La pregunta aprobada por los senadores para imprimirse en las boletas del Instituto Nacional Electoral, es la siguiente:
--¿Estás de acuerdo en que a Andrés Manuel López Obrador, presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por pérdida de confianza o siga en la Presidencia de la República hasta que termine su periodo?
Así, ya sea porque los programas sociales de la 4-T benefician a millones de familias o porque la mayoría de los mexicanos de veras confían ciegamente en AMLO o por las causas que gusten y manden, lo cierto es que todo indica que votarán para que continúe hasta el 30 de septiembre de 2024.
Por la reforma constitucional aprobada en 2014, el próximo presidente rendirá protesta el primero de octubre de 2024, dos meses antes de concluir el actual sexenio.
Se quedarán con las ganas quienes desean que Andrés Manuel López Obrador se vaya cuanto antes a “La Chingada”, que así se llama su rancho, no sean malpensados.
El caso de Cuitláhuac García Jiménez es similar, aunque por distintos motivos. Sus adversarios no lo verán partir antes de cumplirse los seis años, porque –como lo comenté líneas arriba en este espacio— simplemente no habrá consulta para una eventual revocación de su mandato.
Nunca sabremos con certeza si la votación habría sido para ratificarlo como gobernador o para relevarlo por haberle perdido la confianza.
Algunos de sus adversarios aún abrigan la muy remota esperanza de encontrar resquicios legales para revertir esta disposición y, en cambio, la revocación se aplique al gobernador en turno. ¿Lo lograrán o no?
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