En la lógica de Duarte, si sale en defensa de la potencial candidata de Morena, y ésta resulta favorecida por su partido, y se impone en las elecciones del 2024, podría “negociar” algunos acuerdos respecto al expediente que tiene activo en el ámbito local.
Es, precisamente, ese expediente, el que le impide gestionar su liberación por los cargos federales pues, aunque ya tiene derecho a pedirla, sabe que en automático sería trasladado a una cárcel de Veracruz para enfrentar el proceso por desaparición forzada.
Y es que Javier Duarte conoce bien de la política mexicana (¡vaya maestro que tuvo!) y entiende que en la llamada “cuarta transformación” los pecados, por muy graves que pudieran ser, pueden ser perdonados.
Y a la mano tiene el ejemplo de la exsecretaria de Educación y próxima candidata al gobierno del Estado de México, la maestra Delfina Gómez que, desde la lógica del presidente López Obrador, tiene una trayectoria impoluta, a pesar de lo que diga la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
“Cuando la Auditoría Superior de la Federación hace una investigación, son, como lo mencionas, en algunos casos, casi en la mayoría de los casos, irregularidades, no son actos de corrupción, así de categórico (...) Que si la Auditoría Fiscal de la Federación (sic) hace observaciones a una dependencia, no significa que haya corrupción (...) les puedo poner un ejemplo, acuérdense que la Auditoría Federal de la Federación (sic) estimó en 200 mil millones de pesos lo que se había destinado al aeropuerto del lago de Texcoco y resultó que era la mitad (…) Y me das la oportunidad de decir que la maestra Delfina es una mujer honesta, que tiene toda mi confianza, toda. Es una mujer incapaz de robarse un centavo, nada que ver con los políticos de viejo cuño”.
Aunque, claro, terminó admitiendo que su opinión no podía ser tomada en cuenta:
“No soy objetivo en este caso, la quiero mucho”.
¿Será que el mismo criterio valga para Javier Duarte?
En febrero del 2018, la ASF dio a conocer un “Informe Especial” sobre los resultados de más de 220 auditorías realizadas del 2011 a 2016 a la administración de Javier Duarte en el que se detallaba que el posible daño patrimonial alcanzaba los 61 mil millones de pesos.
“El camino está claro -me comentó uno de esos políticos de larga experiencia-. Únete a la 4T, confiesa tus pecados, paga la cuota de acceso, y se limpiarán todas tus faltas”.
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(DE LA COLUMNA "PUNTO DE VISTA") |