Esa declaración comprende aspectos clave de la honestidad de los servidores públicos relacionados con su patrimonio, sus intereses y los impuestos.
La respuesta podría ser reduccionista: ¡Deben tener cola que les pisen!
Para muchos, solo así se puede explicar que no deseen transparentar su patrimonio -debe ser mucho y abultado, o quizá tampoco lícito-. Se podría pensar también que sus patrimonios no corresponden con sus declaraciones o que accedieron a sus cargos actuales por la práctica de nepotismo.
Por eso vale la pena leer lo escrito hoy aquí por el prestigiado periodista Raymundo Jiménez, cuyo título pinta el caso de cuerpo entero: Denisse Uribe: Opacidad.
El ejemplo es fiel reflejo de los motivos del rechazo a la transparencia que tanto la magistrada veracruzana Denisse Uribe Obregón, como los otros 37 aspirantes exhiben, que a pesar de las normas de la elección han desplegado costosas campañas por todo el país y medios de comunicación que obviamente implica gastos de boletos de avión, hospedaje, comidas y traslado vehicular, entre otros.
¿Alguien sin aguda suspicacia votaría por la magistrada veracruzana Denisse Uribe Obregón el próximo uno de junio, y por quienes se niegan a dar la cara, así como transparentar y explicar su condición económica, pero sobre todo sus gastos reales de campaña?
El tema es muy interesante e imperdible. No le contamos más, mejor lo invitamos a leer a Raymundo Jiménez y su columna completa aquí. |