Prefacio.
El pasado sábado fue detenido en Poza Rica el periodista José Cárdenas, por su presunta implicación en el asesinato de su colega María Elena Ferral Hernández, asesinada a tiros el pasado 30 de marzo. *** De pronto a muchos colegas les entró un conficto existencial: ¿Felicitar a las autoridades por los avances en la investigación por el homicidio a María Elena Ferral, o criticar que se pretenda vincular a otro periodista –José Cárdenas- en ese crimen? *** Los más prudentes, los “políticamente correctos”, le demandan a la Fiscalía que “sustente bien” sus señalamientos en contra del periodista detenido este fin de semana, o de lo contrario se enfrentará a una severa crítica social, y en especial de los medios de comunicación. *** Pero… ¿Acaso no tendría que ser esa la exigencia para todas las actuaciones de la Fiscalía? ¿El hecho de que el imputado sea un periodista obliga a las autoridades a ser más eficaces, más certeros? ¿Quién nos concedió a los comunicadores ese privilegio? ¿No debe ser la justicia, acaso, igual para todos? *** Las palabras de la hija de María Elena Ferral dan una muestra clara del ánimo que permea alrededor de este caso: “Y que el homicidio de mí madre María Elena Ferral no quedará impune, hoy dio un resultado, que tal vez a muchos les cueste creer, que piensen que es un ataque al gremio, están en su derecho de pensar así, pero yo confío en la Fiscalía y que si sus investigaciones llegaron a esta línea pido no entorpezcan las investigaciones, todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario, lo único que exijo que se esclarezca el homicidio de mi madre y no se entorpezcan las líneas de investigación”. *** “(La) Fiscalía está trabajando y está dando resultados, que tal vez no les gusten a todos, pero si estuvieran en mi lugar yo sí pelearía porque se esclarezca su caso, como lo hubiera hecho mi madre, les pido su apoyo y comprensión, sé que es un tema complicado, pero el gremio es fuerte y tenemos que seguir estando unidos y seguir exigiendo justicia para María Elena Ferral y que caiga el que tenga que caer”. *** Por cierto, ha trascendido que además del periodista José Cárdenas, la Policía Ministerial detuvo al regidor priísta del ayuntamiento de Papantla, Efraín Rivera y a Luis Alberto Xóchihua, exesposo de la periodista María Elena Ferral. *** Justicia, a secas. Y que caiga quien tenga que caer. ¿O acaso esperaban que las autoridades se limitaran a dar el mismo consejo que dio Javier Duarte: “pórtense bien”?
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Si hay algo que ha caracterizado a Ricardo Ahued en su carrera política, es que no sabe mentir.
Lo intenta, pero no le sale.
En todas las entrevistas que concedió, luego de que saliera de su reunión con el Presidente Andrés Manuel López Obrador (encuentro en el que también estuvieron presentes Ricardo Monreal, coordinador de los senadores de Morena y Ernesto Pérez Astorga, suplente de Ahued en la Cámara Alta) trató de evadir los cuestionamientos sobre las razones reales de su salida de la Administración General de Aduanas (de risa, aquel argumento de que “se cumplió un ciclo” cuando apenas llevaba 11 meses en el cargo) y optaba por tomar a broma el oficio que le giró la titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT) Raquel Buenrostro Sánchez, en el que le atribuía “síntomas de enfermedad respiratoria” –lo cual era falso- y le ordenaba “cumplir resguardo domiciliario”.
Cuando era orillado a tratar con seriedad el tema, sólo se refería a la “falta de comunicación en el sector público” y a la “falta de condiciones” para realizar su trabajo.
Lo cierto es que la salida de Ricardo Ahued de Aduanas obedece estrictamente a sus desencuentros con su jefa inmediata, la titular del SAT, como lo expresó atinadamente el analista Alberto Aguirre, en su colaboración para El Economista:
“Los desencuentros entre ambos funcionarios (Buenrostro y Ahued) fueron intermitentes, durante los cuatro meses que compartieron la responsabilidad de dirigir los servicios aduanales y de inspección fronteriza. Los ‘puros’ ganaron otra batalla”.
