PARA EL AÑO que viene, aproximadamente en veinte días, los actores políticos de la entidad y del país, incluyendo, desde luego, al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, así como al Gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez, así como a los alcaldes de los diversos municipios veracruzanos, para seguirle echando la culpa al pasado, porque ya estarán en otra ruta de su propia responsabilidad, salvo que políticamente, les siga redituando buenos resultados para las próximas elecciones intermedias.
Hay que reconocer que el Presidente López Obrador, ganó una buena parte de la confianza popular, haciendo responsables de todo lo que pasa en el país, a los gobiernos del pasado, sin considerar sus propios compromisos contraídos con el pueblo mexicano, al que ha llamado pueblo bueno, por aceptarlo con todos sus errores y caprichos.
Lo mismo pasa en Veracruz, lo que se espera que termine con el comienzo del nuevo año, donde tanto el Gobernador, como sus principales funcionarios, se pongan las baterías y trabajen en serio por los demás, sin pensar en los gobiernos del pasado, que esos, como quiera que sea, ya son parte de l a historia del Estado, y lo que ahora se requiere es que los nuevos responsables de la conducción de la administración, hagan su trabajo y cumplan con los ofrecimientos hechos en campaña, pero sobre todo, con la obligación que tienen al tener en sus manos el destino de la entidad y la de sus gobernados.
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Así es que para las tres esferas de gobierno, no habrá pretexto alguno, ya que la propia ciudadanía les estará exigiendo mayor responsabilidad en el trabajo que se les ha encomendado, pues para aprendizaje ya fue suficiente este año, donde se vio de todo, es decir, desde las inexperiencias de los funcionarios, hasta los caprichos de quienes se encuentran ensoberbecidos con el poder, pues también ya será tiempo para que les caiga el veinte de que no están en campaña, sino en gobierno y que su responsabilidad es mayor, mucho mayor, al grado de que tienen el poder suficiente concedido por el pueblo para gobernar con eficiencia.
Se acabarán, entonces, toda esa palabrería que descansa en quienes ya se fueron y que no pueden defenderse, que ya no están en funciones y que lo bueno o lo malo que hayan dejado esta ahí a consideración del pueblo y no de unos cuantos actores políticos que pretenden demostrar, primero, que ellos no son los directamente culpables de lo que pasa, sobre todo, en deficiencias de gobierno que se traducen en una permanente incapacidad para lograr las metas que el pueblo tiene y que les han encargado a través del voto popular.
México, Veracruz, y la capital Xalapa, tienen una identificación distinta a otros pueblos de la tierra, por lo que no deben seguir existiendo comparaciones, incluso con gobiernos que se sabe no han respondido a las exigencias de sus propios ciudadanos. El Presidente de la República, el Gobernador del Estado de Veracruz, y el alcalde de Xalapa, por pertenecer a un mismo partido político, tienen que demostrar que son capaces de responder a las demandas ciudadanas y que saben hacer lo que se les ha encomendado para concretar metas, para lograr un mejor destino de la nación, del Estado, y del Municipio, pues hasta ahora, todo el tiempo se les ha ido en mirar para atrás, cuando todo mundo les exige mirar para adelante y hacer lo que se pueda hacer, pero con plena voluntad y compromiso, como buenos políticos y como buenos ciudadanos que fueron escogidos para transformar a este país, a esta entidad y a este municipio.
Si no fuera así, para el próximo año que está por comenzar, la reacción de todos los mexicanos, de todos los veracruzanos y de todos los habitantes de esta ciudad capital, podría ser otra muy distinta a la que se vio en aquél histórico día de elecciones del primero de julio del año dos mil dieciocho.
La culpa de lo que pase o no pase, ya no se endilgará al pasado, sino al presente y de esto tienen que tener cuidado, porque muchas veces se olvida, como ha estado sucediendo, que ya son gobernantes y que tienen su propia responsabilidad. Para echar la culpa a los demás, como que ya cansó a los mexicanos en general, por lo que estarán exigiendo, con más ahínco, que haya resultados positivos, que se ven, que se palpen y que haya un beneficio directo para el pueblo bueno, porque este pueblo, en determinado momento puede dejar por un lado su paciencia y darles un susto que no esperan, más cuando otras siglas están empeñados en rescatar las posiciones que se les arrebataron en su momento político.
Se acabaron los pretextos, pero de seguirlos escuchando, los porcentajes de aceptación se vendrán por los suelos, como ya se está percibiendo entre la opinión pública del país, del Estado, y del propio municipio de esta capital veracruzana.
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QUE EL GOBERNADOR, SE DESATE LAS MANOS.
NO HAN FALTADO quienes opinen que el Gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez, tiene las manos atadas y es por eso que no ha logrado actuar con plena libertad, sobre todo, en el sostenimiento de su propio equipo de trabajo, donde le impusieron, desde el principio casi a todos los funcionarios que son parte de la administración estatal.
Lo anterior, significaría, en todo caso, que si el Gobernador del Estado, no puede actuar con sus propias facultades, entonces, se estaría también, sin duda, en presencia de un mando oculto que está moviendo todos los hilos en lugar de hacerlo el propio gobernante que fue electo directamente por la ciudadanía.
Y es que, se opina, que si el Gobernador, no puede hacer nada, no tiene poder para cambiar las cosas, ni puede disponer en su propio Estado, entonces que clase de Gobernador tiene el pueblo veracruzano.
Cuitláhuac García Jiménez, tiene que quitarse la sombra de la federación, o bien que se desate las manos para poder actuar por sí mismo y hacer su propia historia, porque de otro modo, él no será quien aparezca anales históricos de Veracruz, sino otros actores políticos que lo podrían estar manejando a su antojo desde el altiplano.
Cuitláhuac García Jiménez, es xalapeño por nacimiento y está obligado, como tal a responder directamente por las necesidades de Veracruz, de su gente, de sus ciudadanos que siempre han esperado más de él.
O se quedará esperando la decisión del Gobierno Federal, dentro de un año, cuando se pueda remover sin que esto tenga de por medio un alto costo.
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¿A CONTRA RELOJ?
PARA MUCHOS ANALISTAS políticos, el gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez, ya se encuentra contra la pared.
Se afirma, como ya se ha hecho saber en otras ocasiones, que ahora sí se están disponiendo de su persona para que terminando el segundo año de su administración, pueda ser removido a la federación y dejar el camino libre para que el Presidente, decida quién de su propio equipo venga a recomponer las cosas en la entidad veracruzana.
Esto quiere decir, que el Gobernador estaría contra reloj, considerando que ya ha comenzado a transcurrir el segundo año del ejercicio constitucional del poder en Veracruz, y que la administración estatal, está dejando este año para centrarse en lo que será el ejercicio del próximo presupuesto que podría ser el último que conozca el ejecutivo estatal.
Cosas de la política, eso sí, porque su sustitución tiene tintes verdaderamente de interés político para los proyectos del Presidente de la República, y ahí si no hay ni como ayudarlo.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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