A UNAS cuantas horas, el alcalde electo de Xalapa, Ricardo Ahued Bardahuill, tomará posesión de su cargo, rindiendo la protesta correspondiente de ley, con lo que se abre una nueva etapa de desarrollo para la capital veracruzana y puede considerarse, como ya lo han expresado representantes de los diversos sectores sociales de la ciudad, como la nueva esperanza que tienen los ciudadanos, luego de que concluye, prácticamente, el peor de los gobiernos municipales que se han tenido en su historia política.

Ricardo Ahued Bardahuill, es garantía de buen gobierno, no tan solo por haber conducido en una ocasión los destinos de Xalapa, sino porque en todos sus actos ha sido congruente entre lo que dice y hace, entre lo que promete y cumple, entre lo que gobierna y los resultados que arroja. Es, en pocas palabras, un hombre que trabaja por el municipio, no precisamente, porque así lo demande su responsabilidad, sino también, porque en su labor, va el cariño y la gratitud que ha sabido demostrar plenamente con la ciudad que un día lo recibió, tanto a él como a su familia, que le dio la oportunidad de crecer y de establecerse como un verdadero empresario que cumple consigo mismo y principalmente, con los demás.

Ahued, no puede quedar mal a nadie, ni en Xalapa, ni en Veracruz como Estado, porque sencillamente, como un día lo expresara a este columnista, todos lo conocen y saben bien cuál es el compromiso que tiene. En sus diversos puestos públicos, la mayoría de elección popular, ha conseguido la confianza ciudadana, cumpliendo al pie de la letra con su quehacer público y saliendo ileso de cualquier investigación practicada. Es de los pocos políticos que no depende de nadie, que es respetuoso, pero que no se deja manejar por ninguna fuerza política. Es, como muchos dirían, independiente, tanto en su forma de pensar como de actuar y eso, para los habitantes de Xalapa, es una muestra perfectamente clara de que habrá de gobernar, nuevamente a este municipio, basado solamente en sus principios y no con los de otra influencia política.

El empresario veracruzano, es un político natural no improvisado ni inflado por ninguna circunstancia, lo que garantiza, desde ahora, una administración honesta, clara, precisa, sin ninguna desviación oculta y a favor, solamente, de Xalapa.

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CUITLÁHUAC, ¿PEDIRÁ LICENCIA?

INDEPENDIENTEMENTE de lo que esté pasando en este momento con el caso del Secretario Técnico de la junta de coordinación política del Senado de la República, José Manuel del Río Virgen, el escándalo que se ha generado en Veracruz, y en el resto de la república, puede ser contra producente para los fines políticos del Presidente de la República, quien se ha visto obligado a defender al Gobernador de Veracruz, pero que podría tomar la decisión de ordenar a quien, supuestamente manda en Veracruz, que solicite licencia a su cargo, con la finalidad de abortar cualquier otro movimiento que pudiera crecer con los días y poner en serios aprietos el futuro político de la entidad, que va, de alguna manera, concatenado con lo que se tiene previsto a nivel federal.

La reata, normalmente, se rompe por lo más delgado y esta podría ser la suerte del Gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez, que una vez más se está viendo en el umbral de su posible destitución oficial, luego de que el mismo Presidente de la República, tiene amplias referencias de la crisis política de Veracruz.

Existe la creencia de que el mismo mandatario nacional, ya no estaría tan dispuesto a seguirlo defendiendo, porque esto se podría convertir en una provocación, tanto a los grupos opositores de la entidad, como a la misma ciudadanía que ya una vez pidió la cabeza del mandatario estatal, en aquella ocasión en que cumpliera los dos primeros años de gestión en el Estado.

Aunque se vea difícil, no está lejos la posibilidad de que el Presidente, se vea en la necesidad de sacrificar al Gobernador, en aras de la estabilidad política de la entidad, calmando a los grupos políticos y evitando que la inconformidad crezca en lo sucesivo, porque está de por medio la sucesión presidencial y la gubernamental en el Estado.

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LAS GESTIONES DE ADÁN.

SE TIENE ENTENDIDO que el Presidente de la República, encargó el tema de Veracruz, nada menos que al Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, quien deberá solucionar lo más pronto posible este conflicto, es decir, antes de que se convierta, en verdad, en una bomba de tiempo.

En pocos días el asunto que ocupa y preocupa al Presidente, está creciendo con la suma de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, así como otros sectores de la vida política de la entidad, ya que tanto Dante Delgado Rannauro, como el mismo Ricardo Monreal Ávila, tienen cierto control político a nivel nacional y están presionando seriamente para tumbar directamente a Cuitláhuac, puesto que saben que desaparecer los poderes del Estado, es más que difícil en estos momentos.

La suma de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, es otro indicativo de que el Presidente, está buscando la manera de sacrificar a su pupilo, pues el organismo no actuaría sin algún lineamiento de Palacio Nacional.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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