AÚN cuando hay muchos temas dentro de la vida política nacional, tanto para el Presidente, como para Morena, y de los demás partidos políticos, lo relacionado con la sucesión presidencial, no se olvida y todos los días se alimenta este proceso con las acciones y declaraciones de los personajes más involucrados en este asunto, que aunque no se quiera aceptar, es parte de la ocupación mental de todos los políticos y de la propia ciudadanía de este país.

México, vive el cambio, pero no a través de los proyectos que enumera la cuarta transformación, que en si, tampoco es un nuevo sistema de gobierno y mucho menos una manifestación de un nuevo orden político nacional. El Presidente, dicta diariamente la agenda política y busca siempre, desencadenar reacciones de todo tipo, porque esa es su manera de gobernar, sobre todo, porque no tiene el sustento necesario para poder hacer otra cosa. El Presidente, se encuentra enredado entre el pasado, que también es su pasado y no solamente de quienes ya gobernaron el país, por lo que no puede salir de esta madeja política y menos realizar un buen gobierno, algo de lo que se ha olvidado en medio de su maraña mental.

Pero, todavía no sale de sus problemas encadenados con el pasado político, cuando ya se le presenta el reto de ver quién puede ser el sucesor, importancia que tiene en este momento, porque se trata de asegurar a un personaje que pueda continuar con lo que supuestamente ha iniciado. Habla de transformación, pero ha pasado la mitad de su administración, y la verdad de las cosas, no hay nada que pueda ser significativo o representativo de un cambio al cual él mismo llama transformación, a no ser por la forma tan personal de gobernar a la nación.

La sucesión, tiene ahora mayor interés, porque el Presidente, ha iniciado, con suficiente tiempo este proceso, preocupado más por quién pueda ser el sucesor, que por los resultados que arroje, finalmente, este proyecto de gobierno, que al parecer, no tiene pies ni cabeza.

Pero, en todo caso, lo que sí hay que atender, es precisamente este adelantado proceso de la sucesión, el cual, a partir del destape que hizo de varios personajes de la vida pública nacional, en ningún momento se ha dejado de hablar de ello y menos por el destino que quiere darle, precisamente, a este asunto político, perfilando, cuando menos, a dos de ellos como supuestos favoritos en esta carrera sucesiva.

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LA HORA DE LA VERDAD, O DE LA MENTIRA.

EN TRES DÍAS, APROXIMADAMENTE, el gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez, tendrá que dar cuenta, mediante mandato constitucional, del estado que guarda la administración estatal a su cargo. Sin embargo, no se espera, solamente, que el titular del Poder Ejecutivo de Veracruz, rinda cuentas, sino que asegure al pueblo veracruzano, que los recursos que ha manejado, se puedan ver, es decir, constatar que efectivamente se aplicaron en satisfactores generales de la población y que existen pruebas suficientes, contundentes de que esta administración ha sabido invertir responsablemente y explicar, en todo caso, el porqué no se han utilizado los recursos que se han tenido y que se tienen provenientes de la federación, porque sería fácil señalar que se han devuelto por no haberse utilizado.

Es casi un hábito que en la actualidad, tanto en gobierno del Estado, como de algunos municipios de la entidad, se tengan que devolver a la federación los dineros que no se supieron aplicar y que es común que se caiga en subejercicio, sobre todo, por incapacidad, porque no se puede explicar de otra manera.

El Gobernador del Estado, tendrá que señalar en el documento que presentará a la legislatura, toda la verdad, sin caer en la mentira, principalmente, en la presentación de obras y beneficios colectivos, porque decir que vacunar a la población, es una gestión u obra de la administración estatal, es mentir, porque son programas directos de la federación, cuya obligación es también cumplir con un derecho de salud que le corresponde a todos por igual.

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VAYA, TIENE RAZÓN CUITLÁHUAC GARCÍA JIMÉNEZ.

SE ENTIENDE QUE LA futura administración municipal de la ciudad y puerto de Veracruz, ya estaría en negociaciones con el Gobierno del Estado, para llevar a cabo los festejos tradicionales del Carnaval, debido a que el mismo titular del Poder Ejecutivo, ha rechazado que en este momento se puedan iniciar estas gestiones por parte de las futuras autoridades municipales, porque aún no se define por la autoridad electoral, la ratificación del triunfo electoral de la supuesta alcaldesa electa Patricia Lobeira.

Tiene, por fin, razón el mandatario estatal, porque no serían oficiales las gestiones, debido a que no existe una autoridad legitimada, por lo que todas las pláticas para organizar este evento, tendrían que esperar, toda vez, que no se ha confirmado quién será, constitucionalmente, el alcalde Veracruz.

Mucho hay, sin embargo, de política en este asunto, porque si se tratara de un militante de Morena, seguramente, que aún sin tener oficialmente la alcaldía del Puerto, ya se estarían adelantando los programas y proyectos de este importante evento internacional.

Vaya, cuestión de enfoques, aunque si, tenemos que reconocer, que el Gobernador, dice, cuando menos por ahora, la pura verdad.

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Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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