Al momento de decidir su salida, el tema de la sucesión en Veracruz no estaba en la mesa. Ricardo Ahued considera mesquino hablar de sucesión cuando el actual gobernador lleva apenas año y medio en el cargo.
Lo que sí ha hecho Ricardo Ahued desde que decidió “jugársela” con Morena, ha sido estar listo para asumir el reto, en caso de que se presente, de gobernar Veracruz.
Hace mucho tiempo que Ricardo Ahued dejó de ser “un empresario metido a la política”, como se le calificó cuando buscó la alcaldía de Xalapa. Después de eso ha sido diputado local, diputado federal y ahora senador. Ya conoce las reglas del juego y entiende que si las circunstancias se dan o no, depende de muchos factores. Lo que sí depende de él, es estar listo, por si esas circunstancias lo favorecen.
Incluso en los momentos de mayor presión en su labor al frente de las aduanas del país, Ricardo Ahued siempre encontró tiempo para estar presente en su tierra, para reunirse con amigos y con grupos afines a él. Sabe lo que pasa en Veracruz y está listo por si se le requiere -ya sea por cuatro, o por seis años- para ayudar a que este estado al que tanto le debe, salga adelante.
“Ricardo Ahued es un hombre íntegro, una gente buena, un hombre honesto”, expresó la semana pasada Andrés Manuel López Obrador.
Lástima que esas expresiones, al menos en Veracruz, estén tan devaluadas.
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Epílogo.
No es muy claro, el gobernador Cuitláhuac García cuando informa, a través de un twitter, que para financiar la reactivación económica del estado se utilizará “un monto equivalente al pago de deuda que haría esta administración”. *** Aclara, además, que “en términos nominales, no aumentaríamos la deuda”. La mejor manera de entender la lógica en las finanzas públicas, es trasladar esos escenarios a la vida cotidiana. *** Suponga que usted tiene una tarjeta de crédito, que la maneja de forma responsable y que mes con mes aparta de su salario lo necesario para cubrir una parte de lo que adeuda. *** Sucede que hasta el año pasado usted había hecho uso de esa línea de crédito y este año se había dedicado únicamente a liquidar la deuda, sin volver a sacar dinero. Según sus cálculos, de seguir con esa estrategia, al final del año habrá reducido sustancialmente ese pasivo. *** Pero se presentó la emergencia sanitaria del Covid-19 y sus ingresos se cayeron de manera importante. Tiene que hacer ajustes en sus gastos y buscar la forma de contar con dinero para salir adelante, en lo que las condiciones económicas mejoran. Entonces se acuerda de su tarjeta. *** Decide que la va a volver a ocupar. No dejará de pagar las mensualidades que había previsto (no quiere aparecer en el buró de crédito como cliente incumplido) pero tomará un monto equivalente a esos pagos, para sobreponerse a la crisis económica. *** Al final del año no deberá más, pero tampoco menos. En pocas palabras, habrá perdido un año de amortizaciones. Por eso aclara el gobernador que “en términos nominales” la deuda no crecerá, pero lo que iba a amortizar este año el gobierno estatal (3 mil 017 millones 121 mil 396 pesos, según el Presupuesto de Egresos 2020) será sustituido por deuda nueva. *** En realidad para este año el gobierno previó destinar 7 mil 638 millones 314 mil 926 pesos para cubrir sus compromisos crediticios. Aparte de lo considerado para amortización, otros 4 mil 575 millones 905 mio 530 pesos serán destinados al pago de intereses de la deuda y 45 millones 288 mil pesos para “gastos”. *** Todo esto quiere decir que el gobierno estatal recurrirá a la contratación de deuda para financiar la reactivación económica, medida que a nivel federal Andrés Manuel López Obrador no ve con buenos ojos, a contracorriente –una vez más- de la opinión de especialistas en finanzas, quienes señalan que es necesaria una fuerte inyección a la economía nacional para evitar una catástrofe financiera de dimensiones históricas. *** ¿Será que por fin quienes gobiernan Veracruz han entendido que deben tomar sus propias decisiones y no copiar las que se toman a nivel federal?
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