POR LO MENOS, Marlon Ramírez, dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional, ya pidió la cabeza del Secretario de Salud, Roberto Alor, para que sea el primero que se vaya de la administración estatal, de una cadena de funcionarios mayores del Gobierno del Estado, que hasta este momento no han demostrado tener la suficiente voluntad para hacer lo que les corresponde, una vez que ya ha transcurrido un año de supuesto trabajo en sus respectivas áreas.

 No le falta razón, de ninguna manera, al político tricolor, que ha seguido de cerca la falta de acciones del gobierno del Estado, pues como representante de un partido político, tiene que responder a sus militantes que son veracruzanos y a los cuales se les debe tener informados debidamente de lo que pasa dentro de la presente administración. Aunque el informe gubernamental no ha sido difundido ampliamente, por no contener ninguna acción que valga la pena dentro del Estado de Veracruz, los partidos políticos, como el PRI, han estado pendientes de que los veracruzanos, en general, conozcan, cuando menos, que ya hubo una respuesta, la primera, por obligación constitucional de parte del Gobernador del Estado, independientemente de que haya o no acciones que considerar dentro de este documento.

 El líder priista, ha puesto especial atención en los casos de la inseguridad, pero de manera especial, en el rubro de la salud, donde los veracruzanos, requieren atención médica y medicinas, algo que hasta este momento no ha sucedido y por lo tanto, hospitales como diversos centros médicos que dependen del gobierno del Estado, no cuentan con una verdadera cobertura a favor de millones de habitantes de esta entidad, que todos los días están demandando atención.

 Dentro del campo de la inacción, un funcionario ha destacado más que otros y ese es precisamente el Secretario de Salud, quien no ha sido relevado por órdenes gubernamental, ni tampoco ha solicitado separarse del cargo ante tanta crítica que ha recibido. Se sabe que sigue siendo protegido desde altas esferas del poder y por lo tanto, también se dice, le han amarrado las manos a Cuitláhuac García Jiménez, para deshacerse de este funcionario que en nada le ha ayudado.

i los diversos sectores de la población, se unieran a la petición del dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional, así como a otras tantas voces que han estado pidiendo la renuncia del supuesto responsable del área de la salud en Veracruz, se habría logrado, quizá, que hubiera una respuesta por parte de quien gobierna la entidad, ya sea removiéndolo u obligándolo a que solicitara su separación inmediata, pero al no haber acompañamiento, se toma la reacción del representante tricolor, como una especie de crítica política y no de una necesidad de responder con eficiencia a los gobernados.

 Marlon Ramírez, como dirigente partidista, ha puesto en consideración el grave problema de la falta de atención en materia de salud, a los veracruzanos. Como partido político, el PRI, alza la voz y exige que haya resultados positivos, porque detrás de él, existe una gran cantidad de veracruzanos, que requieren los servicios de salud y por los cuales se tiene que hablar, aún cuando estas peticiones no sean del agrado de quien, supuestamente manda en la entidad veracruzana.

 De esta manera, las organizaciones políticas, han comenzado a levantar la mano y hacer saber que ahí están, desde luego, en la defensa de quienes representan, así como de todos los veracruzanos, que se ven afectados por la carencia de servicios médicos y de las medicinas que debieran surtirles a los nosocomios de la entidad y que están bajo la responsabilidad de la administración estatal.

 Se tiene entendido que el dirigente priista, seguirá insistiendo en que el Gobernador del Estado, haciendo uso de las facultades que le concede la propia Constitución del Estado, remueva, de una buena vez, al Secretario de Salud, con la finalidad de que también el pueblo veracruzano, se dé cuenta que en Veracruz, hay alguien que puede poner orden, aunque tenga que enfrentarse a quien tiene, supuestamente, más poder dentro del ámbito federal, por estar más cerca del Presidente de la República.

 En fin, que por ahora, los partidos políticos, como el PRI, ya están dando señales de una presencia, no necesariamente política, en la entidad veracruzana, para salir en defensa de los veracruzanos, pues de alguna manera, tienen esta responsabilidad pública.

 Desde hace algún tiempo, se había comentado que los representantes de los partidos políticos, se encontraban, todavía, apanicados con la derrota electoral del primero de julio del año pasado y que por tal razón parecían no reaccionar, pero ya el PRI, ha levantado la mano y no la bajará hasta en tanto no se cumplan con los compromisos hechos a los veracruzanos, por la dizque cuarta transformación.

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 UNA CIUDAD DESTRUIDA.

NO CABE DUDA que por un lado el desconocimiento y la falta de experiencia y por el otro la necedad de una generación de políticos que no quieren entender que primero están las necesidades de los gobernados, antes que sus propios intereses políticos y económicos, han generado mucho malestar entre los habitantes de este municipio que ven como la ciudad capital, se encuentra prácticamente destruida, sin que se haga algo por parte de la autoridad municipal, para restaurarla.

 Las calles y todas las principales avenidas, ya son difíciles de circular, en virtud de que tienen cientos de hoyos de gran magnitud que impiden una circulación vial aceptable y más cuando en esta temporada de vacaciones, miles de visitantes se encuentran con la novedad de que Xalapa, la ciudad de las flores, es una ciudad destruida, tal y como hemos hecho énfasis en otras entregas de esta misma columna política.

 No se trata, de ninguna manera, de molestar a las autoridades municipales encabezadas por el Presidente Municipal, Hipólito Rodríguez Herrero, sino de hacerles patente, solamente, la inconformidad que existe en la sociedad xalapeña, que ya se ve arrepentida de haber decidido a favor de alguien que no conocían ni por referencias.

La necesidad del cambio los obligó, casi es seguro, a votar por un personaje desconocido en el ámbito político de esta capital, cuando existieron otros candidatos con mejores posibilidades de hacer un buen trabajo.

 Hoy, ni llorar es bueno, sino solamente esperar a que haya voluntad de parte de quien gobierna este Municipio, para ponerse a trabajar y resolver los problemas que tiene Xalapa, porque de no hacerlo ahora, ya no le alcanzará el tiempo y menos cuando todo parece indicar que es lo que menos le importa.

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 ¿Y LA SEGURIDAD?.

 XALAPA, COMO EL RESTO de la entidad veracruzana, sigue sufriendo los embates de la inseguridad, por más esfuerzos que se hacen en este sentido, pues todos los días se conocen casos de homicidios en plena calle, secuestros, robos y asaltos por todas partes, sin que haya, en verdad, una reducción de los índices de violencia, como en algunas ocasiones se ha manifestado.

 Aunque la inseguridad, es un fenómeno social, que ha invadido a todo el territorio nacional, no es, de ninguna manera, justificación para que Xalapa, la otrora tranquila ciudad de las flores, siga padeciendo estos problemas de grandes consecuencias para la comunidad.

 Casi desde el inicio de esta administración estatal, el alcalde ordenó la  adquisición de varios vehículos de una marca conocida para ponerlas al servicio de la policía, la cuales se ven circular por las calles, pero no para servir a los xalapeños, sino a unos cuantos servidores públicos que hacen uso de ellas, ya que hasta el momento no se han visto que funcionen para la vigilancia y seguridad de los ciudadanos de esta capital.

 Así están las cosas, Señor alcalde.

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 Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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