ANTE el peligro de encontrarse con elementos de la policía y correr el riesgo de ser acusados de diversos delitos, entre ellos, el consabido “ultrajes a la autoridad”, la mayoría de padres de familia, ya no permiten que sus hijos salgan a la calle, de manera especial por las noches, cuando normalmente funcionan los operativos de supuesta vigilancia.

En Veracruz, se ha perdido la confianza en la policía y la sociedad tiene miedo de que en cualquier momento, por alguna razón, sus hijos, familiares o cualquier ciudadano, sea detenido y remitido a los separos del cuartel de San José, donde llegan esposados y maltratados en una batea de cualquier patrulla, en clara violación de sus derechos humanos, pues una falta administrativa, de tránsito o simplemente un intento de defensa, no ameritan que las personas sean denigradas de tal manera.

Ahí, no se permite la intervención de cualquier abogado o familiar, pues es requisito indispensable, según narran los mismos policías, que se tenga que esperar, por lo menos, cinco horas para que se pueda acceder a los servicios del departamento jurídico, mientras quien es detenido, pasa todo ese tiempo tras las rajas como cualquier delincuente, sin haberle probado nada en su contra, pues simplemente se comete el error de querer dialogar con la policía o con cualquier funcionario.

Las personas, sea cual sea su condición, incluso afectadas de su salud, son revisadas en sus pertenencias al momento de ingresar a las celdas y si la falta fue de tránsito, su vehículo es despojado y remitido a cualquier corralón, donde las multas son más severas, no sin antes darle una paseadita al carro, sobre todo, si es de reciente modelo, para luego depositarlo en lugar donde se puede recoger al otro día sin gasolina, desde luego.

La ausencia de representantes del elefante blanco, denominado Comisión Estatal de los Derechos Humanos, permite que se cometan todos estas violaciones a los veracruzanos, en general, pues es precisamente en estos lugares donde se debería tener la presencia de esta instancia para apoyar a los ciudadanos, madres de familia suplicantes ante el poder policial, que sus hijos no sean golpeados o maltratados.

La impotencia hace derramar las lágrimas de mucha gente. Por eso, en Veracruz, la sociedad ya tiene miedo.

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AUMENTA LA POBREZA EN MÉXICO.

AÚN CUANDO se hacen los mejores esfuerzos por superar las grandes carencias de los mexicanos, y veracruzanos, en lo particular, los índices de la pobreza han ido avanzando notoriamente, de tal manera, que de acuerdo a estudios de INEGI, en los recientes meses, este fenómeno social, se ha incrementado a tal grado de que ya se puede hablar que más de cincuenta por ciento de la población ya se encuentra inscrita en este marco de referencia nacional.

Las grandes necesidades de subsistencia han generado, día con día, una mayor evidencia de que el pueblo ya comienza a morirse de hambre, pues ni los programas sociales que han dispersado recursos millonarios por todos los rincones del país, han sido suficientes para detener el crecimiento exponencial de la pobreza, la cual, dividida en dos, es decir, considerando a los más pobres de los pobres, se puede hablar de más de diez millones de mexicanos, que en este momento ya no tienen qué comer, es decir, que ya están dentro del registro de la pobreza extrema.

La pobreza en general, ronda más o menos, por el cincuenta y ocho por ciento de la población total de México. Esto significa que estamos viviendo en un verdadero país de pobres, pues la riqueza se encuentra concentrada en pocas manos, principalmente en el sector empresarial.

Las condiciones de México, son especialmente graves, porque no se ha fomentado el empleo ni tampoco se han dado facilidades para que las inversiones vengan a todo el territorio  nacional, donde se pueda distribuir el recurso y atacar la pobreza directamente.

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LA REVOCACIÓN DE MANDATO.

DE NADA SIRVE que el proceso de revocación de mandato sea parte de la democratización del país y que el Instituto Nacional Electoral, se encuentra obligado legalmente a proceder con su realización, si no se cuenta con los recursos suficientes para concretarlo. Una consulta de esta naturaleza cuesta mucho dinero y más cuando estos recursos ya no se recuperarán, sino que se quedarán con un gasto, necesario e innecesario, pero al fin y al cabo, son dineros que se perderán, cuando en realidad podrían ser utilizados para otros menesteres.

Pero en fin, existe el capricho y por ello se pone al INE, en el centro de la controversia, cuando lo primero que debió hacerse es saber si existían los recursos para este proceso extraordinario, porque todo parece suceder que se introdujo esta consulta, pero no se aplicaron los dineros para su realización. Si es esto lo que está sucediendo, entonces atacar al INE, es una clara falta de tolerancia y sobre todo, conocimiento de la realidad.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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