El Presidente de la República, el primero más responsable de la salud de los mexicanos, se negó y se niega rotundamente a usar el cubre bocas, cuando debió ser quien desde el momento del conocimiento de crisis sanitaria, pusiera el ejemplo a todos los gobernados, con la finalidad de que los contagios no fueran en el número que ahora se cuentan, pues sus seguidores, tampoco se lo ponen, porque así lo ha determinado el Jefe del Poder Ejecutivo Nacional.
Hay otros hechos que también ponen en duda que el gobierno federal, tenga interés por la salud, luego de que se ha preferido invertir fuertes cantidades en obras suntuarias, antes que atender las exigencias económicas de la propia enfermedad que ocupa al mundo, así como sus consecuencias en el ámbito económico de la nación y de todos sus habitantes.
México, es el único país o quizá de los pocos que no han querido apoyar a la ciudadanía, pues únicamente atienden los apoyos de los programas sociales, donde el objetivo es llamar la atención de los electores para las próximas elecciones que tendrán lugar en el mes de junio del próximo año.
Pero vamos.
En relación a las vacunas, se dirá que el gobierno federal, se ha puesto las pilas para conseguir el mayor número de dosis, para inmunizar a por lo menos la mitad de los habitantes del país, en un periodo que se ha anunciado y que va desde este mes de diciembre hasta el mes de marzo del año dos mil veintidós. Esta sería, evidentemente, la primera ocasión en que se ve y se nota como esta enfermedad, de verdad, le ha caído como anillo al dedo, a quien manda a nivel nacional, pues se han apurado para lograr comprar, en tiempo y forma, las vacunas que hacen falta para resolver, en parte, el avance de esta calamidad pública.
Y este es el asunto al que muchos mexicanos, ya están llegando a entender.
Si antes hacían falta medicamentos y es la fecha en que todavía, no se ha logrado una verdadera cobertura en los hospitales públicos, porque no se destinaron los recursos suficientes para ello, y ahora, de pronto, el gobierno destina fuertes inversiones en las vacunas, cuando ha demostrado claramente que no le importa lo que pase con la salud de los mexicanos, además de que fue de los primeros en apurarse a conseguir este antídoto.
La razón está a la vista. Quiere que la vacuna llegue a todos y resuelva un problema de salud muy crítico, con la finalidad de quedar bien y obtener un poco más de confianza de los ciudadanos y éstos acudan a las urnas a votar por el proyecto político del Presidente, eligiendo a gente de Morena, para seguir teniendo la mayoría en el congreso, por cuanto concierne a esta parte de la elección.
Téngalo por seguro, amigo lector, que en cuanto se vacune a la población y se tengan resultados positivos, el gobierno aprovechará esta situación para hacer suyo este logro, que no lo es, sino solamente es parte de su responsabilidad como gobierno, para meterlo dentro de sus estrategias políticas, haciendo de ese problema de salud nacional, como tema político electoral.
López Obrador, ya es un experimentado político en estos menesteres.
Por eso, no le falta razón a muchos mexicanos, que ya expresan esta duda sobre el profundo interés que tiene el Presidente, y su gobierno, en proporcionar a todos los mexicanos, la ansiada prevención en contra del coronavirus.
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PORQUE AHUED, ES IMPORTANTE.
AUNQUE NO es militante de Morena, sino un simpatizante político que fue invitado por el partido en el poder, para competir por la Senaduría de la República, ganando ampliamente y no precisamente por el efecto Peje, Ricardo Ahued Bardahuill, resulta ser un importante recurso humano que puede, en determinado momento, sacar adelante los proyectos políticos del Presidente, en Veracruz.
No hay, como ya lo comentamos en reciente entrega de esta columna, alguien que dentro de Morena, pudiera igualarle en todos los aspectos, es decir, en lo político, en la experiencia administrativa, en la honestidad y el desempeño personal de sus respectivas funciones.
Esta es la razón de que el empresario de esta capital veracruzana, sea una pieza clave para lo que quiere el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Por ese motivo es que cualquier indicio que surja respecto de su posible ubicación para sustituir al Gobernador del Estado, se toma con mucha seriedad y prestancia, porque no está nada lejana cualquier posibilidad de que esto pueda ocurrir.
Se ha manejo constantemente su nombre para estos efectos, no ahora, sino casi permanentemente desde que Cuitláhuac García Jiménez, tomó el mando de la administración estatal, porque no tardó el actual mandatario en evidenciar que no está hecho para estas responsabilidades, más cuando son los propios veracruzanos, los que han estado pendientes de lo que hace o no hace este gobierno. De ahí que a cada rato, el Senador de la República, Ricardo Ahued Bardahuill, sea mencionado para continuar el sexenio que ahora transcurre sin pena y sin gloria.
Esto es, prácticamente lo que ocurre con el político veracruzano, que ahora sigue despachando como legislador, representando a la entidad veracruzana, en el Senado de la República.
Se diría por muchos analistas que todo pareciera que Ahued, es el único hombre que tiene el partido en el poder y el mismo mandatario nacional, para resolver cualquier necesidad política, pero a decir verdad, por más que se busque dentro del equipo de Morena, no hay quien pudiera hacer un mejor trabajo.
Por eso, Ricardo Ahued, es importante y lo seguirá siendo cuantas veces sea necesario para los morenos.
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LAS COMPARESCENCIAS NO SIRVEN.
CARAMBA, AL PARECER, no se saca nada bueno con traer a cada funcionario del Gobierno del Estado, para que explique lo que ya se encuentra en el documento enviado por el Gobernador del Estado, en cumplimiento de su obligación constitucional cada quince de noviembre.
En primer, es lo mismo y en segunda no se aporta nada que pudiera, en realidad, ampliar el conocimiento de los legisladores sobre determinados temas, pues muchos de éstos ni siquiera atención le ponen a quienes comparecen.
Pero, en el remoto caso de que en verdad atendieran las explicaciones de los que vienen a perder el tiempo en el Congreso, cómo es que el pueblo, es decir, los gobernados, se enteran de estos cuestionamientos, si los diputados no se paran en sus respectivos distritos, para dialogar abiertamente con quienes representan.
Las comparecencias deben desaparecer y este tiempo utilizarlo por los funcionarios para atender las problemáticas que tiene el Estado, cada uno en su respectiva competencia, porque eso es lo que hace falta.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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