Lo dijo el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez: “Las mascarillas o cubrebocas dan una falsa sensación de seguridad. Hay otras formas de infectarse, por ejemplo, al tocarse la cara. El llamado es a no desperdiciar utilizándolas de forma innecesaria como mecanismo de protección que no tiene una fuerte evidencia científica”.
Y, sin embargo, autoridades municipales, como las de Xalapa y Córdoba, anunciaron que a partir de este martes “será obligatorio el uso de cubrebocas”, luego de que el gobierno federal anunció el inicio de la Fase III de la emergencia sanitaria por el coronavirus Covid-19.
Así lo dio a conocer el presidente municipal xalapeño, Hipólito Rodríguez Herrero, lo que, por supuesto, contraviene la instrucción girada por el gobierno estatal.
Este mismo martes el secretario de Gobierno, Éric Cisneros, insistió en su llamado a las autoridades municipales para que no tomen medidas distintas a las que se instruyen por parte del Consejo de Salubridad Nacional, “el cual ha sido claro con las indicaciones: sana distancia, de 1.5 metros entre las personas; higiene constante y permanente y quedarse en casa”.
No. El uso de cubrebocas no ha sido considerado por el Consejo de Salubridad Nacional como una de las “medidas de seguridad sanitaria”, en las que sólo se considera no realizar reuniones o congregaciones de más de 50 personas, lavado frecuente de manos, estornudar o toser aplicando la etiqueta respiratoria, saludo a distancia (no saludar de beso, ni de mano, ni de abrazo) “y todas las demás medidas de sana distancia vigentes y emitidas por la Secretaría de Salud Federal”, que tampoco considera el uso de cubrebocas generalizado entre ellas.
En realidad el llamado del secretario de Gobierno tenía como destinatario aquellos alcaldes que han decidido aislar sus municipios e impedir el acceso a ese territorio a cualquier persona.
La dependencia a su cargo emitió un comunicado en el que da a conocer que “se aplicarán sanciones legales a los alcaldes que no permitan el ingreso y libre tránsito en sus municipios”.
Dejemos para otro momento la discusión acerca de las facultades que, supone Éric Cisneros, tiene para “aplicar sanciones” a los presidentes municipales.
En su comunicado explica que “hace unos días” recibieron un comunicado de la Secretaría de Gobernación y del Secretario de Comunicaciones y Transportes, donde se señalaban las restricciones que había a nivel nacional y estatal ante la emergencia sanitaria por Coronavirus en el país, y no se incluía prohibir la entrada a los municipios.
“Ese documento lo hicimos llegar a 78 municipios del Estado donde se han tomado estas medidas por parte de los alcaldes. Donde les pedimos que no haya un Estado de Excepción, no se puede prohibir el libre tránsito, porque es atentar al derecho humano de la libre circulación”.
Y tiene la razón. Son tan violatorias esas medidas, como las que toman las corporaciones de seguridad (policía, Ejército y Marina) al colocar retenes en las carreteras del país. Muchos ciudadanos han muerto abatidos por elementos de seguridad, al optar por no detenerse, ante el temor de que se trate de una emboscada de criminales.
Las posturas de los alcaldes (78 de 212, un tercio de los municipios de Veracruz) es a todas luces arbitraria, pero tiene una lógica. Es la reacción natural frente a la falta de información, es la respuesta a la “dañina distancia” que ha mantenido el gobierno estatal con los presidentes municipales.
Más diálogo y menos amenazas.
Estamos frente a una emergencia sanitaria que ya está costando vidas y que depende de todos, sin distinción, que la frenemos con el menor costo posible.
¿Será que puedan dejar sus mezquindades para otro momento?
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Epílogo.
Es bien sabido que las cotidianas conferencias de prensa del Presidente Andrés Manuel López Obrador han servido, más que otra cosa, como buzón de quejas, y todo aquel que pretende que una denuncia tenga resonancia, busca acceder a ese foro, ya sea de manera personal o a través de aquellos que ya son “reporteros de planta”. *** La mañana de este martes una dama que se presentó como Sandra Aguilera, quien dijo representar a la empresa “Grupo Larsa Comunicaciones”, denunció que el pasado viernes a las 6:00 de la tarde acudió a la clínica 57 del IMSS en el puerto de Veracruz una persona “la cual entró con síntomas de Covid; sin embargo, el señor, aparte también tenía la glucosa baja. A las 7:30 de la noche lo mandaron de regreso a su casa con oxígeno, llegó a su casa y a las cuatro horas murió”. *** No saben de qué murió, pues cuando regresaron a Ia clínica del IMSS ningún doctor quiso acudir al domicilio del fallecido para extender el certificado de defunción. *** La respuesta del Director del Seguro Social, Zoé Robledo Aburto, fue: “en este momento nos vamos a comunicar con la representante del IMSS en Veracruz. Como saben, allá tenemos dos delegaciones, hay dos extraordinarias doctoras que están haciendo un papel muy bueno. Pero que claro que esos casos hay que revisarlos a detalle (...) lo vamos a revisar con mucho gusto y, como en muchos otros casos con usted y con muchos compañeros periodistas, darles un seguimiento permanente. Y agradecerles que nos hagan ver estas situaciones”. *** Hasta la noche del mismo martes, el IMSS no había explicado las causas de muerte de dicho paciente *** Y en momentos en los que los tres niveles de gobierno están obligados a hacer verdaderos esfuerzos para optimizar el uso de los recursos que les fueron asignados, el ayuntamiento de Xalapa nos da la noticia de que -¡una vez más!- deberá regresar recursos a la Federación por concepto del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social Municipal (FISM). *** Siete millones de pesos que, según la tesorera Dolores Valenzuela Ponce, resultan de un saldo comprometido de 140 millones 823 mil pesos, de los que se ejercieron sólo 134 millones 494 mil pesos. A eso se agregan penalizaciones a contratistas e intereses. ¿Y Xalapa? Bien, gracias.
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