado hicimos mal o mejor dicho de lo que en el pasado, se pudo votar.
Por eso, ante la adversidad, para todos feliz navidad.
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GRACIAS, UNA VEZ MAS.
A QUIENES SE ACORDARON de este columnista y le enviaron saludos, queremos darle las gracias, porque nuestra misión es servir y buscar enlazar a la sociedad, con los hechos que se van suscitando en la vida política de Veracruz, México, y el Mundo.
Hay quienes siempre han reconocido esta labor que llevamos a cabo y se los agradecemos infinitamente, porque nos da la oportunidad de seguir andando este camino.
Gracias, una vez más, a quienes sin mencionar sus nombres, tuvieron ese detalle de desearnos buena salud, buena relación familiar y con amigos, en pocas palabras, una feliz noche buena.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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